Para la mayoría de las personas –especialmente las mujeres– la sexualidad disminuye con la edad, así como el nivel de deseo o la frecuencia de la actividad sexual. Hay muchas razones para que esto suceda, por ejemplo, el estado de la salud en general, el estilo de vida, la calidad de la relación o razones psicosociales.
La menopausia es la fecha de la última menstruación, seguida por un período mayor a doce meses sin menstruar. Ocurre generalmente entre los 45 y 55 años. Es una etapa natural de la vida, no es una enfermedad. Se produce porque en la mujer finaliza la época reproductiva y hormonal de los ovarios.
Durante la menopausia, algunas mujeres experimentan una merma del deseo, a veces debido a cambios psicoemocionales, pero también al dolor en las relaciones por falta de lubricación.
Los cambios y síntomas de la menopausia pueden empezar años antes. Es lo que llamamos “climaterio” (período extenso que abarca varios años antes y después de la fecha de la última menstruación).
La función de los ovarios declina gradualmente y se manifiesta por alteraciones en la ovulación y fluctuaciones en la secreción hormonal. Esto determina alteraciones del sangrado menstrual, ciclos espaciados o más frecuentes; sofocos y calores nocturnos, sensación de irritabilidad, cansancio, a veces depresión y alteraciones en el plano sexual.
Los síntomas de la menopausia pueden empezar años antes. Es lo que llamamos “climaterio”: la función ovárica declina gradualmente y se manifiesta por alteraciones en la ovulación.
El deseo y las disfunciones varían de una mujer a otra. La causa de la disminución de la libido que experimentan algunas pacientes es compleja: depende de las relaciones personales, del bienestar psicosocial y de diversas circunstancias de la vida. Y sin duda, los cambios psicoemocionales y el dolor en las relaciones sexuales condicionan la disminución del deseo sexual. Esto ocurre en el 50% de las mujeres durante esta etapa de la vida.
¿Por qué las relaciones sexuales suelen ser dolorosas? Por falta de lubricación, pérdida de la elasticidad de la vagina y atrofia genital.
Por eso, en esta instancia la mujer debe consultar a su ginecólogo, quien evaluará e indicará un tratamiento individualizado. El especialista pondrá el foco en los síntomas del climaterio, pero también en la detección de patologías frecuentes en esta etapa: hipertensión, diabetes, obesidad, alteraciones en el colesterol, trastornos metabólicos, hormonales y tumorales.
Algunos consejos para sentirnos mejor:
- Buscar apoyo psicológico.
- Estimular la conversación en la pareja, para descubrir nuevas formas de placer y atravesar esta etapa contenida.
- Sumar hábitos saludables: esto es, alimentación adecuada, actividad física controlada, pero también socialización.
- Medicación no hormonal: El ginecólogo adecuará el tratamiento a la condición individual de cada paciente teniendo en cuenta síntomas, enfermedades previas y antecedentes de riesgo personales.
- Medicación hormonal: Estos tratamientos son efectivos para aliviar los síntomas (calores, sudoración nocturna, sequedad vaginal, relaciones sexuales dolorosas), mejoran el ánimo y la calidad del sueño y previenen la osteoporosis.
- Para evitar dolor en las relaciones sexuales se pueden utilizar lubricantes vaginales, óvulos y cremas con hormonas de acción local indicados por el médico.
- La contención psicológica, la promoción de hábitos saludables y el empleo de recursos terapéuticos adecuados indicados por el médico especialista, harán que pases mucho más cómoda esta etapa natural de la vida.
* Especialista en Ginecología y Mastología de DIM Centros de Salud. comunicacion@dim.com.ar Contenido exclusivo de Rumbos.