En enero, ya sea para Reyes o vacaciones, generalmente regalo y recomiendo libros: nunca he podido imaginar días de ocio sin lecturas. Y si vamos al caso, mucho menos tener que pasar –por cuestiones de trabajo o lo que fuere– el verano en la ciudad sin unas cuantas novelas que nos alejen de pensamientos más serios y satisfagan nuestra imaginación.
Este año haré lo mismo, pero eligiendo libros viejos que los más jóvenes de la familia deberían tener en su biblioteca.
Para adolescentes y aún mayores que saben reconocer un buen libro, sugiero National Velvet –en español, Fuego de Juventud– de Enid Bagnold. Lo leí de niña, de joven y de vieja; es una novela sobre caballos, adolescentes y algún desclasado social que se unen en un sueño que parece inalcanzable. Este libro, desde siempre, gusta a grandes y chicos, Lo mejor de todo es que está basado en una historia real y que la madre de la protagonista fue la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha, superando en tiempo récord a los nadadores anteriores, una proeza femenina para comentar.
No solo hablamos de una atractiva historia de caballos y sueños, sino también de un momento histórico que abrió las competencias internacionales de natación para las mujeres. La vida de la autora, además, es tan interesante como la de los personajes que rescató en este relato.
National Velvet también es un remanso intelectual pero no sensiblero para adultos hartos de temas de drogas, violencia y sexo explícito. ¿Dónde comprarlo? En Internet, a vendedores particulares o en sitios especializados.
En tanto, a jóvenes que estudian medicina y nunca leyeron a Cronin, un novelista olvidado que debemos tener en cuenta, ¿por qué no acercarles La ruta del doctor Shannon?
Aprendí a amar a Cronin por mamá, que tenía todos sus libros y nos llevaba a ver las películas basadas en ellos, con actores tan importantes como Gregory Peck, Ralph Richardson y Rex Harrison. Esto leí en Internet sobre el filme basado en su libro: “Relata el ambiente médico a través de un instituto universitario de investigación, hospitales estatales, clínicas y consultorios privados. La probidad profesional de su personaje debe luchar constantemente contra el medio hostil, la ganancia fácil y la conducta relajada.” Fue editado en 1948 y nada ha cambiado.
Para una persona que guste de la historia, podemos elegir, de Stefan Zweig, sus incomparables biografías –no novelas– María Antonieta, Fouché, Magallanes o el imponderable Momentos estelares de la Humanidad.
Este último libro toma eventos importantes universales, como el asesinato de Cicerón, la caída de Constantinopla, el descubrimiento del Océano Pacífico. Y de cómo un gran compositor, Händel, sufrió un derrame cerebral, logró reponerse y escribió una de las más espléndidas obras sacras de música, “El Mesías”.
El volumen nos cuenta cómo nació La Marsellesa y cómo terminó, en la Batalla de Waterloo, el hombre más poderoso de entonces, Bonaparte. También comparte anécdotas desconocidas de Dostoievski; otra, sobre la última obra –inacabada–de Tolstoi; sobre el primer cable telegráfico que atravesó los mares, la lucha por el Polo Sur, el fracaso del presidente Wilson en su intento por lograr la paz en Europa... Como ven, los llevará de la mano, con relatos casi novelados, desde el año 44 a. de C. hasta 1919. Es uno de sus libros más vendidos, aún hoy.
Y para distendernos con una lectura amena, selecta, y maravillosa de Manuel Mujica Láinez, ¡Misteriosa Buenos Aires!
Sugerencias: 1) La editorial Impedimenta ha reeditado novelas viejas muy atractivas; 2) Se consiguen en librerías de viejo, saldos de editorial impecables; 3) Edhasa acaba de reeditar Misteriosa Buenos Aires.