Nicolás Bustos Norton es el joven mendocino que se animó a denunciar el abuso que habría sufrido durante años en el hermoso monasterio del Cristo Orante, en la tranquila y turística propiedad ubicada en Tupungato Mendoza. Fue a fines de 2018 cuando salieron a la luz detalles de la denuncia de este joven ex seminarista en la Justicia mendocina. La víctima dijo haber sufrido abusos sexuales en el Monasterio mientras estuvo internado, episodios por los que están imputados y detenidos desde el 27 de diciembre pasado los curas Oscar Portillo y Diego Roqué.
Nicolás se animó a romper el silencio y brindó una entrevista al diario La Nación donde contó detalles del horror vivido. Relató lo vivido entre los 17 y los 24 años, cuando dejó su casa familiar en la Ciudad de Mendoza para iniciar su vida en el sacerdocio. Terminó el secundario y fue para allá. "Para mí, esa era la vida más perfecta -cuenta Nicolás-. Hoy estoy decepcionado de la Iglesia, no de Dios", dijo en la entrevista publicada este martes.
Contó que los primeros abusos los sufrió por parte de Diego Roque: "Enseguida trató de generar una relación. Me manipulaba, controlaba todo lo que hacía. A mí me gustaba otro monasterio, que está en Córdoba, y Roqué me decía que el Cristo Orante era el único lugar en el que podía estar. Yo tenía 17 años y me dejó en claro que no había otro lugar para mí. Eso es lo que la Iglesia llama abuso de conciencia. Sin violencia física logró hacerme sentir que yo no existía y hasta me puso en contra de mi familia. Me tenía totalmente manipulado".
Reveló que un tiempo antes de que Nicolás ingresara en el monasterio, este hombre lo pasaba a buscar cuando iba a hacer compras a la capital con el argumento de hablar acerca de cuestiones relacionadas con la vida monástica: "En esos viajes intentó tocarme y hasta me quiso dar un beso. La situación fue empeorando paulatinamente".
Explico que el otro acusado, Oscar Portillo era el que dirigía el monasterio. Según relata Nicolás al medio porteño, Portillo se encargaba de las sesiones de cuatro horas diarias de abuso de conciencia: "Me hablaba durante horas todos los días. Me decía que lo tenía que dejar entrar en mi corazón y que si no lo hacía no iba a poder sanar las partes de mi corazón que estaban podridas".
Los abusos por parte de Portillo habrían comenzado cuando el monje se obsesionó con la idea de que Nicolás se había enamorado de él: "Empezó con el planteo de que si alguna vez me había fijado en un hombre, y yo le dije que no. Entonces me empezó a decir que yo estaba enamorado de él y luego de eso hubo cuatro o cinco episodios de abusos sexuales".
"Denuncié solo a Portillo. Pensaba que él era el malo y Roqué, el bueno. Tardé más tiempo en poder ir a denunciar a Roqué. Me di cuenta de que él también abusó de mí gracias a mi actual pareja, Guadalupe. Ella me ayudó mucho a desbloquearme", agrega Nicolás quien dijo que se animó a contar todo cuando en marzo de 2018 se enteró por Facebook de que dos chicos iban a ingresar en el Cristo Orante: "Pensé que les podía pasar lo mismo que a mí", concluyó.