La viruela del mono humana es una patología provocada por un virus transmitido de los animales a las personas. Pese a su nombre, no solo la contagian los monos, sino también otros seres vivos que hayan estado expuestos al virus, como roedores o perros domésticos que se hayan enfermado a partir de otros animales.
Tal como sucede con otros virus, como el del herpes, la viruela del mono humana también puede afectar los ojos. Suele manifestarse mediante vesículas en la superficie ocular que, al cicatrizar y según la zona en dónde ocurra la infección, podrán afectar la córnea y alterar su transparencia y, por ende, seriamente la visión.
Menos grave será la alteración del tejido conjuntival, que podría derivar en una conjuntivitis.
No obstante, desde el ámbito de la salud enfatizamos que la afectación de los ojos es un hecho más en el cuadro físico general provocado por el virus, por lo que el diagnóstico será secundario y asociado con los síntomas y signos expresados.
“Por ahora no hay vacuna específica, aunque el antecedente de contar con la antivariólica demostró una efectividad del 85% para prevenir la viruela del mono humana.”
Si una persona está cursando esta patología, es importante realizar de manera urgente un control oftalmológico, pues unas pocas medidas tomadas a tiempo (mejorar la lubricación , por ejemplo, o aplicar un antibiótico tópico, si es necesario) previenen lesiones severas que podrían derivar en la necesidad futura de un trasplante de córnea.
Además, si el oftalmólogo detecta alteración ocular, puede administrar un tratamiento tópico antiviral.
El diagnóstico se hace de manera diferencial, entre las enfermedades que cursan con fiebre y lesiones cutáneas, como viruela, varicela, sarampión, infecciones bacterianas de la piel, sarna, sífilis y alergias medicamentosas.
Algo característico de la viruela del mono es la inflamación de los ganglios linfáticos que aparece inicialmente. Pero el diagnóstico certero se realiza con pruebas de laboratorio, en las cuales se analiza una muestra de fluido que se obtiene de las vesículas o del estudio de las costras.
“Algo característico de la viruela del mono es la inflamación de los ganglios linfáticos que aparece inicialmente.”
Por ahora no hay tratamiento ni vacunas específicas, aunque el antecedente de contar con la antivariólica demostró una efectividad del 85% para prevenir la del mono, por lo que se entiende que los vacunados poseen algo de protección contra esta variante.
Hay que estar alertas, pero no alarmarse... Ante fiebre y posterior aparición de lesiones cutáneas que se presenten principalmente en la cara, acudir al médico; y frente a una patología que origine lesiones en el rostro que podrían originar una alteración ocular, recurrir al especialista en oftalmología.
*Médico oftalmólogo. Jefe de trasplante de córnea en Clínica Nano. drbianchigerman@gmail.com
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