Cuando se aproximaba la primavera, los europeos acostumbraban a desintoxicar el cuerpo de las pesadas comidas invernales mediante el consumo de verduras crudas o cocidas, algunas bebidas especiales –la ruda que tomamos a comienzos de agosto–, priorizando ciertas frutas, como el pomelo, las frutillas, los arándanos.
Se puede decir que hoy hemos olvidado tan sana costumbre, pero muchos viejos –como yo– que todavía creemos en esa especie de sabiduría avalada por siglos de persistencia, tratamos de elegir platos diarios que cumplan con ese régimen.
Estas recetas, según una escritora italiana que sigo mucho, Carmela Miceli, llevan verduras como la espinaca, la acelga, el ajo, el perejil, la cebolla de verdeo, el hinojo –poco usado entre nosotros, salvo que provengamos de antepasados “gringos”– y la achicoria. Y a los beneficios que aportan estas verduras u hortalizas, podemos potenciarlos realzándolas con algunas especias.
Comencemos con el hinojo, que no es santo de mi devoción, pero sí muy apreciado por queridos amigos.
Hinojos a la crema
Ingredientes: Hinojos medianos, 4. Manteca, 50 g. Harina, 50 g. Crema de leche, un pote chico. Leche caliente, 250 g. Sal, comino y pimienta blanca recién molida, a gusto.
Preparación: Cortar los hinojos en rebanadas y cocinarlos al vapor; derretir la manteca en un sartencito hondo, retirarlo del fuego y añadir la harina, mezclando suavemente; volver al fuego y revolver hasta que haga burbujas. Retirar, añadirle la crema sin dejar de revolver y luego la leche caliente. Salpimentar y mezclar con el hinojo. Una vez en fuente, espolvorear una pizca de comino.
La yapa: Además del calcio que aportan los lácteos, el hinojo es depurativo, antiinflamatorio y adelgazante.
El comino mejora la digestión y regula la glucosa.
Mi ensalada preferida
Esta ensalada, con variantes, es una de mis preferidas y sumamente saludable.
Ingredientes: Habas ya hervidas, sin las vainas, 1 kg. Rúcula fresca, un manojo. Berro –optativo–, unas ramitas. Brotes de alfalfa, 1 bandeja. Palmitos en rodajas, ½ lata chica. Queso de cabra o cáscara amarilla, en dados. Pasta de garbanzos, medio pote. Aceite de uva, sal, tomillo.
Preparación: Poner en un fuente de vidrio honda las habas escurridas –recuerden que su cocción es rápida– y cortar sobre ellas la rúcula con los dedos. Luego agregar unos tallos de berro y los brotes de alfalfa enteros –sepárenlos uno a uno–, y sobre ellos, los palmitos secados en papel, el queso de cabra –roquefort o cáscara amarilla– en dados. Aderezar con sal de apio, aceite de oliva, tomillo y la pasta de garbanzos.
La yapa: Las habas son muy depurativas, combaten la anemia, tienen hierro y potasio –que levanta el ánimo–, fibras y, para los que estudian o escriben, ¡fósforo!
El tomillo, en tanto, es expectorante, antibacteriano, tiene calcio y otros minerales.
Para tomar en familia
Ingredientes: Café molido, 6 cucharaditas. Cardamomo molido, 1 cdita. Agua a punto de hervir, 6 pocillos altos.
Preparación: Mezclar el café y el cardamomo, poner en un filtro, agregar el agua y servir.
El cardamomo te mantiene activo física y mentalmente; es antiséptico, expectorante, antigripal, preserva y/o alivia resfríos, el asma y también la tos.
Sugerencias: 1) Comprar un libro sobre especias: la humanidad no hubiera sobrevivido sin ellas, ya que fueron la primera farmacopea; 2) Acostumbren a los niños a comer verduras, especialmente las amargas; 3) Consumamos frutos de estación: suelen ser altamente benéficos para los males estacionales.