En la década de los 80 eran todavía pocas las mujeres que habían podido abrirse paso en la escena del rock argentino, e Hilda Lizarazu fue una de ellas. Aunque primero se inició como fotógrafa profesional retratando a artistas de la talla de Charly García, Fito Paéz, Luis Alberto Spinetta o Celeste Carballo, al poco tiempo decidió lanzar en paralelo su propia carrera como cantante en la que integró por varios años la banda de Charly García y formó sus propios grupos como Man Ray, Los Twist o Suéter. A casi 40 años desde el inicio de su carrera, Lizarazu sigue más activa que nunca y en marzo lanzará su nuevo álbum Antigua. La artista charló con Rumbos a propósito de su participación este sábado 8 de enero en la primera edición del festival Patagonia Picnic, en Bariloche, donde presentó un adelanto de sus nuevas canciones y tocó algunos de sus grandes hits.
En unos dos meses vas a lanzar Antigua. ¿Qué nos podés contar del nuevo disco?
Tendrá sonoridades que pueden ser más electro-pop, algunas canciones más bailables, algunas con un tinte oriental, otras más folclóricas. Dentro de mi universo sonoro hay un montón de gustos y estéticas en las que yo convivo y soy feliz. Básicamente es eso, una cantante argentina en formato dúo junto a Federico Melioli, con quien tocamos juntos hace ya 18 años y somos como hermanos musicales. Además conceptualmente a mí hay cosas antiguas que me emocionan, como una máquina de escribir, un poncho, una iglesia. Todas esas imágenes, esos objetos me gustan. Y yo me siento también una antigua en cierta forma, con las décadas que vengo transitando en la música, pero me siento orgullosa de eso.
Fuiste una de las primeras mujeres en hacerte un lugar en el universo del rock argentino. ¿Cómo ves hoy la nueva escena musical femenina en el país?
Maravillosa. Muy aguerrida. Veo que las chicas, las nuevas jóvenes y de mediana edad, están creando, están fuertes, como Marilina y Lula Bertoldi por ejemplo, hay un montón de jóvenes y no tan jóvenes artistas, compositoras que están llevando adelante proyectos artísticos más que cuando yo estaba en mis 30. Siento que no solo desde el lado musical y cultural sino también como paradigma de un cambio que está habiendo en nuestro planeta con respecto al género y eso está bueno.
¿Creés que está cambiando el rol de las mujeres en la música?
Las mujeres fuimos relegadas por siglos y ahora pareciera ser que lentamente se estaría como equiparando y también visibilizando grandes injusticias que lentamente están poniéndose en su lugar. Todavía falta pero creemos que tenemos que seguir adelante transitando los caminos de la libertad y la justicia para ser mejores. A su vez la globalización está cambiando la forma de ver el mundo, con sus pros y sus contras. Y esta nueva manera de comunicarnos a través de lo virtual que también tiene sus pros y sus contras. Creo que hay muchas artistas haciendo buena música y eso me alegra.
Hoy hay una explosión de géneros muy distintos. ¿Te gusta lo nuevo que se escucha?
Hay de todo por supuesto. Me gustan algunas cosas y otras no. Hace poco fui a escuchar a Catriel y me parece hermoso su disco. Yo lo escucho y me parece buenísimo, creo que él como exponente de una nueva cultura joven tiene hilo para rato. También me gustan otros grupos más del rock pop independiente, como unos chicos que se llaman 1915 que tienen un formato canción que podría abrevar de Spinetta o Soda Stereo, artistas que dejaron un legado para quienes disfrutan de hacer música.
¿Te parece que el oyente de música de hoy es más abierto que antes?
Yo creo que ahora los jóvenes están siendo mucho más amplios con respecto a lo musical y respetan la aceptación de otros colores que a ellos no les cierran. Son más amplios en los prejuicios, no como se daba antes en los 80 o los 90 que el público era mucho más sesgado. Los jóvenes que escuchan música en esta era millennial son más comprensivos y más respetuosos, y eso me encanta. Antes en los 80 o 90 algunos cuando escuchaban a una mujer cantando decían “no, yo música que cantan minas no escucho” y ahora está buenísimo que los varones escuchen música que cantan chicas. Se amplió la integración y el respeto.
Tu hija Mía también se inició en la música. ¿Cómo es compartir esa experiencia?
Es hermoso. Ella tiene su propio gusto, su voz. Creo que va a necesitar transitar y experimentar desde la composición o la interpretación y verá si elige como forma de vida los pasos de la madre sin ser los mismos pasos, en un mundo donde vivir de la música no es para cualquiera porque tenés que tener un espíritu intrépido. Es un camino vertiginoso pero hermoso.
¿Ves alguna influencia tuya en ella?
Creo que no. Sí más bien en el lado personal y humano. Yo lo que le digo siempre es que respete la música sin importar el color y que disfrute de lo que hace.
Hace poco Charly García cumplió 70 años y vos fuiste una de las caras más visibles del homenaje. Fue impresionante la emotividad con la que se vivió. ¿Por qué creés que Charly despierta eso en tantas generaciones?
Yo creo que la buena música trasciende. Charly es un clásico que viene produciendo desde los 70 un montón de canciones y justo este octubre, que fue un número redondo, revivir esas canciones fue como “qué buenos que están estos temas”, que hacía mucho que no los tocábamos, un listado de canciones que supera todo tipo de crítica. Yo creo que eso es lo que hace que Charly sea como un gato de metal, siempre cae justo. Fue muy emocionante haber estado ensayando con él, encontrarme con Fernando Samalea y con el Zorro Quintiero y muchos músicos que lo homenajearon, como Fito Pez en el Colón. Fue un homenaje epopéyico. Cuando un tipo abarca muchas generaciones y tiene una obra contundente es así.
¿Qué es lo que más recordás de tus años tocando con Charly?
Recuerdo las hermosas giras que hacíamos por distintos lugares. Cuando fuimos a tocar en el Ritz de Nueva York que fueron mis compañeros de la secundaria a verme como rockera argentina. Eso fue lindo y fue un hito para mí. O cuando fuimos con Charly a Israel, fue muy fuerte todo, el símbolo de esa distancia y justo cuando llegamos había fallecido mi viejo. Tengo muchas anécdotas y recuerdos hermosos de haber tenido la suerte de acompañar a un maestro de la música popular en un momento donde todos estábamos biológicamente muy aguerridos y respetando las canciones desde un lugar muy musical. Desde Samalea hasta el Negro García López, Fernando Lupano, el Zorro, todos músicos serios respetando la música de este creador y tratando de interpretarlo de la mejor forma posible, para mí eso fueron Los Enfermeros, un gran reconocimiento a Charly desde lo más profundo de lo musical.
¿Tenés nostalgia de aquellos años?
No, para nada. Soy cero nostálgica del tiempo pasado. Siempre trato de vivir el presente para ir hacia adelante. Ahora justamente hay una muestra en el Museo Histórico Nacional que se llama Los 80: el rock de la calle y ahí estoy colgada como fotógrafa y también como música, con objetos míos de la época de Man Ray. Ya estamos al lado del sable corvo de San Martín (risas). Uno no sabe si cuando lo ponen en un museo es que tu carrera se terminó o que hay que seguir. Pero no tengo nostalgia del pasado porque me estoy divirtiendo. Tengo un compromiso conmigo que lo voy cumpliendo y eso me hace sentir muy bien.