La enfermedad celíaca es un trastorno crónico, autoinmune, que afecta el intestino delgado de personas genéticamente predispuestas que ingieren gluten (proteína de almacenamiento presente en ciertos cereales).
La manifestación de esta problemática es variable, ya que puede haber pacientes asintomáticos, pero también otros con síntomas típicos, como diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso y distención abdominal.
La prevalencia de la enfermedad celíaca ha aumentado significativamente en los últimos cincuenta años debido al avance de los métodos de diagnóstico y también al incremento de los testeos. Sin embargo, se estima que el número general sería aún mayor, porque la mayoría de los pacientes con celiaquía desconoce su condición.
En la Argentina, se estima que uno de cada 167 adultos tiene enfermedad celíaca, mientras que en la niñez el número asciende a uno en 79. Es más frecuente en el sexo femenino y se presenta en cualquier momento de la vida (más del 70% de los nuevos pacientes diagnosticados tiene más de veinte años).
Las personas con enfermedad celíaca son propensas a una baja densidad ósea y osteoporosis a causa de su pobre absorción de calcio, vitamina D y otros nutrientes.
La enfermedad ósea secundaria a la celiaquía se manifiesta en adultos como osteoporosis, osteopenia (baja masa ósea) u osteomalacia (reblandecimiento de los huesos). El mayor riesgo de osteoporosis y fracturas ocurre en pacientes que no adhieren a la dieta libre de gluten. En cambio, tras un año de seguir con el tratamiento, es posble registrar mejorías en la densitometría ósea, que es la prueba de diagnóstico que mide el nivel de calcio en huesos.
El testeo de enfermedad celíaca en pacientes con osteopenia u osteoporosis es aún tema de debate: si bien la patología es causa secundaria de baja masa ósea, la Asociación Americana de Endocrinología solo recomienda su estudio ante algunas situaciones.
¿Quiénes deben ser testeados? Los pacientes con diarrea, esteatorrea, pérdida de peso y con malabsorción de nutrientes como vitaminas liposolubles, hierro, vitamina B12 y ácido fólico. También quienes padecen anemia, reflujo gastroesofágico, antecedente de cirugía de tracto digestivo o presenten dolor abdominal inespecífico; personas con epilepsia, cefalea, déficit de atención, depresión, hipotiroidismo autoinmune y diabetes tipo 1.
Además de la dieta libre de gluten, estos pacientes deberían realizar actividad física, asegurarse un consumo diario de calcio entre 1000-1500mg/día y alcanzar niveles mayores de 30 ng/ml de vitamina D. Se desaconsejan el tabaquismo y el consumo de alcohol.
*Médica endocrinóloga de Mautalen Salud e Investigación. mangasluciana@gmail.com