Toda persona que ha tenido la oportunidad de convivir con un gato, o bien compartir unos momentos con estos simpáticos felinos, sabe que su compañía no sólo es grata, sino que además tiene
grandes efectos en nuestro bienestar
.
Especialistas señalan que el ronroneo de los gatos nos
tranquiliza
e incluso actúa como un medicamento sin efectos secundarios. Lo cierto es que las vibraciones sonoras que emiten estos felinos pueden ayudarnos a lidiar con el estrés, el insomnio o la ansiedad, provocando efectos comparables con los que genera la música.
Las terminaciones nerviosas de nuestra piel son receptores idóneos de la terapia ondulatoria (con frecuencias bajas entre los 20 y 50 hertz) que nos ofrecen estos ágiles animalitos, similar al ultrasonido usado por kinesiólogos y ortopedistas.
Según indican diversos estudios, la amígdala hipocampo, que se encuentra en nuestro cerebro, produce serotonina al ser estimulada por el ronroneo de los gatos. Esta hormona, conocida como la hormona del placer o la felicidad, cuando es producida por medios naturales genera un profundo bienestar general, logrando un ritmo interior más calmo y relajado.
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