Lejano. Así parece aquel 1995 en el que internet nacía como una semilla de cosecha incierta en Argentina. Casi veinte años después, las dudas se disipan: 28 millones de usuarios (68% de la población nacional) sustentan el fenómeno masivo de la red. Puesto bajo la lupa, el crecimiento cuantitativo de usuarios esconde aristas más complejas. Una de ellas es la responsabilidad educativa sobre los niños y adolescentes que habitan el gran mundo virtual. Esta dimensión se enmarca en un proceso protagonizado por distintos actores: padres, Estado, Escuela, alumnos y docentes; partes interdependientes que trabajan en pos de un objetivo común: generar conciencia responsable sobre el uso de internet y sus herramientas.
La pregunta es: ¿quién es quién en este gran rompecabezas pedagógico?
El lugar de la familia
Si el análisis parte desde lo particular hacia lo general, el ámbito de la familia surge como primer eslabón de la cadena. Así lo entiende Agustina, madre de dos hijos, de 13 y 14 años respectivamente: “Los padres debemos involucrarnos y conocer en detalle el funcionamiento de internet y las redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, etc. Es la mejor forma de acompañar a los chicos en el aprendizaje. De nada sirve prohibir”.
“Hace unos años, permití que mis hijos abrieran cuentas en Facebook con la condición de que me dieran sus contraseñas; entendieron que, desde ningún aspecto, lo que publicaran o comentaran era algo privado. Creo que fue una buena medida que me sirvió mucho para guiarlos y aconsejarlos. Con el tiempo crecieron y ya no tengo sus claves, pero estoy atenta a lo que publican ellos y sus amigos”, acota.
Desde el punto de vista del Estado, las figuras paternales tienen un rol preponderante en la construcción del saber. Según informa Leonardo Simón, Director de Políticas de Integración Digital y Coordinador del programa Conectar Igualdad Mendoza, la entrega de netbooks en escuelas públicas se acompaña con talleres y materiales que buscan la sensibilización en el uso de las computadoras. “A fines de 2012 comenzamos con pequeños espacios; invitamos a los padres a conocer la netbook y brindamos información para que aprendieran a manejar los contenidos. Hay muchos materiales digitales sobre los cuidados. Apuntamos a estrategias múltiples”.
“El nivel de integración de padres no es tan alto como uno quisiera: es un tema cultural. En la secundaria, la participación del padre es baja. En educación especial se involucra más”, subraya Simón.
El documental “La educación prohibida”, estrenado en agosto de 2012, y dirigido por Germán Doin, resalta el papel de la familia como célula primera en instancias de este tipo: “Los protagonistas son los padres. Una escuela que esté poco vinculada con las familias tiende a cerrarse en sí misma y, por tanto, a reproducir mecanismos de aprendizaje que seguramente están desvinculados de la realidad de cada uno de los alumnos”, reflexiona Carlos Parellada, especialista en Pedagogía Sistémica.
Las aulas y el Estado
El rol activo de la escuela es fundamental en el camino de concientización de padres, docentes y alumnos.
En el plano público, Leonardo Simón menciona que en Mendoza se han entregado más de 105.000 netbooks entre 2011 y 2012, mediante el plan Conectar Igualdad, lo cual representa una cobertura del 70% de las instituciones educativas de nivel secundario. “De acuerdo a distintos relevamientos que hemos realizado, en las escuelas se utilizan las netbooks de manera frecuente o muy frecuente en más del 50% de los casos. También hay docentes que piden a sus alumnos que cierren las netbooks para no usarlas. Eso es muy duro y tenemos que cambiarlo”, añade Simón.
En la Escuela Adolfo Pérez Esquivel de Mendoza, Alejandro Cuello es referente técnico y especialista en Informática desde hace trece años: “Los chicos tienen más de 10.000 libros digitalizados. Las obras se cuelgan en el servidor y los alumnos se conectan a esa carpeta para descargar la información que necesitan. En vez de comprar libros que son caros, los tienen en las máquinas”, destaca.
“Si te enseño hoy matemática en el aula, y después te doy una clase sobre el uso de las redes sociales, estoy desasociando el proceso. ¿Por qué no dar Matemáticas usando las redes?”, afirma Leonardo Simón, en relación al empleo de nuevas técnicas.
“Los recursos digitales como internet, Facebook o el correo electrónico tienen que ver con una cuestión configurativa de la cultura juvenil. El Estado debe acompañar y direccionar”, concluye. Simón enumera otras herramientas utilizadas: blogs, concursos de Matemática por Facebook, simuladores en química y programas de geometría dinámica; en materias como Geografía, por ejemplo, se trabaja con un software de procesamiento de imágenes y mapeo satelital.
Ciberbullying
Este concepto alude al uso de los medios telemáticos (internet, telefonía móvil y videojuegos on line principalmente) para ejercer el acoso psicológico entre iguales. Las fuentes consultadas coinciden en que es un problema muy frecuente, tanto en el entorno de la escuela como en los hogares. “Lo que más me preocupa es la agresividad de los comentarios y las fotos que se publican. Los chicos no terminan de entender que no existe la privacidad cuando uno tiene 800 amigos, que a su vez tienen otros 500 amigos; la cadena es interminable. El famoso bullying en Facebook es muy peligroso”, indica Agustina.
“El año pasado desarrollamos un trabajo muy fuerte de alumnos tutores en las escuelas. Se trata de chicos que, por su manejo, facilidad e interés pueden explicar cómo utilizar distintas herramientas. Hicimos un fuerte tratamiento del tema Ciberbullying: ¿Qué cuidados hay que tener? ¿Por qué puede generar cosas mucho más graves de las que imagina quien subió un video?”, expresa Leonardo Simón.
“La computadora está ocupando el lugar que tenía la televisión. Estamos viviendo una época en la que los padres tienen muy poco control sobre los hijos, porque necesitan trabajar mucho y los chicos se encuentran solos. Hay que generar conciencia de buen uso”, observa Miriam Solari, ingeniera en Sistemas y especialista en temas educativos.
El sitio www.ciberbullying.com publica un estudio acerca de la cyber-aggression de la Universidad pública de Pensilvania y la Universidad de California: esta tendencia ocurre mayormente entre amigos, ex-amigos y compañeros de clase, pero no es habitual entre desconocidos. También es frecuente entre ex-novios y ex-novias.
“Internet es un medio donde las personas, en parte por preservar su intimidad, y en parte por las características del mismo (falta de interacción cara a cara, distancias geográficas y culturales entre usuarios, etc.) utilizan nicks y, muchas veces, inventan perfiles y características personales falsas. En algunos casos, el “escudo” que provee el anonimato puede favorecer actitudes agresivas, insistentes, de carácter amenazante por parte de la persona “anónima”, que puede ser también un niño o niña”, aclara la página Colección Educ.Ar.
Tarea conjunta
Como vemos, internet ha modificado por completo las metodologías de enseñanza y aprendizaje en sus diferentes variaciones. El trabajo educativo se ha convertido en un sistema de colaboración en el que interactúan distintas piezas al mismo tiempo. El esfuerzo compartido determinará el éxito del resultado.
