Cambia Mendoza y el PJ divididos en tres para las PASO

En el caso de la coalición gobernante asoma un espacio “no cornejista”.

Cambia Mendoza y el PJ divididos en tres para las PASO
Cambia Mendoza y el PJ divididos en tres para las PASO

En Cambia Mendoza y en el PJ se viven realidades paralelas, aunque con distintos dramatismo y pesos protagonicos. La fotografía del peronismo parece mucho más descarnada que la de los socios del oficialismo, pero en ambas imágenes aparece una fractura ya indisimulable.

En el caso de la coalición gobernante, asoma un espacio "no cornejista", liderada por Omar de Marchi y Julio Cobos, dónde también revistarían la Coalición Cívica y el Partido Demócrata; todos para enfrentar al eventual candidato de Alfredo Cornejo en la primaria abierta, simultánea y obligatoria (PASO).

Del lado del PJ, en los últimos meses se habían conformado dos polos, por un lado los cinco intendentes peronistas, del otro La Cámpora y las organizaciones K aliadas a lo que aglutina el ex vicegobernador Carlos Ciurca.

En los últimos días el bloque de los intendentes parece haber perdido dos jugadores de peso, los hermanos Alejandro y Adolfo Bermejo. Los hermanos maipucinos bailan con Cornejo y el menor de ellos, el intendente de Maipú, charla con los líderes del kirchnerismo local, Anabel Fernández Sagasti y Lucas Ilardo.

Un dato: en Cambia Mendoza todo el movimiento interno es una reacción a los movimientos de Cornejo; en el PJ también. La larga mano del Gobernador también pesa en la interna de la oposición.

Mesa de truco oficialista

Asoma un espacio "no cornejista" parece una afirmación débil, porque algunos de los protagonistas todavía orejean las cartas y se pasan señas. Apenas una foto en un quincho de Las Heras; el intendente anfitrión Daniel Orozco, pasó el jueves por Casa de Gobierno a recibir siete millones de pesos y posó para otra foto con el gobernador Cornejo.

La foto del quincho, lo tuvo a un decidido intendente De Marchi (Luján de Cuyo), quien ya hizo públicas sus ganas de ser gobernador; también al ex gobernador Cobos, quien todavía no blanquea, pero se lo ve activo.

Estaba la vicegobernadora Laura Montero. También estaba el histórico dirigente demócrata Carlos Balter y uno de los líderes de la Coalición Cívica mendocina, Gustavo Gutiérrez.

Todos lejos del poder cornejista, mostrándo un esbozo. Pero por ahora sólo un esbozo.

La decisión lógica sería, sabiendo que Cornejo va a elegir un candidato propio para sucederlo, fortalecer ese espacio y elegir a un aspirante entre todos, para que enfrente al del Gobernador.

Las usinas cobistas recuerdan que en 2015 había tres espacios, cornejismo, cobismo y el espacio que lideraba Enrique Vaquié. En aquel entonces, se armó de abajo hacia arriba, dónde no hubo acuerdo, hubo PASO, como en los departamentos que todos los sectores o dos sectores llevaban sus candidatos. Y se acordó la fórmula Cornejo-Montero, mientras que Vaquié fue durante un año el superministro del gabinete.

"Lo que cambió es que uno de esos espacios no quiere legitimar a los que están afuera", rezongan esas usinas cobistas. Y advierten que la candidatura de Luis Petri en San Martín no será la única del sector para competir en las PASO con los candidatos de Cornejo.

La pregunta es si el espacio "no cornejista" que se esbozó en la foto del quincho de Las Heras terminará en un espacio interno de Cambia Mendoza. La lógica no siempre es tan lineal en política. En el entorno de Cornejo se viene repitiendo de ese incipiente conglomerado tiene una debilidad: "¿quién va a ser el candidato? ¿Cobos o De Marchi? ¿Uno va a dejar pasar al otro?". Los adláteres de Cornejo defenestran cualquier posibilidad de supervivencia de ese espacio por las ambiciones de los dos posibles candidatos.

