Fue la única vez en la historia de Mendoza que el hijo de un gobernador ocupó el mismo cargo. Su padre, el teniente general Rufino Ortega, lo había hecho en 1884 y aquel prestigioso apellido volvió al poder en 1910 para prolongarse por cuatro años.
Como su padre, Rufino Ortega hijo gobernó con una impronta progresista y de importantes obras públicas. A él le toco ser protagonista de la organización del Centenario de la Revolución de Mayo y de la inauguración del Cerro de la Gloria.
¡Hijo e' tigre!
Félix Rufino Ortega nació en nuestra provincia el 7 de setiembre de 1872. Su padre fue el teniente general Rufino Ortega, quien tuvo una destacada vida política y militar. Su madre fue Elvira Ozamis.
Durante la gobernación de Emilio Civit, Rufino (hijo) ocupó el puesto de jefe de policía, cargo que desempeñó desde 1907 hasta 1910.
Además, fue presidente de la Comisión de Fomento Industrial y Vitivinícola, del Crédito Público en el gobierno de José Néstor Lencinas y luego en el del doctor Orfila. También se dedicó a sus emprendimientos particulares en el departamento de Maipú.
Falleció en Mendoza, el 22 de julio de 1933. Estaba casado con María Luisa Quiroga, con quien tuvo varios hijos.
El gobernador cabalga
Rufino Ortega hijo asumió el 6 de marzo de 1910 junto al vicegobernador Silvestre Peña y Lillo. Su mandato se inició en vísperas de los festejos del Centenario. Durante su gestión, las principales prioridades fueron la educación y las obras públicas.
A los pocos días de asumir como primer mandatario provincial, Ortega participó de la inauguración total del Ferrocarril Trasandino. Unos meses antes, finalizó la construcción del túnel internacional, que unió a Chile y Argentina después de casi treinta años de trabajos y tramos parciales.
En 1911 se crearon las escuelas industriales Presidente Urquiza, José Vicente Zapata y Fray Luis Beltrán. Un año después se fundó la Escuela Normal Mixta de Maestros Infantiles y la Escuela Mercantil Mixta.
Meses más tarde comenzó a funcionar el servicio de tranvías eléctricos a cargo de la Empresa de Luz y Fuerza.
En su gestión continuaron los trabajos del Parque y fue comprada por la suma de 35.000 francos, a la firma francesa de Sahores y Ojeda de París, una reproducción en mármol blanco de Carrara, de primera calidad de los ‘Caballitos de Marly’.
Durante las elecciones para gobernador, nuestra provincia utilizó una nueva forma de voto mediante el sufragio universal y secreto, ley que promulgó el presidente Roque Sáenz Peña.
El 12 de enero de 1914, el Colegio Electoral proclamó gobernador a Francisco S. Álvarez y vice a Rafael Guevara, del partido La Liga Cívica, y el 6 de marzo de ese año Ortega entregó el mando de la provincia.
Centenario, Roosevelt y después
En 1910, al conmemorarse los primeros cien años del nacimiento de nuestra Patria, las autoridades locales dispusieron un agitado calendario, repleto de celebraciones y reuniones populares.
Los festejos comenzaron el día 24 de mayo en el Campo Histórico, que por aquel entonces se llamaba Los Tamarindos. Ante una multitud de fervorosos ciudadanos, se inauguró una pirámide mientras sonaba una salva de 21 cañonazos. Luego brindó un apasionado discurso el vicegobernador de la provincia, Silvestre Peña y Lillo.
El 25, los actos oficiales comenzaron con un tedéum que se realizó en los Portones del Parque, ceremonia religiosa que fue replicada en muchas iglesias de la provincia. En la plaza San Martín se realizó un desfile cívico militar y luego la Sociedad Pro-Patria inauguró una placa de bronce frente a la estatua del Libertador. Más tarde hubo fogones criollos, guitarreadas, bailes y almuerzos con comidas típicas.
Por la noche se lanzaron fuegos artificiales que maravillaron los miles de ojos que los veían por primera vez en el firmamento provincial.
Rufino Ortega recibió el 19 de noviembre de 1913 al ex-presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt.
El destacado político norteamericano visitó las obras del Cerro de la Gloria, la Quinta Agronómica, el jardín de infantes y varias bodegas. El día 21 partió hacia Chile.
Otro evento de suma importancia en el que el mandatario tuvo una participación directa fue la inauguración el 12 de febrero de 1914 del monumento al Ejército de los Andes en la cima del Cerro del Pilar que, a partir de entonces, fue llamado de la Gloria.