Peaky Blinders tiene todos los condimentos de una gran serie: la historia atrapante de una pandilla callejera que crece hasta controlar el delito de toda una ciudad, personajes memorables y a la vez odiosos basados en hechos reales, un contexto histórico situado en el período de entre guerras, una fotografía épica y una banda sonora hermosamente oscura y eléctrica. La serie producida por la BBC, el principal canal público de Inglaterra, comenzó a emitirse en septiembre de 2013 y, a lo largo de sus seis temporadas, se convirtió en un hit mundial gracias a Netflix y en un objeto de devoción para la cultura pop.
Cuenta la actriz Sophie Rundle, quien interpreta a Ada Shelby, que se dio cuenta de esa magnitud de la serie cuando vio un puesto de salchichas en Manchester que se llamaba Porky Blinders. “Todos los vendedores usaban gorras como las de la serie. Ahí fue cuando pensé por primera vez: ‘Esto, en verdad, es un éxito’”.
El actor Cillian Murphy, quien encarna al protagonista de la serie, Thomas Shelby, también se sorprendió con el impacto que generó en el público. “Empezaron a vestirse como los personajes y a cortarse el pelo igual, no solo en el Reino Unido e Irlanda, sino en todas partes. La gente empezó a hacer bodas inspiradas en Peaky Blinders, abrieron bares temáticos y se tatuaban”, explica Murphy sobre esa imitación del espíritu de época que retrata la serie.
Lo que enorgullece al creador de la serie, Steven Knight, es que nunca se forzó ese impacto cultural. Al inicio, el crecimiento no dependió de una gran campaña de marke que fue a través del boca a boca y las redes sociales. “El público siente que descubrió la serie solo, sin que lo hayan dirigido”, dice Knight.
“Fue Otto quien desató la idea de poner música contemporánea en la serie. Y fue él quien se la presentó a Nick Cave y se convirtió en una especie de talismán musical” (Cillian Murphy).
Peaky Blinders vino a mostrar la contracara del modo de vida británico de principios y mediados del siglo XX. Si The Crown o Downtown Abbey suponen un recorrido por la historia de la realeza y el modo en que la aristocracia delineó la vida social y política del mundo, Peaky Blinders pone el foco en un universo proletario de buscavidas y narra las luchas por sobrevivir en un mundo que está cambiando. Grupos de gitanos, irlandeses, escoceses y judíos buscan su lugar en la ciudad de Birmingham, que a la vez está mutando en una ciudad industrial definitiva. “Creo que los ingleses tienen grandes dificultades para mitificar la cultura obrera. En cambio, son muy buenos mitificando la cultura de la clase alta”, explica Knight.
Para representar ese contexto post-revolución industrial, todo es gris y oscuro en la paleta de colores. “Es como una ciudad que se está dando a luz a sí misma constantemente, se parece a Blade Runner, tenía esa vibra”, la definió Cillian Murphy. Esa oscuridad también es parte de Thomas Shelby, que busca sobrellevar los traumas que le dejó haber batallado en Francia durante la Primera Guerra Mundial. Todavía tiene pesadillas claustrofóbicas con los túneles y las trincheras del campo de batalla cuando vuelve a su ciudad a dedicarse al negocio de las apuestas clandestinas de carreras de caballos. Junto a su familia, sus hermanos Arthur y John y su tía Polly Gray, se manejan como un clan mafioso que maneja las apuestas y va creciendo hasta controlar sindicatos y el contrabando de alcohol en épocas de la ley seca en los Estados Unidos.
Los verdaderos Peaky Blinders
Aunque la serie es una ficción y se toma sus licencias para inventar a los personajes y sus tramas, los Peaky Blinders existieron realmente. Según cuenta Knight, en una entrevista en el canal de YouTube de HeyUGuys, la historia real le llegó a través de su familia: “Había una leyenda familiar sobre los tíos de mi padre, que eran Peaky Blinders. Entonces tenía pequeñas instantáneas visuales de un mundo de glamour, gánsteres, armas e ilegalidad. Cuando comencé a hacer la investigación, había muy poco por ahí. Y antes de internet no había prácticamente nada”. Con las historias de sus tíos lejanos, más la recopilación de artículos de periódicos locales de la época y los cuentos del imaginario popular de Birmingham, Knight intenta recuperar ese universo de pandillas, en medio de un clima marginal y de pobreza extrema.
El nombre “Peaky Blinders” remite al uso de boinas característico del grupo, tapando parte de la cara. Se distinguían por un estilo elegante de vestirse, con pañuelo o corbata, chalecos y sacos, a diferencia de otras pandillas. La leyenda cuenta que sus integrantes cosían cuchillas de afeitar en sus boinas para usarlas como armas. Pero algunos historiadores desmienten esta teoría al considerar que las cuchillas de afeitar son posteriores al esplendor de los Peaky Blinders. Lo mismo sucede con su ubicación temporal: si bien la serie los retrata entre los años 1919 y 1933, la pandilla real surgió a fines del siglo XIX.
