Hoy mi columna está dedicada a las sufridas plantas que colocamos dentro de casa, la mayoría de ellas de hojas grandes y oriundas de zonas con climas tropical o subtropical. Como les decía, cuando comienza el frío estas plantas la pasan mal porque atraviesan una suerte de “otoño inverso”: por un lado, en el interior del hogar ellas perciben que las horas de luz se acortan (indicio de que se acerca el invierno); pero por otro, contrariamente a lo que sucede en su selva originaria, la temperatura ambiente aumenta debido a los sistemas de calefacción, que encima difunden un calor seco.
Esto lleva a que las plantas no sepan si están en otoño, primavera o a finales del invierno; y como mecanismo de defensa, paralizan su crecimiento y pierden hasta un 30% de sus hojas... ¿Cómo podemos combatir este shock? Alejándolas de estufas y acondicionadores, y evitando corrientes de aire o cambios bruscos de temperatura. También podés incrementar la humedad ambiente con al menos dos rociados semanales entre sus hojas y disminuir la frecuencia de riego al mínimo, ya que ahora crecen menos.
Consejos por región
Norte: Poda de cercos
Si vas a podar cercos muy tupidos y densos, te recomiendo hacer un entresacado de ramas cortando una de por medio. Con esta sencilla técnica, facilitarás la llegada plena del sol y la circulación de viento entre las ramas, evitando la formación de hongos y la propagación de insectos.
Centro: Adiós flores viejas
Durante estas semanas, no te olvides de quitar las flores viejas de los crisantemos, las montoneras, las caléndulas y las clavelinas para incentivar una segunda floración antes de la llegada del frío intenso.
Patagonia: Suelo, pasto, frío
Si tenés sembrados pastos de invierno y están activos, acordate de cortarlos altos, por arriba de los 4 centímetros. De esta manera, ayudarás a que el suelo conserve el calor del verano por más tiempo. En cambio, si el corte del pasto es bajo, la tierra se enfriará rápidamente.