Fue poco antes de las 2.45 cuando Gladys Cortijo (53) se despertó por los ladridos de los perros. A su lado descansaba Leonardo Villalba (63) que no le dio importancia a los ruidos.
Sin embargo, antes de que la pareja volviera a conciliar el sueño, tres sujetos ingresaron a la habitación (se sospecha que otros dos se quedaron de campana). Uno se paró en la puerta del dormitorio, otro levantó a la mujer y le pidió que se callara, pero sin golpearla, mientras que el tercero, mucho más agresivo, se subió a la cama y, sentado sobre el pecho del hombre, lo comenzó a golpear, mientras a los gritos reclamaba dónde estaba la plata.
Ante la respuesta de la mujer sobre que en la casa no había dinero, uno de los sujetos levantó al hombre y lo sacó de la habitación y ya en el pasillo, tal vez ante un intento de defensa, Villalba recibió un tiro que le dio en el brazo. Y en medio de un forcejeo (la víctima tenía un pasado como empleado de seguridad), el agresor gatilló dos veces.
Las balas impactaron en el pecho de Villalba, que entre el dormitorio y el baño de la casa cayó muerto. La Policía, en su investigación posterior, dijo que en la escena del crimen se recuperaron dos vainas de una 9 mm, mientras que una tercera había quedado en el respaldo de la cama matrimonial.
Los delincuentes habían entrado por los fondos de la vivienda y luego a la cocina de la casa de calle Casanova al 3800, en El Bermejo. Escaparon por el mismo lugar y después de subirse a los techos se dejaron caer al costado de una pared medianera y a la carrera se perdieron en la oscuridad de la noche.
Poco después el hombre fue revisado por los profesionales del SEC que certificaron que se encontraba muerto.
Gladys, que en declaraciones hechas durante la mañana, en medio del trabajo de personal de Científica, había dicho: "Me lo mataron y no se por qué...", repitió la frase en horas de la tarde, cuando en una casa ganada por el silencio se esperaba que la Justicia entregara el cuerpo que, a las 17, aún se encontraba en la morgue judicial.
En primera persona
"Acá vivía y acá lo vamos a velar", aseguró Johnny (hijo de la mujer), agregando que "para mí era como un padre", oportunidad en que recordó "que hace años Villalba fue asaltado en otro vivero y lo hirieron de un disparo, lesión que anticipó su jubilación por incapacidad".
Ahora, Leonardo estaba en pareja con su mamá desde hace cuatro años y juntos compartían el vivero que se encuentra al lado de la puerta principal de la casa.
Según el joven, "todo comenzó en el dormitorio, pero lo que más llama la atención es el hecho de que no recorrieran otros lugares buscando la plata, que no había pero que ellos reclamaban".
También fue el muchacho el que señaló los lugares donde estuvieron los delincuentes con el rostro cubierto y se sorprendió cuando desde la Policía se aseguraba que se "había detenido a tres hermanos que viven en las cercanías". Aunque consideró que "del techo la Policía pudo tomar algunas huellas de zapatillas, que después sirvieron para que los perros se orientaran en la búsqueda".
Detenidos
Con los perros como guías, los investigadores recorrieron dos cuadras por la zona, hasta que sobre calle Victoria y Mathus Hoyos se concretaron allanamientos.
En el primero fue detenido un hombre de 62 años, al que le secuestraron prendas de vestir y un rifle calibre 22, mientras que en el segundo procedimiento (Victoria al 3600), los aprehendidos fueron tres hermanos de 16, 21 y 30 años, oportunidad en que se secuestraron camperas y dos pares de zapatillas, según se informó.
El caso quedó en manos del fiscal Gonzalo Marzal, mientras que los detenidos y el material secuestrado fue puesto a disposición de la Comisaría 9 de Guaymallén.
