No creo para nada que haya una división de género en el stand up: tanto los comediantes hombres como las mujeres puden hacer reír al gran público en dosis iguales (aunque obviamente dependiendo de la calidad de sus chistes y guiones), pero sin embargo hay algo del stand up femenino que me atrae y me divierte particularmente, sobre todo aquellos que hablan sin tapujos sobre temas que sólo las mujeres entendemos a la perfección y en carne propia como los embarazos, la menstruación o los estándares de belleza impuestos por la sociedad.
Una de mis cómicas preferidas -que descubrí hace algunos años- es Ali Wong, una vietnamita bajita y de anteojos enormes que se para en el escenario a decir las cosas más salvajes que se te ocurran. Para dar una idea de su propuesta, sus dos primeros especiales de Netflix (Baby Cobra y Hard Knock Wife) los hizo embarazada de siete meses de quienes luego serían sus dos hijas, Mari y Nikki. Con una evidentísima panza de embarazada Wong se sube al escenario a hablar sobre las cosas más horribles de los nueve meses de gestación, los peores aspectos del feminismo, el sadomasoquismo o hasta el virus del papiloma humano. Sus chistes no le hacen asco a nada y a veces hasta sorprende lo escatológica que puede llegar a ser.
“Toda esa gente de la industria no paraba de decirme: ‘Sos simpática y bonita, o lo que sea, pero los chistes son realmente sucios y te contratarían mucho más, y serías mucho más atractiva si fueran limpios’”, contó Wong en una entrevista. Los comentarios no la hicieron cambiar de idea, y ahora volvió a Netflix con su tercer especial, Don Wong, en el que redobla la apuesta. No, esta vez no está embarazada, pero la comediante -que este año cumplirá 40 años- aprovecha esa hora frente a las cámaras para hablar sobre la crisis de mediana edad que se encuentra atravesando, sus ganas irrefrenables de serle infiel a su marido, los problemas de ser una mujer exitosa que gana mucho dinero, su experiencia con una colonoscopía, sus orgasmos y los pros y contras de hacer sexo oral.
Otra de mis comediantes preferidas es Iliza Shlesinger, una standupera estadounidense tiene varios especiales para ver en la plataforma de la N roja. En “Elder Millenial” habla sobre la transformación de la vida después de los 35.
También me gustó mucho “Can I touch it?” de Withney Cummings, un especial estrenado en el año 2019 sobre el feminismo, el acoso sexual y el terrible impacto de la tecnología en nuestras relaciones del día a día.
Y por último, el ya muy conocido “Nanette”, de Hannah Gadsby. Cuando se estrenó, en 2018, “Nanette” fue uno de los stand ups más vistos de Netflix. Una reflexión divertida y muy cruda sobre la diversidad de género y la homofobia