¿Acné, arrugas? Por qué el azúcar es la archienemiga secreta de tu piel

Además de disparar la presión arterial, deteriorar los dientes y provocar aumento de peso, el azúcar daña las fibras de colágeno que sostienen la dermis. En esta nota, las claves para aprender a cuidarnos.

¿Acné, arrugas? Por qué el azúcar es la archienemiga secreta de tu piel
Los azúcares también inducen los procesos inflamatorios y empeoran el acné y la rosácea, si somos propensos a estas afecciones. Foto: 123RF.

¿Adicción a los dulces? ¿De qué manera el azúcar agrede a la piel? Si resulta imposible controlarse frente a los postres y otros dulces, es importante saber que, además de deteriorar los dientes o modificar la silueta, el azúcar conspira contra la piel.

Esta sustancia daña las fibras de colágeno y, por lo tanto, con el paso del tiempo promueve la aparición de arrugas. El azúcar es adictivo, causa inflamación y afecta negativamente la calidad del colágeno a través de un proceso conocido como glicación. ¿De qué se trata?

La glucosa presente en el azúcar (cada molécula de azúcar contiene una unidad de glucosa y una de fructosa) reacciona con las proteínas para formar estructuras glicosiladas, que se van acumulando y terminan por destruir el sostén de la piel, que está compuesto por fibras de colágeno y elastina.

Es un proceso irreversible, que acaba por dañar la elasticidad y la tonicidad de la piel, porque esta se torna rígida y luce envejecida.

A largo plazo, el alto consumo de azúcar termina por dañar la elasticidad y tonicidad de la piel, tornándola rígida y con aspecto envejecido.

Por otra parte, los azúcares también inducen los procesos inflamatorios y empeoran el acné y la rosácea, si somos propensos a estas afecciones. Un exceso de insulina en el organismo deriva en una mayor producción de andrógenos y de factores de crecimiento, que desencadenan brotes de acné.

La mejor manera de luchar contra este fenómeno es apostar a una buena alimentación. ¿Pero cuánta azúcar es mucho azúcar? Sin contar la que se encuentra de manera natural en la leche y las frutas, el famoso azúcar agregado (presente en infinidad de productos industrializados) no debería superar el 10 % del consumo diario de calorías.

Los vegetales, frutas (especialmente arándanos), semillas, granos, huevos y carnes blancas son ideales para mantener la salud de la piel, debido a su alto contenido de antioxidantes y vitaminas A y C.

No hay que perder de vista que el azúcar se oculta con diferentes nombres en los alimentos industrializados: jarabe de maíz de alta fructosa, miel, dextrosa, fructosa, glucosa, endulzante, jarabe de malta, lactosa, maltosa, sacarosa, melaza, entre tantas otras denominaciones. Basta con revisar los envases para descubrirla.

Si bien existen varios productos “antiglicación” de uso tópico, con extracto de arándano, por ejemplo, se desconoce su eficacia dado que no son capaces de penetrar la dermis. Aquellos con retinol o tretinoína pueden estimular la producción de nuevo colágeno y combatir los efectos adversos del azúcar.

Los antioxidantes tópicos también pueden ser un buen complemento.

En síntesis, pequeños cambios en la alimentación cotidiana pueden conducirnos a tener una mejor piel. Se sugiere el consumo de berries (los arándanos son ideales), por su baja concentración de azúcar, su poder antioxidante y alto contenido de vitamina C; de alimentos enriquecidos con vitamina A (lácteos); vegetales, frutas, semillas, granos enteros, huevos y carnes blancas.

Si mantenemos una dieta saludable, veremos los efectos en nuestra piel.

*Médica dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y de la Academia Americana de Dermatología. adrianaraimondi@yahoo.com.ar Contenido exclusivo de Rumbos.

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