El Museo de la Policía de West Midlands conserva los registros de los crímenes de los Peaky Blinders en sus archivos. Allí se pueden ver las fotografías de los pandilleros con el look que la serie popularizó. Incluso esos registros muestran que había niños de doce años, que eran parte de la gang. El tenor de la actividad criminal del grupo tampoco se ajustaría a la realidad histórica, ya que estas pandillas se dedicaban a robos, aprietes, apuestas y otros delitos menores.
La banda sonora del delito
Uno de los puntos altos de la serie es su banda sonora. Desde el principio, la decisión fue acompañar las escenas con música contemporánea, en lugar de recrear sonidos de la época. Esta idea fue de Otto Bathurst, el director de la primera temporada. “Fue Otto quien desató la idea de poner música contemporánea en la serie. Y fue él quien se la presentó a Nick Cave y se convirtió en una especie de talismán musical para la serie”, cuenta Murphy. Fue así como la canción gótica Red Right Hand, del mito rockero australiano Nick Cave, publicada en 1994, se convirtió en el tema central de Peaky Blinders.
Con el correr de los capítulos, la música se convirtió en un elemento vital para la narrativa, a la misma altura que las imágenes y los diálogos. Según Knight, “hubiese sido raro tener música de 1919 como parte de la serie; pudimos haber hecho una banda sonora con eso, pero hubiese sido aburrido”. El resultado atrajo a músicos consagrados, que empezaron a ofrecer su trabajo para ser parte de la serie: PJ Harvey, Leonard Cohen, Radiohead y hasta el mismísimo David Bowie. “Bowie era uno de los héroes en mi adolescencia. Y recibimos un mensaje suyo, en septiembre de 2015 (Bowie falleció a principios de 2016), que decía: ‘Estoy a punto de sacar un nuevo álbum, ¿les gustaría usar una canción?’. ¡Por supuesto!”, recuerda Knight. La canción de Bowie elegida fue “Lazarus”, y forma parte del capítulo cinco de la temporada tres.
La última temporada está musicalizada por la cantautora Anna Calvi, después de que el director Anthony Byrne viera su concierto en vivo e intuyera que combinaría con la estética blinder. “Parecía una muy buena combinación: un sentido fílmico fuerte y dramático lleno de peligro y oscuridad, pero también de romanticismo. Peaky Blinders y mi música comparten la misma sensibilidad”, explica Calvi. Su composición es artesanal: mira un episodio con la guitarra e improvisa según lo que ve. “La música representa básicamente lo que pasa dentro de la cabeza de Tommy Shelby. Si sus pensamientos se pudieran convertir en música, así es cómo debe ser la banda sonora”, define la celebrada cantante británica.
Mujeres de armas tomar
Un personaje central en la trama no aparecerá en la nueva temporada: la tía Polly. La actriz Helen McCrory, que interpretó el personaje de la matriarca, falleció en abril de 2021. “Lo que me entristece es que estábamos a punto de filmar y ocurrió la pandemia y tuvimos que parar. Si hubiéramos filmado entonces, Helen habría estado en el programa”, explicó Murphy.
Polly es uno de los personajes más queridos no solo por el público, sino también por el casting de la serie. “Ella tomó ese personaje y lo hizo crecer mucho más. ¡Polly es mucho más temible que Tommy Shelby! Este fue uno de mis primeros trabajos después de egresar de la escuela de teatro, como les sucedió a varios, así que todos gravitábamos en torno a ella”, explica Sophie Rundle.
Natasha O’Keefe interpreta a Lizzie, una exprostituta y mujer de Tommy Shelby, y valora el aprendizaje compartido junto a Helen. “Yo observaba y aprendía, al igual que Lizzie que miraba y aprendía, de esta increíble fuerza y matriarca, cómo contenerse, vestirse y funcionar en medio de este mundo aparentemente de hombres. Y está bien ser esa persona que observa y lo hace con cierta calma y facilidad. Existía una química sutil entre Polly y Lizzie, algo como: ‘Podemos con todo; olvidemos a los hombres… nosotras terminaremos el trabajo’”.
¿Qué nos depara el submundo gánster de Birmingham? En la Argentina, la sexta y última temporada se estrenará el próximo viernes 10 de junio en Netflix, un plan ideal para maratonear con la llegada del frío intenso. Pero sus creadores ya anunciaron que en 2023 comenzarán a filmar la película de los Peaky Blinders. Entonces habrá mafia, whisky y rock and roll en formato de pantalla grande.
* Periodista. Contenido exclusivo de la revista Rumbos.