Quedan solo días para que el 7 de agosto se den elecciones en una de las principales fuerzas sindicales de la provincia. En ese contexto, Roberto Macho, el Secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE Mendoza) que quiere renovar su mandato, plantea qué cambió del sindicalismo en estos años y las principales "batallas" de su gestión.
-Mirando de aquí a 20 años atrás, ¿qué cambió en ATE Mendoza?
-Mucho. Yo llegué en 2.003 y éramos 1.743 afiliados. Crecimos, y en el 2015 teníamos alrededor de 13 mil, hoy en día estamos en 18 mil. Salud antes era minoría, había 73 cuando entré. Hoy hay 11.700 en el régimen de Salud, Desarrollo Social y Deportes. En los municipales somos mayoría, hemos construído Municipalidades con grandes compañeros afiliados. Somos, hoy en día, el sindicato mayoritario en 14 paritarias de 19 que hay en el Estado.
En los mismos concursos del Estado, ATE es un 50%. Incluso, la ley de concursos se fue trabajando en ATE desde el año 84. Esa ley salió de los trabajadores, al igual que la 7.799 de carrera de los Licenciados en Enfermería, entre otras tantas.
-¿Qué hizo posible ese crecimiento?
-Esto no fue de un día para otro. El sindicato llegó a tener 12 mil afiliados en la época de Bordón, pero cayó. Tuvimos que hacer una autocrítica muy grande, porque nos estábamos vaciando de política. Después, nuestra compañera -Raquel Blas, vinculada al Partido Obrero- metió un partido adentro y los mismos laburantes se partieron. Después de que un congreso definiera su destitución, iniciamos una nueva etapa.
Una vez que nos terminamos de formar dijimos “Ya está, nos toca crecer en otras partes de la provincia”. Una de las compañeras se fue a Lavalle, otro a Tupungato, otro a Malargüe, y empezamos a construir ATE en todos lados. Ahí dejamos de ser un centro para empezarnos a expandir. Eso es lo que nos hizo crecer.
El contexto social ha cambiado. Estamos en contra de las políticas económicas de este gobierno, del macrismo y del cornejismo, y hemos construido alternativas de políticas, presentando proyectos que benefician a los trabajadores como la Ley de Discapacidad, la de Violencia Institucional y la de Género. Nos costó un montón, pero sentamos jurisprudencia a nivel provincia y eso nos ha llevado a ser referentes en la Nación.
-¿Qué costos implicó ese proceso?
-Muchos, yo tengo 26 causas penales por cortes de calle que, ojo, si lo tuviera que hacer de vuelta por las conquistas que hemos tenido, las hago. Pero la metodología tenía que cambiar. Si tenemos que ir a la lucha se irá a la lucha, pero debemos buscar otras opciones; eso fue fundamental y sumó compañeros en todos los sectores.
Los primeros dos años de Cornejo fueron durísimos para nosotros. Nos costó una barbaridad reabrir la paritaria, legitimar el espacio de negociación. Hay que tener en cuenta que solo hay 9 provincias donde se parita, ni en San Luis ni en Córdoba lo hacen. Acá logramos la cláusula gatillo, que lleva a estar igual que la inflación. En un año, el compañero que menos recibió fue el trabajador de la salud con un 52%, Administración Central tuvo un 56%. ¿Eso es pérdida?. No. En Argentina hubo 60 mil estatales despedidos... ¿en Mendoza, cuántos?. Ninguno.
-¿Cómo incide el recambio generacional?
-Es un parto, porque los dirigentes sindicales no sé por qué no se quieren ir. Por mí, como les decía a los compañeros, dos o tres mandatos como Secretario General y listo, podés seguir en el sindicato pero dejá el cargo. Porque uno se aburguesa y no da espacio a otros. Acá se acercaban compañeros de 20, 30 años, y los mandaban a organizar un campeonato de fútbol.
Nosotros venimos con otras ideas. Como la formación en las estructuras, donde estábamos a nadie se le hubiera ocurrido armar una escuela secundaria o una Facultad. Ser un semillero de líderes políticos y sindicales nos ayudó mucho, por eso generamos con la UNCuyo propuestas de estudios como Diplomaturas en Política y dictamos en la sede de ATE el curso de cuidados y atención de personas (Agente Sanitario).
-Va por la reelección como Secretario General, ¿por qué deberían votarlo?
-No creo que los afiliados deban votar a Roberto Macho, sino al modelo sindical. Yo mañana no voy a estar, tengo mis proyectos, pero debería continuar este modelo basado en asambleas, en paritarias libres, democráticas, debatidas, en donde se vele por el bien común. El compañero que utiliza ATE como un trampolín a la política partidaria no puede dirigir el gremio, porque usa los recursos de los trabajadores para un beneficio personal.
El 7 de agosto tiene que ser una fiesta democrática de los trabajadores. En ATE hubo muchos compañeros presos y desaparecidos para que nosotros andemos paveando por ahí, tratando de meter barro en las elecciones. Hay que fortalecer el sindicalismo en sí mismo.
Perfil: Desde el Hospital Lencinas hasta Cuba
Roberto Macho nació el 19 de octubre de 1.975. Cuenta que su familia fundó el Hospital Lencinas, donde de adulto trabajaría después de transitar por organizaciones sociales. Recibido como profesor de Ciencias de la Educación, de Filosofía y de Teología, viajó por América del Sur y terminó en Cuba estudiando Política Internacional a través de la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE). “Eran cursos de formación intensivos para líderes sindicales y políticos. Creo que éramos no más de 70 de todas partes del mundo, 3 ó 4 de cada país”, recuerda Macho sobre el viaje a la isla.
En el 2.000 entró al hospital de sus recuerdos como administrativo y, también siendo docente, en 2.003 inició su historia cercana con ATE. En 2.015 asumió como Secretario General del gremio, y mantuvo su labor como docente hasta noviembre del año pasado.