En el perchero de sacos de paño para mujer, Carolina Burgos (37) revisa cada prenda en detalle y de a una, las observa sorprendida por su calidad.
"No puedo creer que este abrigo cueste sólo 400 pesos", dice con sorpresa la mujer que nunca antes había visitado una tienda de compra y venta de ropa usada. Mientras hurga entre faldas y pantalones de colores, modelos y talles para todos los gustos, la mendocina cuenta que esta vez se decidió a dejar de lado los prejuicios para poder renovar su guardarropas y el de sus dos hijas.
Es que en tiempos en que ni las billeteras ni las facilidades de pago con tarjeta de crédito alcanzan para vestir a toda la familia, cada vez más mendocinos optan por volver a casa con indumentaria usada, en buen estado y pagando precios mínimos. De hecho, en el mismo local de ciudad, hombres y mujeres se van sumando para visitar el tradicional lugar con la idea de volver a casa con algo distinto sin tener que gastar demasiado.
Allí, las ofertas y variedad abundan no sólo en cantidad, sino también en calidad. “Me voy muy contenta con la compra, me llevé seis prendas y sólo gasté 300 pesos”, comenta alegre Silvina (46), quien desde hace varios meses se viste con los modelos de esta casa, cuyos dueños han preferido reservarse.
Lo cierto es que aquí, es posible comprar una remera o camisa por sólo 50 pesos o un vestido de diseño por tan sólo 130 pesos. "Mirá que lindo; te sale lo mismo que un paquete de cigarrillos", compara una vendedora.
Puertas afuera del local, en las páginas web y también en las ferias de ropa americana que son organizadas por diferentes grupos de emprendedores en escenarios y fechas específicos, las preferencias de los mendocinos por esta tendencia a reutilizar las prendas, comienza a reflotarse.
Incluso, la posibilidad de trueque de indumentaria y zapatos se posiciona como una posibilidad más en el mercado, no sólo para las familias numerosas o de bajos recursos, sino de todas las franjas socio económicas.
De hecho, la ropa importada y de marcas premium también forman parte de la oferta en los percheros de ferias y locales. En todos los casos, quienes se dedican a la reventa aseguran que son requisitos excluyentes que las prendas no presenten roturas, ni remiendos.
Tampoco se acepta vestimenta gastada, con agujeros, con cierres rotos o sin botones. En las redes sociales, inclusive, están quienes de manera improvisada seleccionan las prendas en desuso y publican su foto para sacarla a la venta. Las respuestas con consultas relacionadas a precios, modos de pago y formas de envío no tardan en aparecer.
Lo mismo sucede con las páginas web exclusivamente dedicadas al rubro de la compra y venta de ropa usada, donde las visitas se multiplican a diario. En estos casos, los recursos publicitarios están a la orden del día, con una misma idea fuerza: deshacerse de lo que ya no nos es útil, para dejar entrar lo nuevo.
Para quienes viven de este negocio, la posibilidad de trabajar siempre está vigente. Eliana Loyola (39), es una de las mendocinas que durante varios años se dedicó a este rubro. En su caso, el mecanismo para comercializar la indumentaria y ofrecerla a precios muy accesibles consistió en importarla desde Chile y Estados Unidos.
También viajaba a Buenos Aires para elegir las prendas de mejor calidad. “En épocas de crisis como la que atravesamos, es una muy buena posibilidad tanto para el que compra como para el que se dedica a esto”, considera Eliana y asegura que llegó a contar con cuatro socias para dar abasto con su negocio, que duró hasta hace cinco meses.
El target al que apuntaba Eliana con su emprendimiento eran sobre todo las familias más humildes, por eso ofrecía su mercadería en las ferias que se organizaban en la zona de Coquimbito (Guaymallén). “Las personas más humildes nos compraban mucho porque encontraban en la ropa usada una posibilidad de vestir a sus hijos gastando el mínimo de dinero”.
A Florencia, las puertas para hacer cada vez más atractivo su negocio, se le abrieron casi por casualidad. Cuenta que todo comenzó hace tres años, cuando al estar reunida con amigas les propuso armar una mini feria de ropa en el living de su casa, con la idea de sacar del armario la ropa que estaba en buen estado pero que no era utilizada.
“Pensamos en renovar el guardarropas por un costo bajo porque además, la situación económica no era favorable para invertir en ropa de marca”, recuerda.
La metodología para comercializar las prendas en ese momento, fue sencilla: “Convocamos por Facebook a la gente, sin imaginar que tendría tanta repercusión”, recuerda Florencia. Así, cuando quisieron acordar, ya se había realizado la segunda y muchas ferias más, en cada oportunidad, con mayor cantidad de público.
Tanto fue así que de vender ropa para mujeres de entre 35 y 40 años, las socias pasaron a comercializar prendas femeninas para todas las edades y sumaron ofertas para hombres, niños y bebés. Pero las ferias organizadas por el grupo también ampliaron el escenario, sumaron más público y se combinaron con otras ferias de artesanos, donde la propuesta consiste en generar un espacio donde grandes y chicos puedan compartir un grato día de compras al aire libre.
"Es una propuesta armada para que todos los integrantes de la familia encuentren ropa y se vuelvan contentos a su casa", comenta Florencia, que por estos días se encuentra organizando el próximo evento a realizarse el sábado 13 y domingo 14.
La emprendedora local aclara que desde el año pasado el sitio habitual para organizar la feria es el Hotel Entre Cielos, de Vistalba. Allí, diseñadores y artistas mendocinos también tienen la posibilidad de ofrecer sus productos en un sector diferenciados de la tienda americana.
Uno de los requisitos para asistir a la feria (que es de entrada libre y gratuita) consiste en ofrecer un máximo de 30 prendas por persona; en todos los casos, deben ser de la estación vigente y estar en excelente estado.
Una vez recibidas se ubican en los percheros y de acuerdo a las ventas en cada caso, se destina el dinero al vendedor. Sólo una porción va para los organizadores, que en esta oportunidad han decidido colaborar a beneficio de Avome (que tendrá el 100% de las prendas que comercialice, sin límite de cantidad) y el Banco de Alimentos (que recibirá las donaciones derivadas de los alimentos no perecederos que lleven los participantes de la feria).
Para los visitantes, se abrirá la posibilidad de comprar un jean por 150 a 400 pesos, una remera por 50 pesos o un abrigo desde 300 pesos, entre otras tantas ofertas.
"La gente está pidiendo mucho las ferias porque allí pueden encontrar ropa de temporada y vintage. Poco a poco se pierde el prejuicio que había sobre comprar indumentaria o calzado usados y de hecho, vienen familias de un muy buen nivel económico. Esto ya no es un condicionante", destaca una de las organizadoras de "Flor de Feria".
"Outlet", la propuesta para comprar nuevo y barato
La mercadería es tan variada como los gustos de cada cliente que se acerca a los percheros para llevar a casa varias prendas por la mitad de su precio. Es que en los negocios outlet, la posibilidad de comprar ropa sin usar a casi la mitad del precio habitual, es uno de los principales atractivos por los que cada vez más mendocinos se inclinan por esta tendencia.
"Yo sobre todo vengo porque tienen talles grandes", comentó una mujer mientras seleccionaba una camisa en el local Pueblo de Ropa,ubicado en el pasaje San Martín.
Allí, si bien aseguran que la crisis no ha hecho que más personas visiten el lugar, sí han notado que las ventas se mantienen en relación con otras épocas. “La gente busca lo que encuentra, se va conforme y lo comenta. Por eso nuestra clientela se multiplica a través del boca en boca”, explican en esta barata.