Rompecabezas mendocino - Por Carlos Salvador La Rosa

Rompecabezas mendocino - Por Carlos Salvador  La Rosa
Rompecabezas mendocino - Por Carlos Salvador La Rosa

A diferencia de las provincias feudales, donde hay una fuerza hegemónica y las restantes giran como satélites a su alrededor; o de aquellas más evolucionadas, donde sólo dos fuerzas compiten permanentemente por el acceso al poder, Mendoza tiene un rasgo característico que mantiene desde 1983 pero que venía de antes: un esquema tripartito con dos fuerzas políticas mayores y una tercera algo menor siempre pronta a, frente a un percance de alguna de las otras dos, recuperar o adquirir competitividad para acceder a la gobernación.

Este esquema suele ser entre el PJ y la UCR como las hermanas mayores y el PD como la menor pero con amplia tradición anterior de gobierno, aunque desde que se recuperó la democracia no logra el premio mayor.

Estuvo a punto de obtenerlo en 1999, cuando Carlos Balter estaba primero en las encuestas pero cayó ante Roberto Iglesias beneficiado por el arrastre nacional de De la Rúa.

No obstante, cuando el PD entra en crisis siempre aparece alguien que ocupa ese tercer lugar expectante. Como fue el caso del partido Fiscal de Aldo Giordano, o la izquierda, o en esta ocasión, quizá, Protectora.

Ahora bien, lo interesante de hoy no es tanto que siga habiendo tres fuerzas, sino que las tres están mutando interiormente, que las tres se han convertido en espacios en disputa donde parece importar más la pelea interna por quedarse con cada espacio que competir con el adversario.

El fallido pacto entre Cornejo y el kirchnerismo local para ampliar los miembros de la Corte marcha en ese sentido; a ninguno de los dos le interesó mucho el pacto en sí, sino librar la pelea interna: los peronistas K contra los otros peronistas, y Cornejo contra sus “aliados” gansos.

Sintetizando, en vísperas del recambio legislativo del 1 de mayo y con el inicio, de hecho, de la pelea por el 2019, las tres espacios políticos mendocinos poseen dentro de sí, cada uno, a tres sectores -dos tradicionales y uno nuevo- que pujan por ver quién se queda con el mando de cada espacio y relega a los otros dos.

El siguiente parece ser el mapa:

El partido oficial, Cambia Mendoza, tiene en Alfredo Cornejo a su fuerza hegemónica. Él no responde a una línea interna sino que hoy es el líder indiscutido de toda la UCR local y de la alianza.

E intenta serlo también de la UCR nacional. Lo que le está brindando la ventaja de intervenir en las grandes ligas como se ve en el gran protagonismo nacional que va obteniendo.

Pero a la vez lo obliga a actuar de una forma que no es exactamente la que él piensa, para que los radicales del país -en su mayoría disconformes y protestones con el Pro- no le hagan lo mismo que le hicieron a Ernesto Sanz, al cual juzgaron más cercano a Macri que a la UCR y éste, harto, acabó por renunciar. Por eso Cornejo sobreactúa las diferencias con el gobierno nacional.

Pero una gran contradicción aparece cuando se compara su accionar nacional con lo que hace en su provincia. Es que hasta antes de ser presidente de la UCR nacional, Cornejo gustaba, en off, diferenciarse de Macri por lo contrario de lo que se está diferenciando hoy: solía decir que él, como no tuvo empachos en denunciar la atroz herencia recibida de Paco Pérez (cosa que no hizo Macri con Cristina), pudo hacer el ajuste que Macri no pudo.

Y así en todo lo demás, el gobernador siempre buscó presentarse como más duro, más austero e incluso más conservador que Macri. Pero ahora los radicales quieren que le pida a Macri que sea más gradualista en las tarifas y que pare la mano con tanta dureza. Lo opuesto a lo que Cornejo en su interior piensa, ya que siempre creyó que es mejor marchar con la mayor rapidez posible y que si hay que ajustar, hay que hacerlo contra viento y marea.

Habrá que ver cómo sale de esa contradicción entre ser blando en Buenos Aires para quedar bien con los radicales y duro en Mendoza para gobernar como a él le gusta.

Frente a Cornejo, el único que podría impedirle que ponga un delfín como sucesor es Julio Cobos, quien tiene la suficiente imagen positiva como para disputar la gobernación.

