El juez Carlos Fernando Rosenkrantz dará inicio a una nueva era en la Corte Suprema de Justicia al asumir la presidencia en reemplazo de Ricardo Lorenzetti, quien estuvo a cargo de la conducción del máximo tribunal durante los últimos 11 años.
Las nuevas autoridades se definieron ayer, en la tradicional reunión que realizan los martes sus cinco ministros. Allí, los jueces Lorenzetti, Rosenkrantz, Horacio Rosatti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda se pusieron de acuerdo para iniciar la transición.
Fue un cónclave con largas deliberaciones y se extendió por más de cuatro horas. Y pese a que el mandato de Lorenzetti debe terminar formalmente el 31 de diciembre, los magistrados optaron por adelantar la fecha para que las nuevas autoridades asuman el próximo 1 de octubre.
Luego de discutir formalidades, comenzó la danza de nombres para la futura conducción y la primera en hablar fue Highton de Nolasco, quien propuso que Rosenkrantz asuma la próxima presidencia. Éste aceptó la nominación y ofreció que ella continúe en la vicepresidencia.
El binomio ganó entidad cuando sumó el respaldo de Lorenzetti y de Rosatti. Por su parte, Maqueda planteó la posibilidad de mantener el esquema vigente, pero su sugerencia no prosperó.
Finalmente, los jueces votaron y más allá de las diferencias se logró una definición unánime (tal como lo establece la ley para designar esos cargos). Los resultados se plasmaron en la acordada 29/18, que cuenta con la firma de todos ellos.
Rosenkrantz posee una extensa trayectoria y un alto perfil académico y jurídico. Se recibió con honores en la Universidad de Buenos Aires, cuenta con un magister y un doctorado en Derecho de la Universidad de Yale, Estados Unidos, y antes de llegar al máximo tribunal fue rector de la Universidad de San Andrés.
En sus inicios, fue discípulo del destacado jurista y filósofo Carlos Salvador Nino, y en 1984 se desempeñó como asesor del Consejo para la Consolidación para la Democracia, creado por el gobierno del fallecido presidente Raúl Alfonsín a la salida de la dictadura.
Al igual que Rosatti, llegó a la Corte Suprema propuesto por el presidente Mauricio Macri. Su pliego, para reemplazar al fallecido Carlos Fayt, logró el aval del Senado el 15 de junio de 2016 y el 22 de agosto de ese año juró en el cargo, convirtiéndose además el primer ministro de la Corte Suprema de Justicia de origen judío.
Y aunque Lorenzetti continuará como miembro de la Corte, su paso al costado pondrá fin a una era que se inició el 1 de enero de 2007, cuando accedió a la presidencia del tribunal en reemplazo de Enrique Petracchi.
"Es tiempo de dar un paso al costado, los cargos no deben ser nuestro objetivo", afirmó Lorenzetti y, para explicar por qué no buscó su quinto mandato el frente de la Corte, agregó: "Las personas debemos disolvernos en las instituciones".
En declaraciones a la prensa, el titular del máximo tribunal elogió a su sucesor al definirlo como "un gran jurista" y se comprometió a darle su "total" respaldo.
“Seguiré trabajando como siempre y tal vez tenga más tiempo para la vida académica y la actividad internacional, sobre todo en el tema ambiental, que es tan urgente”, adelantó.
Apenas se confirmaron los cambios, desde el Poder Ejecutivo elogiaron los nombramientos de Rosenkrantz y de Highton de Nolasco. "Confiamos en el coraje y en la vocación de servicio de las nuevas autoridades para continuar con el trabajo interinstitucional con el objetivo de lograr mejorar el servicio de justicia", expresó el ministro de Justicia, Germán Garavano.
El primer ministro de origen judío, propuesto por el presidente Macri
Carlos Fernando Rosenkrantz es un abogado de 59 años, recibido con honores en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), que cuenta con un magister y un doctorado en Derecho de la Universidad de Yale, Estados Unidos. El 22 de agosto de 2016 asumió su puesto en la Corte Suprema y se convirtió en el primer ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de origen judío.
Hasta ser designado como juez del máximo tribunal a propuesta del presidente Mauricio Macri, Rosenkrantz se desempeñaba como rector de la Universidad de San Andrés. Antes fue profesor en la New York University, en la Richmond School of Law, en la Denver University, en la Universitat Pompeu Fabra, España y en la propia UBA.
Fue asesor en 1984 del Consejo para la Consolidación para la Democracia, creado por el gobierno del fallecido presidente Raúl Alfonsín a la salida de la dictadura.
Como rector de la Universidad de San Andrés, cargo al que accedió en 2008, apoyó la creación del "Centro de Estudios Anticorrupción". También escribió el prólogo del libro "Cosa juzgada fraudulenta", de Federico Morgenstern, un ensayo sobre la "cosa juzgada írrita", una figura jurídica que podría utilizarse para reabrir causas de corrupción que fueron archivadas.
En junio de 2016, su pliego fue aprobado junto con el de Horacio Rosatti. Rosenkrantz obtuvo 58 votos sobre 72 posibles. Para superar los dos tercios necesarios, fue fundamental el apoyo del bloque del Frente para la Victoria. Desde su llegada al alto tribunal, mantuvo su perfil técnico y se corrió de la pelea por la sucesión de Lorenzetti, incluso en los períodos en que su nombre se mencionó como el preferido de Macri para asumir la presidencia de la Corte.