La química entre Carlos Morelli y Rómulo Berruti es tan fuerte que esta cronista por momentos se deja llevar y cree que está frente a una grabación de "Función Privada", el mítico programa de la televisión argentina que este año cumple 35 años.
Periodistas de vocación, Berruti y Morelli fueron juntos conductores de programas de radio, compañeros de redacción en Clarín, además de los imborrables rostros del renombrado ciclo televisivo. Berruti transitó el mundo del teatro desde pequeño por su tío Alejandro, y trabajó tanto en Crítica como Clarín; Morelli fue siempre un trabajador incansable y cuenta entre los reconocimientos a su labor periodística con uno del mismísimo Festival de Cannes.
Al ser consultados ambos acuerdan con que el programa funcionó -18 años al aire ininterrumpidamente y 20 puntos de rating cada sábado- porque hablaban de un lugar accesible al espectador. "En camisa pero con pantalones cortos", ilustra Morelli. En esta conversación exclusiva para Los Andes, los hacedores del ciclo rebelan otros detalles. Y no solo dan una lección de periodismo gráfico y televisivo sin celulares, también dan cuenta de por qué nos hicieron amar al cine argentino.
- Caballeros ¿cómo se conocieron?
-Rómulo Berruti: Nos conocimos en un Festival de Mar del Plata.
-Carlos Morelli: En realidad nos conocimos yendo a Mar del Plata, íbamos a cubrir una revista.
-R.B: ¡Tenés razón! Nos conocimos en un tren a Mar del Plata, íbamos a cubrir una revista producida por el Maipo.
-C.M: Nos conocimos y enseguida dijimos que haríamos cosas juntos.
-R.B: Lo primero que hicimos fue un programa en radio Antártida que era nuestro.
-C.M: Después hicimos "Detrás del aire" en Radio Mitre.
-R.B: Sí, en "Detrás del aire" ya habíamos pegado. Era un programa conducido por Brizuela Méndez con un éxito enorme donde nosotros teníamos columnas.
-C.M: También estuvimos en los comienzos de radio Continental y lo que hicimos fue trasmitir la primera edición de Mar del Plata. Era tan pobre el esquema que nos íbamos a la ciudad, llevábamos un grabador de esos de cinta, grabábamos el programa en la Plaza Colón y luego íbamos a la estación de micros y lo mandábamos. La matriz de informalidad de lo nuestro empezó a caminar muy bien y fue un poco el padrinito de "Función Privada".
-Hay toda una mística en torno a "Función Privada". Cada vez que se escucha la cortina musical, perteneciente a la película "Amarcord" de Fellini compuesta por Nino Rota, la gente recuerda esos comienzos con la foto de Marilyn Monroe detrás. ¿Por qué creen que el programa tuvo tanto éxito?
-C.M: Creo que una de las razones es porque no dábamos cátedra. Era un programa improvisado, con dos tipos que sabían pero no se la creían. Nosotros siempre fuimos una mezcla de conocimiento e informalidad, de saber, pero en camisa y pantalones cortos, con autoridad pero sin rigor. Y lo que protagonizamos los sábados, el día de reunión más familiar y más privado, fue una invasión cariñosa en las casas a la hora de la cena y después a la hora de la copa.
-¿Cómo llegó el nombre "Función Privada"?
-C.M: Estábamos tomando un café en frente de la hoy TV Pública, entonces Canal 7, en Rond Point que era nuestra parada obligada. "Función Privada" nació en el año 1983, en diciembre, con el advenimiento de la democracia. Pero durante todo ese año hicimos un programa que iba los viernes en trasnoche, se llamaba igual, pasábamos cortos y una película cualquiera. Yendo atrás el programa tuvo un antecedente que se llamó "Sábado segunda noche"; los sábados de 22 a 23, fue un ensayo de "Función Privada" sin largometrajes.
-¿Cómo se instala el programa los sábados?
-C.M: Cuando vuelve la democracia y llegan las nuevas autoridades al canal, Miguel Ángel Merellano como director artístico y María Herminia Avellaneda como gerenta de Programación, nos llama el primero. Pensé que nos iban a echar, pero nos dijo que quería protagonizar con Rómulo y conmigo una revolución: poner el sábado un programa de cine argentino con el material en blanco y negro. Aceptamos y ya el tercer sábado estábamos primeros.
-¿Cuáles fueron los primeros directores que exhibieron?
-C.M: Empezamos con "Hijo de hombre" (1961) de Lucas Demare. Y seguimos con películas de Demare, Leonardo Favio y Torre Nilsson. Y como estábamos en esa aventura, también pedimos hacer un programa de cine como en el cine.Aasí fue que llegamos a "Sucesos Argentinos": íbamos al Archivo General de La Nación y buscábamos notas deportivas o políticas sabrosas para pasar. Después pasábamos el trailer de la película de la próxima semana, con títulos escritos por nosotros, y por último la película.
-R.B: Después ocurrió eso tan importante que es que todo el cine argentino pasaba de la pantalla grande a la chica en "Función Privada". Nosotros estrenábamos todo el cine argentino en televisión. En alguna medida, reinventamos el cine argentino. Lo paradójico fue que creamos un mercado porque después las películas se las quedaban otros canales que tenían presupuesto para comprarlas.
-Otro acierto fue pasar "Flash Gordon" en una época en que los superhéroes no convocaban millones, y cortos de directores nóveles...
-C.M: A medida que avanzábamos en el éxito hacíamos lo que queríamos. Lo de "Flash Gordon" fue un acierto, eran capítulos en 35 mm, hechas en el '36, '38 y '40, la prehistoria. Con eso hacíamos a la 1 de la mañana 20 puntos de rating.
-¿Trabajaban con guión?
-C.M: Intentamos, pero parecíamos de madera. Por eso hicimos un acuerdo de caballeros: solo saber qué película íbamos a pasar y si había un invitado: quién era.
-¿Hay algún director que les interese hoy en el cine argentino?
-R.B: La figura es Lucrecia Martel, incluso a nivel internacional. Hay otros, pero no creo que estén al nivel, la novedad es Lucrecia y lo ha demostrado con "Zama" y lo que pasó en el exterior con esta película.
-C.M: Yo creo que hay gente valiosa, pero para dar el nombre de otra mujer elijo Ana Katz. A mí me parece que todo lo que hace es estupendo, querible, inteligente.
-R.B: No estoy de acuerdo (risas).