El ex camarista federal Otilio Romano cumple hoy su tercer día en una cárcel común dentro del penal de San Felipe, en el cumplimiento de la prisión preventiva y a la espera del juicio por crímenes de lesa humanidad que le imputan.
El pabellón está destinado para presos de las fuerzas públicas y en total hay cerca de 60 personas, entre condenados y procesados, según los cálculos que hace Pablo Salinas, abogado y querellante por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH).
En el lugar están detenidos tanto policías acusados por distintas causas como los represores que ya han sido condenados en los anteriores juicios realizados en nuestra provincia, entre quienes figuran Fernando Morellato, Juan Antonio Garibotte, Ricardo Benjamín Miranda y Celustiano Lucero. La residencia del ex magistrado en el penal es transitoria, a la espera del juicio por los 103 casos de delitos de lesa humanidad que pesan sobre él. De ser encontrado culpable, volverá al mismo penal y bajo las mismas condiciones que tiene hoy.
La decisión de que Romano quedara en una cárcel común fue tomada el jueves, cuando el juez federal Walter Bento le notificó a quien alguna vez ocupó también su mismo cargo, la elevación de la causa a juicio. Anteriormente, Romano había permanecido exiliado durante dos años en Chile, de donde fue extraditado el pasado miércoles.
Desde el Gobierno manejan el tema con suma cautela y prefieren no dar detalles en cuanto a las condiciones de prisión del ex hombre fuerte de la Justicia Federal en Mendoza. La último información contundente fue la distribución de fotos en las que mostraban cómo es el pabellón donde está, antes del traslado del detenido. Más allá de la prudencia, la detención y el juicio a Romano serán banderas que el Gobierno enarbolará.
Por ahora, resta saber cuándo será el juicio y esta es la lucha próxima dentro de la agenda de Salinas. Salinas pide que Romano se siente en el banquillo de acusados el 11 de noviembre.