Adónde vamos a parar cuando nos morimos? ¿Por qué existimos? ¿Qué hay más allá de la realidad? ¿Cuántas verdades oculta esa aparente realidad? ¿Somos libres? Todas estas preguntas acerca de la existencia humana seguramente ocupan grandes tomos de libros filosóficos de la biblioteca universal. Cientos y miles de páginas volcadas en la historia del hombre han servido de inspiración -y de base- no sólo para los servidores de la filosofía sino también para las artes en general. Y, tanto para quienes hayan consumido bibliografías enteras de Sócrates, Derrida o Foucault o para quienes bostecen de sólo pensar en el tema, es que llegó a convocarlos Darío Sztajnszrajber.
Sí, el filósofo porteño de apellido difícil de origen judío, ese divulgador -y artista y escritor y conductor de radio y televisión- vino a confirmarnos que aunque nos neguemos, nadie escapa a los cuestionamientos de la vida. Y qué mejor entonces que iniciarnos en la búsqueda de la reflexión intelectual a través del show.
O sea, "Darío Z", el outsider del sistema imperante, el rockstar del conocimiento metafísico, con su colita en el pelo y su voz tenue te cuenta en clave de stand up que no viene a revelarte nada sino más bien te propone rebelarte de aquello que te ata a las apariencias de una realidad nunca finalmente encontrada. O tal vez, sí.
La música -como el cine- lo inspira para diseñar sus espectáculos a gusto, sin ataduras a los prejuicios del mundillo filosófico. Sabe que nadie pagaría una entrada para que le cuestionen la vida y encima no le den la clave del éxito. Sabe que para él también sería aburrido. Lleva largos años frente al aula en todos sus niveles como docente, ofreciendo clases performáticas donde sus alumnos muchas veces manejan la pelota porque el juego se abre para todos. Este año publicó un nuevo libro, "Filosofía a martillazos", basado justamente en sus horas de enseñanza que mantienen el rigor académico, pero lejos están de una clase de filosofía tradicional.
Y sobre un escenario, ese discurso-debate que plantea con los estudiantes sería un golazo si se musicalizara con clásicos del rock nacional, tocados en vivo. Así fue que, como en "Desencajados", a "Salir de la caverna" se suma Lucrecia Pinto + Banda.
Entonces, su propuesta es algo parecido a una clase abierta de filosofía donde la gente expone también preguntas existenciales y como "enganchados" suenan covers de hits de Luis Alberto Spinetta, Charly García, Los Redonditos de Ricota o Fito Páez.
Con esta propuesta agotó localidades en doble función el año pasado, cuando se presentó en el Imperial de Maipú. Y el próximo fin de semana vuelve al mismo teatro para repetir la convocatoria. "A pedido del público", anuncia el autor del bestseller "Filosofía en 11 frases" quien tiene 300 mil seguidores en Twitter. Y confirma: "El año pasado fue muy alta la demanda".
-Para los que no te vimos, ¿por qué tomás la alegoría de Platón para este nuevo show?
-Lo hago de manera pedagógica, rompiendo permanentemente la cuarta pared, interactuando con el público junto a una banda que interviene con un repertorio de canciones del rock nacional. Todos hacemos filosofía cuando no damos nada por supuesto y abrimos otras perspectivas posibles. De eso hablaba también Platón. Salimos de una caverna para meternos en otra más grande, quizás. Esto no es mágico ni nadie tiene la verdad absoluta, es un proceso siempre en movimiento. Hoy podemos romper cadenas y mañana vamos a encontrarnos con otras. Lo importante es visibilizarlas, ponerlas en discusión. Eso es lo que vamos a hacer en el teatro.
- ¿Sentís que convertís el arte filosófico en un arte espectacular, o lo tuyo pasa más por hacer docencia sobre una disciplina como la filosofía, que a muchos aburre? Digo, algo similar ocurre con Felipe Pigna y su popularidad a través de la historia que también puede resultar poco atractiva…
-No me propongo hacer un show de la filosofía, trato de acercarla a la mayor cantidad de gente posible, porque está bueno que nos pensemos, nos cuestionemos, discutamos libremente. Pero siento que la filosofía, aunque implique conocimiento e intelectualidad, se relaciona mucho con el arte. Y a través de disciplinas como la música busco que cuestionemos ciertos paradigmas o dogmas marcados en nuestra vida cotidiana. De igual modo, todos mis proyectos parten desde el aula, desde mi función como docente. Es abrir la escuela a la sociedad toda, mis espectáculos son como clases abiertas donde los alumnos van porque quieren, a diferencia de la educación formal donde algunos irán porque no les queda otra. Ahí todos nos cuestionamos todo, hay mucha participación y lo disfruto porque a partir del cuestionamiento del otro es que podemos razonar mejor.
-¿Hemos evolucionado hacia más roturas de cadenas?
-La evolución de la vida social entra también en discusión. Podés ver ciertos temas como evoluciones, o no. Depende. Hoy sí tenemos más recursos y espacios para acceder a la información, para debatir y expresarnos. Y sí veo que hoy estamos en un proceso fuerte de despolitización o politización de la sociedad en diferentes temas que generan esos dos polos. Y no tiene nada que ver con la polarización de la que tanto se habla ahora, que es más bien de tipo partidaria. Es más profunda la cosa. Se relaciona con el poder y la verdad como bases fundamentales para instalar la realidad, que puede no ser más que apariencia. Si la ponemos a la luz, la discutimos y reflexionamos, es esa apariencia de la que hablaba Platón.
Ficha
"Salir de la caverna" - Con Darío Sztajnszrajber y Lucrecia Pinto y banda.
Días: Viernes 16, a las 21.30. Sábado 17, a las 20. Cine Teatro Imperial (Perón y Pescara, Maipú).
Entradas: $600 (platea) y $500 (pulman). A la venta en boletería del teatro, de martes a viernes de 9.30 a 12.30, o a través de www.entradaweb.com.ar.