Desde que empecé a investigar los griegos, esta historia de Agamenón en cuanto al poder, muestra las miserias humanas al límite. Y sabios los griegos de poner el sacrificio humano en el medio.
Este proyecto viene hace mucho tiempo, quería hacerlo hace cuatro años. Pero cuando decido volver a Mendoza ya tenía un texto más acabado. De la idea solo mantengo la estructura dramática, lo demás es toda creación propia; los diálogos y mi Agamenón vienen de la cárcel, a diferencia del original, que va a Troya.
"Fragmentario" es como volver a la fuente desde el lugar independiente del teatro, donde yo nací. Donde empecé a hacer teatro con la ropa que teníamos, con la madera doblada. Porque el espíritu del grupo es ese.
Y creo que después de tantos años, que una obra nazca en un espacio como Casa Violeta, desde la resistencia. La hicimos sin un peso, solo con las ganas de hacerla. Lo que invertimos lo recuperamos en las dos primeras funciones.
Para mí es un orgullo y satisfacción muy grande, y el reconocimiento fue impensado. Por ahí uno especula con algún reconocimiento, pero no tantos premios en el Festival de Teatro Estrenos.
Regreso al pago. Soy respetuoso de los ciclos y no insisto. Cuando veo que se acaba el ciclo, me cambio de ropa y me voy. En San Juan hice muchas cosas y soy agradecido. En el momento que me estaba despidiendo de San Juan luego de 15 años de trabajo, me llega un llamado para trabajar en Mendoza y volví.
Estos dos años han sido muy intensos y el giro fue importante desde lo personal y profesional. El año pasado tuve la satisfacción de actuar en La Comedia Municipal. También repuse dos textos como "Tres viejos mares" y "Esperando el lunes", dos proyectos muy queridos y que están en cartel.
Es que tenía guardadas varias cosas debajo del poncho, para volver con todo. Y mi intuición no me falló. Este proceso con "Fragmentario" lo demuestra y con la alegría en lo personal, en cuanto a la convocatoria del elenco. Porque además de excelentes actores son buena personas. Son compañeros, se permiten, se dan y se entregan. Y eso es importante y sin ellos no podría haber funcionado la obra.
Desde mis comienzos, en el año 81, cuando decidí hacer teatro, me volqué de lleno a la carrera independiente y la sostengo hasta el día de hoy. ¡Estudio con mis propios fantasmas! Y con amigos del teatro, con los que siempre hay algo que aprender. No concibo otra cosa que no sea generar un hecho artístico.
El teatro es la posibilidad del ida y vuelta, y ese punto tan trillado del hecho mágico. Eso mágico que sucede en ese instante invisible, no te permite otra cosa que no sea felicidad y evolución permanente.
Y la necesidad de escribir mi propia dramaturgia forma parte de un proceso, que se dio de una manera natural. Es la necesidad de contar y ser testigo de lo que está pasando ahora, como partes de la sociedad. Es una meta ser testigo de este tiempo y no me aparto de ese propósito. Y así surgen los temas en mis obras.
Lo mismo ocurre con la dirección, cuando decidí hacerlo necesitaba que el actor no tuviera las carencias que tuve yo y facilitarle al actor lo que a mí no me facilitaron.
Y desde la independencia se puede lograr una buena obra; la independencia es mi actitud y la sigo sosteniendo. Desde lo sencillo se puede y el espacio vacío me gusta explorarlo. Porque primero está el contenido y luego el envase.
El envase puede tener muchas cosas a favor de la imagen, pero si no tiene nada adentro estamos perdidos. Y es desde ahí donde concibo la técnica de la actuación, la concepción de la puesta en escena y la dramaturgia.
La obra "Fragmentario", interpretada por Celeste Álvarez, Marcelo Díaz, Darío Martínez y Andrea Simón, se ofrecerá en una nueva función el viernes 2 de noviembre, a las 22, en la Casa Violeta (Paraguay 1474, Godoy Cruz).
Hombre de teatro
"Fragmentario", "Tres viejos mares" y "Esperando el lunes", son las últimas puestas de González Mayo que continúan en cartel.