Hace no tanto tiempo, los botines de fútbol eran negros, pero ya no: hoy en día, los fabricantes utilizan una gama de colores casi sin límite para intentar llamar la atención sobre su producto.
El Mundial de Brasil no concede espacio para la nostalgia, el recuerdo de aquellos tiempos en los que el juego era más simple y los futbolistas eran esforzados trabajadores que jamás se imaginaban tirándose dentro del área para forzar un penal.
Nada como las botines de fútbol para reflejar el paso del tiempo en el deporte rey. Una buena muestra está en el Mundial de Brasil, donde colores llamativos y diferentes, contrastan con el verde del terreno de juego.
No era hace mucho tiempo cuando la elección de un calzado no admitía demasiada variación. Se compraban unas botas negras y lo único que se podía elegir era la marca y el consiguiente logotipo del fabricante.
Ahora, una mirada a la pantalla del televisor mostrará los pies de los jugadores adornados con botas que contemplan una amplia gama de colores, más allá del arco iris.
Teniendo en cuenta las enormes cantidades de dinero que hay en juego, no es sorprendente que las empresas de material deportivo hagan casi cualquier cosa para llamar la atención de la gente sobre sus productos. Es innegable que un par de zapatos de color rosa fosforescente destaca mucho más que unas botas del simple y “aburrido” negro.
El “show” se magnifica gracias a una regla de la FIFA que indica que el calzado es la única pieza de equipo que no tiene que ser “producido por el mismo fabricante”.
Mientras los pantalones cortos y camisetas de los equipos son contratados por una empresa específica, los jugadores son libres de usar los zapatos que deseen, incluso si eligen los de un rival de su compañía oficial de camisetas.
Así, estrellas como el portugués Cristiano Ronaldo, el brasileño Neymar y el italiano Mario Balotelli, cobran millones por llevar botines de Nike, Adidas o Puma, por ejemplo, y cada empresa hace todo lo posible para que su producto se destaque.
Puma, que no puede competir con los presupuestos de publicidad de sus competidores más grandes, dio un paso más allá con futbolistas como Balotelli, Cesc Fábregas o Yaya Touré, quienes cuentan con colores coincidentes: azul para el pie izquierdo y rosa para el derecho.
La empresa dice que el “truco comercial” representa “la inquebrantable confianza de los jugadores que los usan y evocan su potencial para hacer lo increíble”. Pero incluso el famoso y peculiar Balotelli necesitó algo más para convencerse de que éste es el enfoque correcto.
“Tengo que ser sincero: la primera vez que vi las botas, me pareció que el chico de Puma estaba loco. Pero cuando me di cuenta de que no lo estaba, me interesé. Al final, es exactamente la razón por la que elegí estar con Puma; se atreven a ser diferentes y todo el mundo sabe que yo también soy un poco así”.
Nike eligió un rumbo diferente pagando enormes cantidades para patrocinar su calzado con estrellas como Cristiano Ronaldo, Neymar o Wayne Rooney. La empresa de Estados Unidos, que consiguió 2.000 millones de dólares en ventas en su sección de fútbol el año pasado, se ha centrado en las ventajas tecnológicas supuestamente revolucionarias que ofrece su nueva línea, la llamada “Magista”.
Esta bota se compone de un tejido especial que se supone que ofrece una mayor estabilidad del tobillo. Con colores como el rosa, verde, naranja y morado, entre otras gamas brillantes, la oferta de Nike subraya lo mucho que el deporte se ha convertido también en una cuestión de imagen.
Su gran rival, Adidas, tampoco perdió el tiempo en el último año y acumuló 2.800 millones de dólares en ventas relacionadas con el fútbol. Además, es patrocinador oficial de la FIFA para el Mundial.
El último modelo de botas de la marca alemana cuenta con una especie de psicodélica carcasa exterior que asemeja a la piel de lagarto y se salpica con tonalidades de negro, blanco y diversos colores brillantes.
“La Copa del Mundo es una pasarela de moda”, aseguró recientemente Antonio Zea, director de innovación de fútbol en Adidas, al “The New York Times”.
“Un niño quiere ser Messi. Un niño quiere ser Beckham. Entendemos por qué. Sabemos lo que significa para ellos ver cómo van vestidas las estrellas”.
Pero no todos los jugadores parecen tan entusiasmados con el calzado multicolor.
“Me encanta ver las fotos mías de cuando era niño y vestía de negro”, dijo el centrocampista italiano Daniele De Rossi al periódico. “Ahora es excesivo. Te preguntas dónde está el límite de los diseñadores”.
El delantero sueco Zlatan Ibrahimovic, quien no participa de esta cita mundialista, tenía una razón más práctica para su objeción, el razonamiento de que los zapatos de colores brillantes hacen que sea más fácil para los árbitros ver a un delantero en fuera de juego. “Con unas botas negras, puedes ajustar un poco más”, alegó.