El oficialismo insistió ayer en atribuir los numerosos cortes de calles como forma de protesta social, que se incrementaron notablemente este mes, a los gobiernos del kirchnerismo y al supuesto plan "destituyente" que impulsaría ese sector de la oposición.
El debate público sobre el control de los cortes de calles recobró actualidad después de las casi diarias y multitudinarias protestas en la ciudad de Buenos Aires durante marzo, al término de la cual el presidente Mauricio Macri, en la entrevista televisiva con Mirtha Legrand, dijo que ésa "no es una imagen que ayude" a atraer inversiones y opinó que "lo que vivimos en estos últimos días es un desborde".
Pese a la posición de mayor dureza proveniente desde el oficialismo, a partir de declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y de la diputada Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica (CC) y cofundadora de la coalición Cambiemos, desde la oposición y en particular desde la principal organización social (Movimiento Evita), reafirmaron la legitimidad de los "piquetes" como forma de protesta.
En sus declaraciones televisivas del sábado a la noche, Macri sostuvo la necesidad de “encontrar un equilibrio” a la situación creada por los cortes, pero que ése en la capital “corresponde a Horacio (Rodríguez Larreta, jefe del gobierno porteño), que estoy seguro que lo encontrará”.
Ayer, Rodríguez Larreta dijo que comparte la preocupación presidencial y reconoció su responsabilidad sobre el tema, del mismo modo que negó discrepancias con el jefe de Estado y confirmó que en quince días presentará el Plan Integral de Seguridad (PIS) que prevé acciones contra “los cortes de calle, los manteros y los motochorros”.
“La violencia no se puede permitir. Los cortes no se pueden generalizar. Hay organizaciones sociales con las que tenemos que dialogar”, dijo el jefe de Gobierno porteño, quien sin embargo sostuvo que “no se puede tener ‘cortes cero’ de un día para otro”, para atribuir finalmente al kirchnerismo la tolerancia hacia esa forma de protesta: “Venimos de doce años de libertinaje total donde no sólo se permitió cortar sino que se promovió la violencia”.
Contrariamente a la postura de mayor dureza de Bullrich, que desde el inicio mismo del gobierno de Macri impulsó un protocolo que preveía la intervención policial, Rodríguez Larreta y con él el mismo Presidente han velado por la no intervención policial ante el riesgo de un desborde que pueda terminar con la muerte de algún manifestante, con el costo político que ello conllevaría.
Carrió se expresó anteanoche en coincidencia con Rodríguez Larreta al sostener que “los violentos se van a agotar por su propio peso”, pero antes deslizó la responsabilidad hacia el kirchnerismo y al conjunto del Partido Justicialista (PJ) por el incremento de la protesta social y los cortes de calle: “No hay que reprimir. Ellos están buscando muertos. EL PJ no se aguanta sin el poder y trata de golpear, ésa es la lógica”.
