Calor e hipertensión arterial: una guía para desterrar mitos y aprender a cuidarte mejor

Durante el verano, las personas hipertensas están especialmente expuestas a cuadros de deshidratación. En este nota, te contamos cómo prevenir malestares y adoptar una actitud proactiva en pos de tu salud.

Calor e hipertensión arterial: una guía para desterrar mitos y aprender a cuidarte mejor
Beber a diario abundante cantidad de agua regula la presión arterial, limpia la sangre y mejora el ritmo diurético. Ilustración: Hugo Horita.

Cuando hablamos de hipertensión arterial nos referimos a la elevación de la presión arterial por encima de los valores normales. Hay que tener presente que no siempre el cuadro presenta síntomas.

Sin embargo, los tratamientos actuales han permitido que esta enfermedad tenga muy buen pronóstico, siempre que sea tratada de manera oportuna. La medicación adecuada, junto con un estilo de vida saludable, bajo consumo de sal y un peso apropiado son medidas suficientes, en la mayoría de los casos, para controlar esta condición.

“Algunos creen que solo deben tomar la medicación cuando les duele la cabeza o tienen síntomas. ¡Falso! Generalmente la hipertensión no tiene síntomas.”

Durante el verano, las personas hipertensas están especialmente expuestas a cuadros de deshidratación, ya que el calor incide en la dilatación de las arterias llevándolas a transpirar mucho, por lo que es indispensable que recuerden tomar líquido a menudo. Tanto la dilatación como la deshidratación son factores importantes a controlar en el caso de los hipertensos.

Los afectados por los cambios de temperatura deben consultar al médico, quien podrá modificar temporalmente los medicamentos recetados para ajustarse a la época y reducir las molestias de los pacientes.

La hipertensión se relaciona especialmente con:

  • Aterosclerosis: proceso por el cual las arterias se endurecen y forman placa. Esto dificulta el paso de la sangre y puede generar el desarrollo de una afección cardíaca crónica o aguda.
  • Cambios en la visión: la hipertensión puede afectar los ojos (el cuadro se denomina retinopatía hipertensiva) y generar roturas en las pequeñas arterias que los conforman.
  • Insuficiencia renal: las crisis hipertensivas pueden producir edemas pulmonares por la rotura de los capilares, con el consecuente ingreso de líquido en los pulmones.

Por otra parte, un día de calor puede facilitar el descenso brusco de la tensión arterial, cuadro conocido como hipotensión. Este genera algunos síntomas muy específicos y fáciles de identificar: decaimiento, pesadez, vértigo, mareos y náuseas, sensación de agotamiento y atontamiento, dificultad para respirar, palpitaciones y rigidez en la zona de la nuca.

La buena noticia es que se puede mantener la hipertensión controlada con el debido tratamiento y algunas recomendaciones básicas. ¿Cuáles?

  • Comer de manera saludable, incorporar frutas, verduras y pescado a la dieta.
  • Evitar la sal.
  • Hidratarse de forma correcta (dos litros de agua al día, sobre todo cuando hace mucho calor).
  • Hacer ejercicios y evitar el sedentarismo.
  • Mantener el tratamiento indicado por el médico.
  • No fumar y disminuir el consumo de alcohol.

Además, en lo posible, dejar de lado también las gaseosas, no comer en exceso ni ingerir alimentos con mucha grasa, no usar ropa ajustada ni telas que retengan el calor y no hacer esfuerzos físicos ni gimnasia o deportes en horarios de sol fuerte.

También es importante desterrar conceptos erróneos que circulan socialmente en torno de la hipertensión. Por ejemplo, que durante las vacaciones se puede dejar de tomar la pastilla para la presión porque esta mejora al estar más relajados. ¡Falso! La hipertensión arterial es permanente, demanda grandes cambios en los hábitos de alimentación y en el estilo de vida, y la medicación debe ser supervisada por el médico.

El calor también puede provocar descensos bruscos de la tensión arterial. ¿Síntomas? Decaimiento, pesadez, vértigo, náuseas y sensación de agotamiento, entre otros.

Otro mito es que la hipertensión es una enfermedad nerviosa. ¡Falso! Es una patología compleja que involucra muchos mecanismos, entre los que sobresalen la rigidez arterial, la aterosclerosis, el exceso de sodio y el aumento de algunas hormonas. Considerarla como dependiente de los estados de ánimo es reduccionista.

Otra creencia equivocada es que solo hay que tomar la medicación cuando duele la cabeza o se tienen síntomas. ¡Falso! Generalmente la hipertensión no tiene síntomas. Sólo algunas veces se acompaña con cefalea, y es en los casos más graves.

Beber abundante cantidad de agua diariamente regula la presión arterial. ¡Verdadero! Si bien no está científicamente comprobado, ingerir al menos 2 litros de agua por día, siempre y cuando el paciente no presente insuficiencia cardíaca o renal, es beneficioso para limpiar la sangre y mejorar el ritmo diurético.

* Médico cardiólogo y nefrólogo, especialista del Sanatorio Modelo de Caseros. drlapman@gmail.com Contenido exclusivo de revista Rumbos.

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