Fiscales polacos enviaron el martes una solicitud para la extradición de Roman Polanski a un tribunal regional, argumentando que la ciudadanía polaca del director no es un obstáculo legal para su extradición a Estados Unidos.
El pedido del martes es un paso procesal y no indica que Polanski necesariamente vaya a ser extraditado por un delito sexual cometido en 1977. La decisión estará primero en manos de la corte y luego, si ésta recomienda la extradición, pasará a las del ministro de Justicia.
Aun así, no será una medida bien recibida por el director puesto que mantiene la incertidumbre por su caso en Polonia y deja abierta la posibilidad de una extradición.
Muchos líderes polacos se oponen vehementemente a la extradición del cineasta ganador del Oscar de 81 años, respetado por películas como "El pianista", `'Cuchillo en el agua" y "Chinatown". Argumentan que ya ha sido suficientemente castigado por el abuso sexual. El propio Polanski dijo la semana pasada que espera que Polonia no lo extradite.
Con base en el pedido de Estados Unidos, los fiscales lo interrogaron la semana pasada en Cracovia. El director se encuentra en Polonia preparando una nueva película sobre Alfred Dreyfus, un espía francés de finales del siglo XIX que protagonizó un escándalo.
Nacido en París de padres judíos polacos, Polanski pasó su infancia y juventud en Polonia. Actualmente vive en París, pero sus movimientos están restringidos por una orden de la Interpol efectiva en 188 países. Ha evitado la extradición viajando sólo entre Francia, Polonia y Suiza.
En 1977 Polanski se declaró culpable de haber tenido relaciones sexuales con una chica de 13 años. Estuvo 42 días en prisión como parte de un acuerdo de culpabilidad, pero escapó de Estados Unidos en la víspera de su sentencia al año siguiente.