"Cobain: Montage of Heck", de Brett Morgen (2015).
Con Frances, su hija, como productora ejecutiva y contando con el acceso a los efectos personales, la historia familiar y los derechos de la música, le permitieron al realizador Brett Morgen crear lo que es a la vez la pieza definitiva de la vida de Cobain y quizás hasta ahora la más íntima.
Sin duda, este es un viaje profundo en la psique del genio atormentado, así como un auténtico legado audiovisual para Cobain.
El filme abre con una hermosa secuencia basada en fotos, diarios, dibujos, cintas VHS, cortos en Súper 8 y montajes de audio de distintas fuentes.
Este es un documental autorizado por su familia pero que le costó casi ocho años al director poder estrenarlo y principalmente nos describe sus comienzos en Aberdeen, Washington, el éxito y posterior caída de la banda de grunge Nirvana.
"Janis: Little Girl Blue" (2015), de Amy Berg.
En 1967, Joplin saltó a la fama durante una presentación en el Monterey Pop Festival, donde fue la cantante principal de la entonces poco conocida banda de rock psicodélico de San Francisco, Big Brother and the Holding Company.
Sin embargo, después de lanzar dos álbumes con el grupo, Janis dejó Big Brother para continuar como solista.
Ella apareció en el festival de Woodstock en 1969 y nada fue igual después para la historia del rock escrita por mujeres.
Por otro lado, Janis Lyn Joplin (1943-1970) se convirtió en la primera joven en ingresar a lo que después se definió con la expresión "El Club de los 27", refiriéndose a los rockeros que fallecieron a los 27 años como víctimas, en la mayoría de los casos, del abuso de las drogas.
Con la voz en off de la cantautora estadounidense Cat Power narrando las cartas personales que Janis le escribió a su familia, sus amigos y colaboradores, el documental se vuelve íntimo y emocionante, en la medida en que vamos conociendo más de su vida.
Sin duda el film es un homenaje muy vívido a la iconográfica rockera, además, es un acercamiento que permite, a quienes ignoran quién fue Janis Joplin, saber por qué es una de las estrellas más talentosas del género.
"Amy", de Asif Kapadia (2015).
No sólo obtuvo un Oscar en su categoría en 2016, sino que también se convirtió en el documental más taquillero de la historia del Reino Unido.
No cabe duda que este es un recorrido biográfico que tiene algo de cálido, pero que con el pasar del tiempo se vuelve agridulce, desgarrador y trágico.
La vida de Amy Winehouse aquí se presenta conectada con su familia, los medios amarillistas y su relación de adicción a las drogas que la llevaron a la muerte en 2011, con apenas 27 años, sumándose tristemente a "El Club de los 27".
Asif Kapadia arma un atractivo entramado de situaciones íntimas, mezcladas con la leyenda forzada que construían de ella tanto el público como los hambrientos focos de atención que le dedicaba la prensa diariamente.
Sin embargo, los puntos más álgidos del documental se centran en la relación con su padre, Mitch Winehouse, retratado como un oportunista que aprovechó la fama de su hija y su posterior caída, a la que contribuyó, con una actitud arrogante hacia su bulimia a largo plazo y la negación inicial de la necesidad de tratamiento de su adicción y la turbulenta relación con su marido, Blake Fielder-Civil.
Después de ver este filme, James Hetfield, de Metallica, se inspiró para escribir la canción "Moth into Flame", que formó parte del álbum de 2016 "Hardwired... to Self-Destruct".
"Oasis: supersonic", de Mat Whitecross (2016).
Después del fallido recital de Noel Gallagher en el Lollapalooza de Argentina, vale la pena acercarse a esta profunda mirada en la trayectoria de una de las bandas de Manchester más reconocidas de los últimos años.
Justamente, lleva el título de "Supersonic", el primer simple del grupo que escaló hasta la posición 31 en los charts del Reino Unido.
Es que a mediados de la década de los '90 en Gran Bretaña no había un fenómeno rockero más ovacionado que Oasis y el director Whitecross -junto con el productor Asif Kapadia, el director de "Amy"- hace fluir esa energía escandalosa y su magia sonora a lo largo de dos entretenidas horas.
Whitecross es astuto en montar entrevistas clave pero sólo utiliza los audios, por lo que el documental se narra como una historia oral cinematográfica, alternando estas grabaciones con tomas de archivo, fotografías y apariciones en prensa.
Pero lejos de fijarse en la estética visual y sonora, el realizador describe incluso la conexión psíquica entre los hermanos Gallagher, desenterrando sus humildes comienzos en su mínimo habitáculo social donde vivían en Manchester con su amada madre irlandesa y explorando la relación torturada con un padre abusivo y distanciado. Imperdible para fanáticos.
"We Are Twisted Fucking Sister!", de Andrew Horn (2014).
El último recomendado se aleja de los relatos trágicos de los abusos de drogas y suicidios, para contar un lado más positivo de aquel sueño americano de convertirse en una estrella de rock.
Hagamos historia: a mediados de la década de 1970, Twisted Sister reclamó un lugar en la épica del heavy metal. Con conciertos seis noches a la semana, fueron la banda de bares en vivo más exitosa de los suburbios de Nueva York.
Llegando con varios traspiés, Twisted Sister finalmente obtuvo su gran oportunidad en 1983, llegarían a convertirse en una de las bandas de glam rock más grandes de la década, sus shows en vivo exageradamente agotadores y sus videos musicales definieron la estética de la recién llegada MTV.
Un mundo paralelo de soñadores, vocalistas travestis y recitales desbordados que pasaron de de un garaje al espléndido auditorio de Manhattan, el Hammerstein Ballroom.
Andrew Horn saca todas las herramientas disponibles del armado de un documental: los testimonios de los actuales y ex miembros de la banda, los mánagers, los propietarios de los clubes, los productores de los discos y los fanáticos. Y sale airoso de la experiencia.