Robo de motocicletas en playas de secuestro, la “tendencia” en el Oeste

En lo que va del mes, 8 rodados fueron sustraídos de San Agustín y del playón de la Municipalidad de Capital.

Robo de motocicletas en playas de secuestro, la “tendencia” en el Oeste
Robo de motocicletas en playas de secuestro, la “tendencia” en el Oeste

Lejos quedaron esos días en que se desplazaban veloces por las calles mendocinas. Hoy están amontonadas, cubiertas del polvo y rodeadas por yuyos. Son miles de motos a las que echan mano delincuentes para venderlas, cometer delitos o simplemente trasladarse por el piedemonte capitalino. Sólo en marzo, 8 de estos rodados han sido sustraídos de la playa de secuestros San Agustín y del playón municipal, separado por chatarra en el mismo predio.

El descampado de 5 hectáreas es compartido por la Policía y la Municipalidad de Ciudad. Pero la división está marcada difusamente de acuerdo los lotes de vehículos. Entonces el esfuerzo de los ladrones se limita a traspasar un alambrado y tomar una de las motocicletas. "La playa está cerrada a medias y hay muchos sectores de fácil acceso", confió un uniformado a Los Andes.

Para el jefe de la Policía Vial, el comisario general Ernesto Gómez, el problema es que el predio destinado a guardar los rodados se ha visto rodeado por las precarias barriadas que se han asentado alrededor. Sólo un alambrado separa el playón de algunos vecindarios "conflictivos". "El crecimiento urbano ha hecho que existan barrios de altísima vulnerabilidad social cruzando la calle. No tenemos una estructura de seguridad adecuada, como un buen cierre perimetral", admitió Gómez.

Y agregó: “Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos por redoblar la seguridad en el predio y los operativos en la zona, no alcanza. Esto sumado a otras cuestiones y a comportamientos antisociales de quienes quieren sustraer elementos”.

Pero los policías insisten en que la mayor cantidad se robos se produce en el sector municipal de la playa, no en San Agustín. El área municipal es más vulnerable ya que no cuenta con una guardia armada las 24 horas, como la zona policial.

Para los ladrones se trata de una especie de concesionaria a cielo abierto. Pero, lógicamente, no pagan por los productos que obtienen. “Como las motos se van acomodando por lotes de acuerdo a la fecha de secuestro, ellos sacan la cuenta de cuánto llevan retenidas. Las que fueron sustraídas este mes fueron secuestradas en 2017”, explicó un investigador.


En su mayoría, las motos no son reclamadas. | Diego Parés / Los Andes
En su mayoría, las motos no son reclamadas. | Diego Parés / Los Andes

Y agregó: “Hemos enganchado gente que usa las motos normalmente. Algunas las usan para salir a robar, a otras las han vendido y ni se toman el trabajo de borrarles los números del asiento”. Es que, cuando una motocicleta es secuestrada y enviada a la playa, grandes números se graban en sus asientos con pintura blanca.

En lo que va de marzo, 8 motos fueron robadas de las playas de secuestro. Seis de ellas estaban en el playón municipal y las restantes en San Agustín. Muchos de los autores de esos hurtos son capturados pero en ocasiones dejan abandonados los rodados y escapan. El 8 de marzo pasado dos jóvenes fueron detenidos en el asentamiento Libertadores, ubicado en el complejo de barrios La Favorita. Cuando efectivos de la comisaría 59 ingresaron al lote 20, encontraron escondidos dos ciclomotores marca Zanella.

“Es constante la aprehensión de personas que ingresan a intentar robar elementos. Tenemos muchas actuaciones en las que son sorprendidos cometiendo los robos”, aclaró Gómez. Y añadió: “Muchas veces roban por el valor de mercado, otras veces buscan las viejas y de bajo costo que no se retiran porque el valor de la multa y de la estadía en la playa es muy alto, otras están destinadas a desguace”.

La mayoría de los golpes se concretan de madrugada con la oscuridad como aliada. Según consta en los registros, es su mayoría se trata de motos de mediana y baja cilindrada, que no superan los 200cc. Los ladrones no hacen distinción de marcas y sustraen desde Yamaha y Honda hasta Motomel y Corven.

“A  veces las roban para usarlas en los puestos o en los barrios del piedemonte porque saben que, ni bien bajen a la ciudad, en un control policial quedarían detenidos”, aseguró el titular de Policía Vial.

Las motos son el principal blanco, pero no el único. En ocasiones los delincuentes buscan hacerse de autopartes específicas, dependiendo del valor del repuesto o si se trata de un modelo que es difícil de conseguir en el mercado.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA