La precandidata a gobernadora de Unidad Ciudadana prefirió estar rodeada de vecinos, niños y jóvenes para su cierre de campaña luego de una recorrida por la mayoría de los departamentos.
Anabel Fernández Sagasti estuvo en una plaza de Las Heras, acompañada de todos los candidatos del espacio que buscarán el voto el próximo domingo.
Guaymallén y Las Heras fueron los dos últimos de un recorrido que arrancó en los extremos más lejanos de la provincia, desde Ranquil Norte en el sur del departamento de Malargüe hasta Asunción, en Lavalle. Desde Desaguadero en La Paz, hasta Puente del Inca en Las Heras.
La candidata recorrió más de 1.500 kilómetros en dos vueltas de norte a sur y de este a oeste en Mendoza.
En la mañana, vecinos de los barrios Suyai, Buena Nueva y 5 de Julio de Guaymallén le contaron a la senadora nacional sobre la expectativa de cambiar la situación actual. Fernández Sagasti tomó nota de una variedad de necesidades, desde lo más básico, como la esperanza de recuperar el empleo hasta poder mejorar las condiciones de vida en general. Al mediodía, se dio un espacio de almuerzo en el Centro de Jubilados del Barrio Escorihuela, con un grupo de jubilados.
Por la tarde, Fernández Sagasti agradeció el cálido recibimiento en la plaza 8 de Mayo de Las Heras. Haciendo resumen de lo que fue esta campaña, se refirió a la angustia de quienes trabajan solo para endeudarse, de familias que ya no saben cómo salir adelante, de sectores productivos que están en quiebra y a las posibles soluciones que dependerán de la nueva gestión provincial.
"La verdad es que siento que cuando tenemos una situación de crisis el desafío nos une y ahí somos más mendocinos que nunca; y es por esto que estoy convencida que no soy yo quien tiene la respuesta para los comerciantes, las mamás o los profesionales y estudiantes, no soy yo sola sino todos y cada uno de nosotros somos los que tenemos la llave para abrir una nueva posibilidad hacia otro camino."
Fernández Sagasti resaltó que en este tipo de contextos no existen recetas milagrosas, y que la verdadera fuerza se da en la organización colectiva entre todos y todas. Es la única forma para terminar con lo que molesta: "se acaba la inmoralidad y la prepotencia, el miedo y la manipulación, hambre en las familias, las fábricas cerradas y el imperio del dinero sobre el esfuerzo de la producción"
La precandidata analizó además que estamos enfrentando el momento más decisivo de los últimos tiempos. Y agregó que "hay que iniciar una etapa de desapego con lo conocido. Porque es la única manera de lograr cambios profundos que nos permitan mejorar nuestra calidad de vida. Quiero ser clara. Tenemos una meta: la vida, la justicia y la igualdad. Tenemos un método: la democracia a través de la participación ciudadana. Tenemos una tarea: gobernar para mejorar la calidad de vida de mendocinos y mendocinas".
Finalmente, la emoción no quedó fuera de escena cuando, recordando sus orígenes, afirmó "hoy me siento ganadora de la vida, porque los miro sinceramente, tal cual soy, sin nada que esconder de mi vida personal con el orgullo de ser hija de una ama de casa y un empleado público, hermana de dos hombres maravillosos uno futbolista apasionado y el otro emprendedor y padrazo. Amiga de mis amigas del barrio, la facu y la vida. Hoy gané siendo mujer la maravillosa posibilidad de decirles que pongo a disposición mi vida entera para que logremos ser definitivamente felices. Soy Anabel, la mendocina, la soñadora, la piba que quiere cambiar el destino de Mendoza, y la que sabe cómo hacerlo".