Rubén Magnano: “En Mendoza se está trabajando muy bien”

Invitado para la Clínica de Raválida para entrenadores, el coach cordobés habló sobre la histórica Generación Dorada entre otros temas.

Rubén Magnano: “En Mendoza se está trabajando muy bien”
Rubén Magnano: “En Mendoza se está trabajando muy bien”

Rubén Magnano es el coach más importante de la historia del básquetbol argentino. Comandó un grupo subcampeón mundial (Indianápolis 2002) y luego fue partícipe de uno de los logros deportivos más importantes del país: el oro olímpico 2004 (Atenas). Oriundo de Villa María, de innumerables pergaminos a nivel clubes, y por el momento sin dirigir, el cordobés llegó a Mendoza para disertar en la Clínica Anual de Reválida.

-¿Cómo lo recibió Mendoza?

-Estar en Mendoza me trae buenos recuerdos, hemos jugado un TNA en el ‘94 contra Regatas. Fue una serie muy disputada. Siempre ligado a lindos recuerdos aquí.

“Estuve mucho afuera, pero vi una U13 de Mendoza y me pareció magnífica. Está en un lote interesante de selecciones. Se está trabajando muy  bien”, dijo sobre la evolución basquetbolística provincial.

-¿Cómo se hace para ponerse nuevos objetivos luego de aquellos logros insuperables?

-Es extremadamente peligroso sentarse arriba de un logro y mirar para atrás. Cambiás recuerdos por desafíos y no es productivo. Cuando sucede eso es porque te estás poniendo viejo. Claro que cuando quiero darme una ducha de autoestima veo la final de los Juegos Olímpicos. Pero busco siempre nuevos desafíos.

-¿La Generación Dorada fue la conjunción de muchas individualidades o la consecuencia de un trabajo?

-Una consecuencia de una estructura dirigencial, de jugadores y entrenadores con una capacidad en los clubes poco reconocida. Ojalá todos entendamos lo que significan los pequeños clubes en la formación de jugadores.

-¿Cómo se hace para entrenar a jugadores de elite?

-Los jugadores de Selección son inteligentes para saber que todos los días deben aprender algo, y me incluyo como entrenador. Es lo que yo nombro como humildad inteligente. Este tipo de jugadores buscan elevar siempre su techo.

-¿Se puede avizorar un futuro similar al de esa camada?

-Del momento en que sucedió puede volver a pasar. Nadie apostaba que Argentina podía ser campeón olímpico. Estamos acostumbrados a alimentar la desesperanza, inclusive a nivel país. Pero claro que da para soñar y esperanzarse.

-¿En qué momento se dieron cuenta que podían alcanzar algo grande?

-Después del Mundial 2002  declararamos que Argentina iba a ir por una medalla, aunque no sabíamos el color. Veníamos de perder la final en Indianápolis por una bola ante Yugoslavia; eso nos abrió los ojos y nos permitió pensar que podíamos alcanzar algo grande. Uno de los momentos más importantes se dio en el debut ante Serbia en Atenas 2004.

-¿Cuán importante fue Tolcachier en ese proceso?

-Enrique fue mi asistente y es mi amigo, un entrenador laborioso e inteligente. Ve muy bien el juego y en ese momento fue vital. Aunque alejado de las luces de los jugadores, él fue tan importante como yo.

-¿Le siguen sorprendiendo los jugadores?

-Sí, día a día. De Fabricio Oberto me sorprendió como modificaba el chip en un equipo en el que agarraba rebotes y defendía para transformarse en una opción ofensiva. Fue notable cómo esos jugadores se preparaban. Otro fue Pablo Prigioni y cómo llegó a hacerse cargo del equipo.

-¿Cómo ve las formativas en la Argentina?

-Hay cosas por mejorar. No nos olvidemos que de los que ganaron el oro, once estaban afuera del país. Hay que ver cómo se puede lograr ese roce sin la suerte del éxodo.

-¿Los planes de Magnano a futuro?

-Sigo dispuesto a dirigir. Me siento con muchas fuerzas para hacerlo y, cuando ya no las tenga, será tiempo para sentarse a disfrutar de los logros. / Prensa: Federación Mendocina.

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