Aquella frase de “la realidad supera muchas veces a la ficción” le sienta a la perfección a la mayoría de las docuseries sobre sectas y cultos que se han convertido en una especie de género dentro del streaming. Después del fenomenal éxito de Wild, Wild Country (el documental de Netflix que narraba la historia de los seguidores del gurú Osho que crearon una ciudad propia en el Estados Unidos profundo), las principales plataformas comenzaron a apostar fuerte por esta temática.
Hace muy poco desembarcó en HBO Max The Way Down, que narra la increíble historia de Gwen Shamblin, una gurú estadounidense que aseguraba que la delgadez era un mandato divino y mezclaba las prédicas para bajar de peso con el fundamentalismo cristiano.
Netflix estrenó también Colonia Dignidad, una docuserie de seis capítulos que evoca la historia de un grupo de alemanes que llegó a Chile en la década de 1960 para implantar en el sur del país una comunidad marcada por las nostalgias de la Alemania nazi y el culto a la personalidad de un predicador delirante llamado Paul Schäfer. La colonia fue centro de torturas durante la dictadura de Pinochet y en 2005 su líder fue condenado por drogar y abusar a un gran número de menores de la comunidad.
Otra perla, que ya tiene algunos meses, es Seduced, en la plataforma Starzplay, sobre el culto NXVIUM, que sometía sexualmente a jóvenes de clases acomodadas en los Estados Unidos (hasta el punto de marcarles la piel con hierros calientes) y cuyo líder carismático, Keith Rainere, acaba de ser condenado a 120 años de prisión. Tres propuestas absolutamente increíbles (pero reales) para entender el universo de las sectas.