Tras lo que fue el último traspié en Liniers, que terminó de convulsionar los ánimos en un vestuario que casi termina ardiendo, Boca necesitaba recuperarse de manera urgente para no acrecentar la crisis con la posibilidad de terminar la jornada último. Pero enfrente tenía al ilusionado Olimpo, que llegaba de ganar y luchando por permanecer en Primera.
En busca de esa 'salvación' que le propinara la ansiada bocanada de aire, Carlos Bianchi apeló al regreso de Juan Román Riquelme a la titularidad luego de 101 días. El ídolo volvía a jugar en el “patio de su casa” y su presencia le cambió la cara rápidamente al equipo.
Es que desde el minuto inicial, el “10” se hizo cargo de la conducción del equipo y cada vez que la pelota pasaba por sus pies, el Xeneize encontraba esa claridad que tan esquiva le era en los encuentros anteriores.
Mientras la visita esperaba muy atrás, Boca se arrimaba bastante bajo la conducción de su 10, los remates a distancia de Sánchez Miño y el atrevimiento de Acosta.
Recién llegando a los 20 minutos Olimpo tuvo su primera aproximación y lo hizo luciéndose: Champagne realizó un saque de arco que sus compañeros capitalizaron con gran rapidez y habilidad, pero Gil dilapidó la exquisita maniobra (que hasta contó con un taco incluido) sacando un disparo ancho.
Tras este 'desliz', todo continuó siendo del local, aunque no estaba logrando ser del todo fino y por eso perdonaba a su rival.
Aunque lo merecía, Boca seguía siendo 'rehén' de esa falencia que tanto lo estaba persiguiendo: la falta de gol. Y como si fuese un maleficio imposible de quebrar, Boca había hecho todo para irse en ventaja al descanso, pero lo hacía igualado sin goles.
La fortuna esta vez le jugó a favor, porque sí, casi lo termina lamentando apenas al minuto del complemento cuando Ledesma –en su afán por despejar- casi mete increíblemente el balón dentro de su propia valla.
Pero mientras a Bianchi aún le duraba su enojo por esa concentración, apareció Sánchez Miño para conectar un centro que envió Marín y tocó Erbes. Así, la Bombonera deliraba con la vuelta al triunfo del Xeneize.
Tras esto, Boca comenzó a cuidarse más para no perder la ventaja obtenida y resignó más el balón para no terminar acongojado con sus habituales falencias defensivas. Pero cuando más estaba sufriendo el local, Furios le cometió penal a Insúa y ¿quién otro sino Román para cambiarla por gol y ponerle así un 'moño' a su tan ansiado retorno?