Cuando se estrenó, allá por el ‘94, los colombianos supieron que no estaban en presencia de una telenovela parecida a las demás (¡y las hacían muy buenas!). No se equivocaron. El éxito fue inmediato y en menos de un año “Café con aroma de mujer” replicaba su repercusión en muchos otros países, entre ellos, la Argentina.
Escrita por Fernando Gaitán (“Yo soy Betty, la fea”) y protagonizada por Margarita Rosa de Francisco y Guy Ecker, esta telenovela rompía con muchos lugares comunes del género e incorporaba temáticas audaces y casi nada recorridas: desde la trata de personas (la propia protagonista, una entonces inocente campesina apodada “La Gaviota”, es llevada a España con engaños para ser prostituida), hasta la impotencia sexual (más precisamente, del galán), pasando por un adulterio bastante justificado y una verdadera historia de amor homosexual.
El destino -y no la estupidez ni la indecisión de los que se aman- interponiéndose una y otra vez en el camino de la pareja, las escenas de amor audaces para la época y una pintura de colores locales en los pueblos del corredor cafetalero de Colombia, sumados a una casi pedagógica explicación sobre el negocio internacional del café, hicieron de ésta una telenovela imperdible. Entonces, y también ahora.