En el entorno del senador nacional se indica que la voluntad es "engordar el espacio nacido en el quincho. Nosotros trabajamos para que Julio (Cobos) sea el candidato, pero él definirá si los es el año que viene y esperamos que pesen las encuestas, Omar mide bien, pero Julio mide mejor".

Más aún las señas que se pasan en la mesa de truco son equívocas hasta para los posibles socios: "Julio no tiene condicionado el apoyo a Omar; sino se presenta él, puede apoyar a Suárez, a (Tadeo) García Zalazar, o (Mario) Abed. No está cerrado un acuerdo con De Marchi de voy yo o vas vos".

Desde Luján, las voces apuestan más a la conformación de ese espacio, aunque también se reservan la posibilidad de un desencuentro final. "Estamos hablando, aunque eso no significa que termine en acuerdo electoral".

En el departamento que conduce De Marchi, se espera también que el PD y la Coalición Cívica sean parte de un espacio "no cornejista" y que apoyen la candidatura del actual intendente.

Todo juego interno también se hace mirando el juego del principal adversario externo.

Lo que se observó en los últimos días en el PJ fue que cuatro de los intendentes peronistas decidieron hacer las elecciones de cargos municipales en fecha diferente a las provinciales, al menos las primarias abiertas para elegir concejales e intendente en San Rafael, San Martín, Lavalle y Tunuyán.

En esa coyuntura, el PD buscó diferenciarse de Cambia Mendoza y anunció que probarían con candidatos propios en esas comunas, por fuera de la coalición gobernante. Casi una venganza por lo que consideran un destrato de Cornejo en estos tres años, que los dejó fuera de toda decisión de gobierno o de cargos; es que sólo un puñado de demócratas que prácticamente está fuera del PD es el que logró un nombramiento en la gestión Cornejo.

Hay quienes arriesgan que algunos dirigentes del PD quiere volver a las viejas épocas, ser el tercero en discordia y poder alimentar su aparato con cargos a cambio de apoyos o votos circunstanciales.

Por ahora lo único concreto es el berrinche del PD y una foto. El espacio "no cornejista" no ha pasado de un asado en Las Heras. Pero los protagonistas de ese asado parecen entender que sólos no tienen chanches de enfrentar al espacio principal de Cambia Mendoza, el que lidera y fagocita todo lo que puede en el oficialismo.

El misterio maipucino

Después de la elección 2017, el peronismo se había reorganizado en dos espacios y los movimientos del PJ gozaban de cierta previsibilidad. Se recurría a la mesa de los intendentes o a la mesa del tandem kirchnerismo-Ciurca y todo se arreglaba a partir del diálogo en función del equilibrio relativo de fuerzas que habían mostrado los dos sectores en las PASO del año pasado.

Pero de pronto, tal vez por necesidades propias o por tentaciones ajenas, la mano de Cornejo apareció en el juego interno del peronismo mendocino.

Primero fue la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti la que se sentó en el despacho del Gobernador y obtuvo una ventaja política. Su proyecto de juicio por jurados fue adoptado por el Ejecutivo.

Desde entonces, el kirchnerismo tiene una posición que podría definirse como "equilibrada"; castigan algunas cosas, como el nivel de endeudamiento de la provincia, pero disimulan otras en las que el resto del peronismo se desgañita, como la promulgación del artículo 198 de la Constitución, la que limita las reelecciones de los intendentes.

Los observadores K analizan el escenario post promulgación: "No tienen vocero para anunciar que van en contra de las reelecciones indefinidas de intendentes, no se animan a decirlo. Saben que no garpa".

En el espacio que lidera Anabel Fernández Sagasti se dice que Cornejo "juega fuerte, pero se va. Por qué nos vamos a pelear con un tipo que se va y mide bien. Preferimos putearnos con (Martín) Kerchner o el que venga como candidato de ellos. Nuestro adversario no es Cornejo. Nosotros vamos por la interna del peronismo".