Hoy Cobos representa al radicalismo que ve con ojos más críticos al gobierno nacional, que no quiere romper la alianza ni mucho menos, pero sí diferenciarse conceptualmente.

Son dos ideas bien diferentes: Cornejo, como Macri, quisiera que Cambiemos sea más importante que el Pro y la UCR por separado y ni siquiera le molestaría que alguna vez la alianza absorbiera a los partidos.

En cambio, la mayoría de sus correligionarios piensa que la UCR debería mantener su identidad por sobre Cambiemos, a la cual ven como una alianza coyuntural.

Lo mismo pero al revés pasa con la mayoría de los cuadros del Pro, que a diferencia de su jefe, creen que el Pro es más valioso que Cambiemos.

En síntesis, Cornejo cree que Cambiemos debe ser más que sus partes, algo que comparte con Macri, quizá con Sanz y con pocos más. Cobos busca trabajar sobre los que quieren preservar la identidad radical por encima de Cambiemos.

Y acá aparece la tercera pata de Cambia Mendoza: la que expresa Omar De Marchi, apoyado no necesariamente por Macri, sino por los macristas que quieren disputarle paso a paso, en todo el territorio nacional, los dominios provinciales a los radicales.

Pero como ese sector es hoy minoritario en la isla radical, De Marchi conversa, dentro de Cambia Mendoza, con todos los que no son ultracornejistas ni ultraradicales, y por fuera de la alianza se acerca al PD del que alguna vez se fue, a la vez que seduce a los peronistas que no soportan la abstinencia del poder.

En general, a todo confundido o disconforme con su destino que anda suelto, tanto en el oficialismo como en la oposición, De Marchi le ofrece sus consuelos y lo convoca a la lucha.

En el PJ existen dos grandes sectores históricos, pero ambos un tanto en decadencia porque muertos sus líderes fundadores jamás pudieron reemplazarlos por ningún otro: uno, el que hoy expresan los intendentes que son los hijos huérfanos de Juan Carlos “Chueco” Mazzón y dos, “La Corriente”, que lidera desde las sombras Carlos Ciurca, que contiene los hilos deshilachados de la vieja lista naranja bordonista.

Como ambos se tienen mucho inquina es que sobre esa herida buscan operar los kirchneristas, aliándose con uno o con otro circunstancialmente, a ver si de dos árboles caídos pueden hacer leña propia y ser una alternativa que busca seducir a los mendocinos más por la juventud de sus principales dirigentes que por su afán cristinista, no muy prestigioso por estos pagos.

En esta necesidad de los mendoK de promocionarse puede explicarse el acercamiento a Cornejo con un pacto que al final no fue. Por parte de Cornejo, porque a nivel nacional no les gustó nada que se aliara con los K, y por parte de los mendoK, porque a sus militantes no les gustó nada que sus líderes se aliaran con Cornejo.

No obstante, como en un juego de cartas donde todos los jugadores son fulleros, ambos lograron sus objetivos no declarados: Cornejo dividir aún más al PJ y los mendoK presentarse en sociedad con algo más que su lealtad a la reina caída.

Con respecto a la tercera fuerza, le ocurre lo mismo que a las dos primeras: está dividida en tres, dos en pugna presente y otra esperando terciar en el futuro.

Así, la gran pelea hoy es entre gansos por la identidad del PD: están quienes sostienen que en la medida en que Cornejo ha reivindicado muchas banderas conservadoras y liberales que siempre defendieron los demócratas hay que aliarse con él por esa identidad compartida.

Mientras que con el mismo diagnóstico el otro sector propone exactamente lo contrario: que no hay que permitirle a Cornejo que se robe las banderas gansas porque de ese modo acabará por hacer volar por los aires lo poco que aún queda del PD; entonces, todavía dentro de la alianza, hay que tratar de diferenciarse en todo lo que se pueda de él.

Pero como ambas variedades de gansos corren el riesgo de neutralizarse mutuamente en su dura lid interna, allí está esperando para reemplazarlos, una nueva fuerza política: la de José Luis Ramón, el líder de Protectora, cuyos miembros provienen de mil orígenes diferentes y que por ahora sólo una cosa los une: la de aspirar a ser la nueva tercera fuerza a la que siempre Mendoza le brinda una oportunidad, aunque hasta ahora nadie la haya aprovechado.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA