Difícil encontrar en el mundo de los vinos persona más multifacética que Andrés Ridois. Es economista, posee una champañera en su casa, es artista plástico y gerente de Colosso Wines y Sottano, además de comandar su propio emprendimiento, Mil Demonios. Ese mix se plasma en su trabajo diario en las bodegas con propuestas siempre disruptivas.
Solés decir que debemos dejar de vender Malbec como marca...
Creo que hay que empezar a crear submarcas o denominaciones de origen. La gente ya no toma un varietal sino un vino que viene de una región, de un terroir y de un método de elaboración. Quienes hoy compran solamente Malbec, mañana pueden comprar Gualtallary, Los Chacayes, Altamira… Sin embargo, no veo en el corto plazo una estrategia sobre este punto. Sería generoso de parte de las bodegas grandes tomar la delantera con las denominaciones de origen, llevándolas al mercado y comunicándolas en las ferias para que vayan llegando a las góndolas.
¿ Qué vinos vienen creciendo en el mercado interno?
Los de alta gama son los que mejor performance han tenido. En el caso de Sottano, fueron las líneas Judas, Barrabás y Reserva de Familia. Y en Colosso Wines, Maldito, Arrogante y Colosso. Esto se dio porque, en pesos, el vino se hizo más barato y el consumidor tiende a elegir, por la misma cantidad de dólares, un producto de mayor jerarquía. También me sorprendió ver que a línea que tengo a nivel personal, Mil Demonios, se transformó en una marca de culto. La gente está ávida de estos productos nuevos y originales.
¿ Tus vinos predilectos?
Se dice que a los hijos se los quiere por igual, pero siempre hay un mimado. Por Colosso Wines, mis mimados son el Maldito, que es un producto tremendo, y el Arrogante Syrah, que es maravilloso. Por Bodega Sottano, destaco el Viognier y la línea Reserva de Familia, los mejores vinos en su franja en relación precio-calidad. Y de Mil Demonios elijo el Lucifer y el Vikingo.