Desde hace poco más de un mes, un jugador de peso del peronismo, del sector de los intendentes, empezó a moverse casi en sintonía con esa postura K: el intendente de Maipú Alejandro Bermejo. Casi como sio hubiera sabido lo que se venía, antes de la promulgación de la limitación a las reelecciones, Bermejo se bajó de su propia reelección, nombró a un sucesor, Matías Stevanato y en las últimas dos semanas se mostró cercano al gobernador Cornejo.

En la entrevista publicada el domingo pasado por Los Andes, el cacique maipucino se mostraba conciliador con el jefe del Ejecutivo provincial. Usaba casi la misma frase que dicen en el kirchnerismo: "el Gobernador juega muy fuerte" y que el peronismo siempre "reacciona" a las acciones de Cornejo. "El peronismo ha perdido la capacidad de la acción" decía.

Uno de los espacios del peronismo era una liga de cinco intendentes, cuatro de ellos quieren pelear su reelección en la Justicia (Emir Félix de San Rafael, Martín Aveiro de Tunuyán, Roberto Righi de Lavalle y Jorge Giménez de San Martín); el quinto, Bermejo, ya se bajó de esa pelea y juega como líbero de las estrategias de esa liga y del PJ en su conjunto.

El otro espacio es el que lideran la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti y el diputado provincial Lucas Ilardo, ambos de La Cámpora; aliados con lo que mantiene el ex vicegobernador Carlos Ciurca. Bermejo parece coquetear con los jóvenes camporistas.

El problema es que el intendente maipucino y particularmente su hermano senador provincial Adolfo Bermejo, son de los dirigentes con mayor imagen positiva del PJ. En la liga de los intendentes se dice que los Bermejo son la pata fuerte del peronismo en la zona norte, mientras que la otra pata fuerte es del sur, con los hermanos Félix, el intendente sanrafaelino Emir, y el diputado nacional Omar. Este último tiene alguna proyección hacia el norte.

"Si los Bermejo quieren debatir algo en la mesa, tienen la suficiente legitimación para hacerlo. No lo hacen". dicen en la mesa de la liga. Sin embargo no creen que el hermetismo que muestran los hermanos maipucinos llegue a ser una fractura o el nacimiento de un espacio interno. Pero si creen que está la mano de Cornejo y que los Bermejo están bailando la misma música que baila Cornejo. "Es de ida y vuelta", dicen.

Hay un motivo visible. Un crédito BID que el intendente de Maipú quiere para una obra de saneamiento; pero no es el único. ¿Hay sintonía política con Cornejo o con el espacio K?

Dicen que la semana anterior, hubo un encuentro entre Alejandro Bermejo y Anabel Fernández Sagasti.

Dicen que todavía no hay una decisión final, porque el intendente no quiere dejar solo a su delfín en Maipú, pero que tiene ganas de ser diputado nacional y cree que el paraguas protector de Anabel Fernández Sagasti, más los puntos de encuestas de Bermejo, podrían ser argumentos para que la ex presidenta Cristina Fernández lo bendiga llevándolo en la boleta.

Dicen que Bermejo definiría su destino electoral en enero: legislatura o Congreso, dependiendo de las chances de Stevanato en Maipú.

"La dirigente que más mide es Cristina. No hay una persona más cerca de Cristina que Anabel", dicen en el kirchnerismo local. 

"En Unidad Ciudadana hay tranquilidad. Tener candidato a presidenta y a gobernadora a esta altura del año, es una tranquilidad, sabemos a qué vamos a jugar; tenemos candidatos a intendentes. En el resto del peronismo hay incertidumbre" dicen.

Reiteran que Cristina es la dirigente nacional que más mide y que si la ex presidenta recorre el país, tienen para dar batalla, al menos en la PASO del PJ, con Anabel Fernández Sagasti candidata a gobernadora.

"Félix se movió porque lo vio moverse a Bermejo. Pero ni el hermano intendente fue su lanzamiento a la gobernación", dicen en las usinas K mendocinas, para luego decir que el único candidato que ven con voluntad del otro sector es uno que aún no blanquea sus aspiraciones: Rodolfo Gabrielli.

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