Vecinos de Carrodilla, que viven en el área de la ex fábrica Carbometal, se han convertido en improvisados rescatistas por la cantidad de accidentes que registra la mal realizada rotonda de avenida San Martín, Besares y Boedo.
La obra vial fue construida hace 2 años por un gran hipermercado de 4.138 m2 de superficie que se instaló en esa zona y, como contrapartida por el gran número de vehículos que estaba previsto que ingresaran a sus dependencias, proyectó y ejecutó el ordenador.
Pero desde la habilitación de esa rotonda, se han sucedido una innumerable cantidad de accidentes de tránsito, ocurridos en general por no haber sido advertida a tiempo la estructura por las personas que guiaban los rodados.
Debe reconocerse sin embargo que, pese a las limitaciones de la construcción sobre la calzada, en muchos casos la alta velocidad y la imprudencia de ciertos conductores ha contribuido de manera importante en la ocurrencia de los siniestros, hasta ahora afortunadamente, sin víctimas fatales, pero con heridos de distinta gravedad y muchos daños materiales.
Un joven, Dino Humberto Singarella (33), estudió la situación, dado que todos los días hábiles pasa por el conflictivo lugar para ir a su trabajo, en la Oficina Fiscal N° 15, basada en la Comisaría 47a, a metros del nudo vial de calle Paso.
Los problemas mayores se presentan para quienes se trasladan de norte a sur, al aparecer "de golpe" en el horizonte del conductor el complejo derivador. Un factor determinante es que no se conoce su existencia y además no se cuenta con suficiente cartelería previa que advierta la existencia del ...obstáculo, que en realidad está allí para ordenar.
De noche la situación se agrava y, de hecho, en los horarios nocturnos se han producido los percances más graves. "No la vi", dicen algunas personas que al volante embistieron el primer triángulo de la rotonda, con resultados muy diversos.
Allí había un semáforo con luz intermitente que era una señal de alerta, que fue ladeado a golpes de vehículos sin control y que finalmente fue retirado por el municipio de Luján; según residentes, con antelación a la visita de la Presidenta de la Nación, cuando la mandataria visitó la refinería de petróleo de YPF.
Uno de los incidentes graves se produjo aproximadamente hace un mes y medio, alrededor de las 22, cuando un automóvil ocupado por cuatro chicas y un varón siguió de largo y, tras embestir el cordón, se estrelló contra un poste de energía eléctrica.
Ese incidente fue uno de los tantos en que Andrea Leone, que vive enfrente, su esposo y demás familiares, tuvieron que intervenir rápidamente para auxiliar a los heridos. Pero no fue la única vez que salieron sino muchas más.
Andrea, que vive allí desde hace 16 años, resume en tres aspectos la situación existente: la rotonda no reduce los riesgos de accidentes; su principal defecto es la deficiente iluminación nocturna y, por último, no hay por donde cruzar la avenida San Martín por parte de quienes habitan sobre la vereda este.
Como no se espera un rediseño total de la obra, el vecindario aspira a que se redoblen los avisos de la proximidad del ordenador, con cartelería intensiva y hasta con algún elemento sobre el pavimento que indique, a quien maneja, que se aproxima a una zona de frenado y de manejo cuidadoso.
El propio Singarella propone la utilización de pintura reflectiva sobre la pequeña isla del sector norte y en otras partes del conjunto, además de iluminar con mayor intensidad toda el área.
Es verdad que la Policía Vial de Luján ha colocado cartelería nueva sobre el sector de acceso a la rotonda, pero evidentemente ese aporte no alcanza.
Los reclamos de los contribuyentes fueron tomados por el concejal José Naranjo (FPV), quien elaboró un decreto al respecto, que fue aprobado por el cuerpo en general. Ese instrumento exige al Ejecutivo municipal para que en 180 días "efectúe las gestiones y obras necesarias que posibiliten la correcta señalización y demarcación de la rotonda de Besares y mejorar la iluminación existente".
Otras acciones a ejecutarse, según el Concejo Deliberante, es poner en servicio nuevamente el semáforo intermitente, demarcar la división de los carriles, colocando tachas con luces; instalar reductores de velocidad con pintura reflectiva y colocar luminarias de mercurio halogenado.
Los vecinos esperan que el accidente de los 5 jóvenes de hace un tiempo, sea el último de una larga serie. Pero nadie puede dar seguridad de que algo así ocurra.