La intoxicación por metales pesados (plomo, aluminio, mercurio y cadmio, los más frecuentes) es poco conocida por la población, y tampoco el ambiente médico la tiene muy en cuenta, dado que la mayor parte de los elementos químicos involucrados, que se consumen en forma crónica y lenta, generan alteraciones y patologías luego de diez años, quince o más.
¿Cuáles son los riesgos de la intoxicación crónica con estos metales? Por lo pronto, que varios órganos pueden verse afectados con el paso del tiempo. Dependerá del tipo de metal. A nivel del sistema nervioso central, pueden registrarse alteraciones cognitivas y de la memoria, y evolucionar hacia una demencia senil o variables de Alzheimer. También pueden darse, con los años, patologías pulmonares, desde bronquitis hasta enfisemas; como así también alteraciones renales, que suelen estar asociadas a hipertensión arterial, sobre todo, ante la presencia de cadmio. Patologías cardiovasculares como las miocardiopatías pueden conducir a aterosclerosis, trastornos hepáticos e hipertensión arterial.
¿Todas las personas expuestas a metales pesados corren el riesgo de contaminación? El organismo tiene un sistema de defensa endógeno, es decir, se defiende de los tóxicos de manera natural, pero se establece una lucha entre agresión y defensa, por lo que dependerá de la susceptibilidad de cada persona.
El mineralograma de cabello, aprobado en los años 70 por la OMS, es el mejor método para identificar metales pesados en el cuerpo. El pelo es un órgano de excreción y eliminación de éstos. Por lo tanto, se convierte en una excelente herramienta para estudiarlos. Los análisis en plasma y orina sólo tienen valor en pacientes recientemente intoxicados y agudos, pero el diagnóstico crónico pasa por el cabello.
Está indicado en aquellos que han tenido historia de exposición a metales pesados, aunque ante el avance de la polución ambiental y del consumo de alimentos contaminados con conservantes, entraría en el protocolo rutinario, si bien no es un estudio de primera elección.
¿Cómo se trata la intoxicación con metales pesados? El método más importante es la quelación, que consiste en atrapar cada átomo de contaminante. Los agentes quelantes se administran por vía intravenosa. El margen de éxito del tratamiento es del cien por ciento. A veces, se realizan dos quelaciones separadas por seis meses. Dependerá del metal y del grado de contaminación. Es fundamental el buen funcionamiento renal.
Eliminados estos metales, se descarta la enfermedad presente. Dependerá, claro está, del tejido afectado y del grado de compromiso al que se llegó. Si el diagnóstico es tardío, habrá secuelas. Un ejemplo evidente es la demencia senil causada por metales pesados.
Conclusión: si existen factores epidemiológicos asociados a los metales pesados, durante la entrevista médica es importante consultar acerca de estos. El paciente sabe que ciertos trabajos, la polución ambiental y los alimentos con conservantes pueden ocasionar intoxicaciones crónicas por las que se pagará un precio décadas más tarde. Por ello, ante la presencia de síntomas vagos que no se pueden encuadrar en una enfermedad específica, sería bueno investigar en esta dirección.