Roberto Funes Ugarte: “Hay un exceso de información y redundante”

El periodista es una de las figuras de C5N y mañana arranca con “Juntos podemos lograrlo” en Telefé.

Roberto Funes Ugarte: “Hay un exceso de información y redundante”
Roberto Funes Ugarte: “Hay un exceso de información y redundante”

Como muchos periodistas Roberto Funes Ugarte no está exento de trabajar en plena pandemia del Covid-19. Una bicicleta eléctrica y un singular casco amarillo con máscara lo acompañan en el trayecto desde su casa al canal. Porque si algo lo distingue al mendocino es el buen humor y su costado ocurrente.

El conductor del ciclo "Sobredosis de TV" por C5N está lejos del home office y además de su popular programa en el cable tiene su segmento "Contratado por un día" en Telefé Noticias, que por estos días viró a un nuevo ciclo. Se trata de "Juntos podemos lograrlo" conducido por Santiago del Moro que debuta mañana por la señal porteña.

"Voy a tener mi participación desde los exteriores contando mis historias. Porque como hago 'Contratado por un día', en el mientras tanto surgió esta posibilidad de este momento que vivimos. Me sumo a este programa especial", aclara en una comunicación telefónica desde su casa de Vicente López.

-Te toca estar en el fango y mostrar la parte más dura de contar las historias de la calle.

-Sí. Mañana voy a hacer una entrevista en un circo que está cerrado, que no puede trabajar en Ramallo. Como tantas otras personas que no pueden trabajar y generar dinero para vivir.

-En estas circunstancias, ¿sentís que el periodismo se toma con el verdadero valor de servir y comunicar?

-Somos un servicio. El periodismo tiene tres bases importantes; primero es informar, segundo es entretener y tercero, que no siempre se logra y es lo ideal, educar. Y no todo el tiempo se cumple en la televisión actual. Hoy nos dimos cuenta después de tanto golpe que se le da a los medios de comunicación de eso. Claro que hay medios, hay operadores y hay periodistas. Siempre lo digo, que desde la calle el periodismo es un servicio. Y ahora los hago participar de su tremenda cuarentena desde un lugar lúdico e informativo, la gente está activa en la tarde.


En estos tiempos de cuarentena se ha convertido en el amigo de los barrios porteños.
En estos tiempos de cuarentena se ha convertido en el amigo de los barrios porteños.

Se confiesa solitario, distante y que nunca tuvo la costumbre de saludar calurosamente a la gente, en estos tiempos como todos enfrenta el aislamiento y le da una vuelta de rosca a tanta incertidumbre. Aunque disfruta de la compañía de sus seis perros y el silencio de la calle.

-¿Cambió tu rutina en esta pandemia?

-Sí. Yo soy maniático de la limpieza, paso la aspiradora, limpio. La gente a veces no lo cree y piensa que tengo una vida glamorosa. Es cierto que tengo una casa lindísima, pero la remodelé junto con los obreros. Es una casa antigua que tiene 100 años y la fui haciendo de a poco. Me la paso limpiando, con los guantes amarillos, la lavandina y baldeando porque tengo seis perros. Yo uso una máscara además del barbijo. Y también guantes que los uso desde antes. Porque si los chinos que trajeron este quilombo usan el barbijo por algo es. Acá al mes y medio dicen que es obligatorio. Pero tomo medidas de higiene y lo que más me duele es la poca comunicación corporal.

-¿Cuál ha sido tu reflexión frente a los cambios de hábitos?

-Yo no soy muy besuquero, algunos dicen que soy antipático. Pero nunca me gustó el tema de los besos, los abrazos y menos dar la mano, porque estoy harto de que me den la mano mojada (ríe). Hago un saludo general, así que eso no lo sufro. Pero creo que en este momento lo más importante es poder estar en libertad. Lo que no valoramos y que ahora cuidamos es la salud, que sin ella no importa nada, seas rico o pobre. Acá lo que se prioriza es la salud, la libertad de poder transitar; algo tan básico como en la vereda de tu casa. Y los vínculos. El mundo cambió, hay un antes y después de la cuarentena.

Por mi trabajo siempre estoy con gente, pero soy solitario, me gusta estar solo en mi casa. Vivo con mis perros y disfruto de la soledad. Y en esta cuarentena disfruto del silencio, de no escuchar el tren, el tránsito, sino el sonido del silencio que para mí es algo fantástico.


Su vida privada no está a la vista, solo el amor por sus perritos
Su vida privada no está a la vista, solo el amor por sus perritos

-¿Tenés miedo a algo?

-No soy un tipo panicoso ni miedoso, soy bastante corajudo. Pero tengo miedo que este coronavirus le toque la puerta a gente grande que yo quiero. Me preocupa mi madre, los padres de mis amigos. Veo gente mayor imposibilitada en un balcón. Mi mamá está en Mendoza aislada y cuidada porque mi hermano Valentín que la asiste, pero ella no sale ni hacer las compras. Siento que nadie sabe nada sobre este bicho, todos hablan, hace deducciones, que si usar barbijo o no.

-¿Creés que hay demasiada información?

-Para mí hay un exceso de información, y redundante; que al fin de cuentas todos dicen lo mismo. Hay muchísimos médicos que van a hablar a la televisión y desdicen lo que dice el médico anterior. Y tienen una necesidad de cámara impresionante. Hay demasiados opinólogo con el coronavirus en la televisión, mucho tutorial, mucha cosa ridícula y una verborragia en las redes sociales que es una vergüenza.

Por eso no veo demasiada televisión. Me levanto a la mañana y escucho un poco de radio, leo todos los diarios y a la noche recién pongo el noticiero. En la tarde escribo porque retomé el hábito y veo Netflix.

-¿Qué estás escribiendo?

-Estoy retomando un libro que quería hacer hace mucho tiempo. Son diferentes crónicas reales, como unas memorias que tengo. Lo publiqué en mi muro de Facebook y algunos personajes mutaron, ya no me sirven (ríe). Es un inicio de mi carrera hasta acá, todo lo que la gente cree que pasa y no es real, todo lo que cree de uno y no lo es. Y lo que es y la gente no sabe.  Además me pasé ordenando y limpiando todos los días, ya no siento las manos de la lavandina, no hay crema humectante que me ayude. Y armé mi escritorio en el altillo de mi casa, que lo tenía medio desarmado. En eso que estaba buscando unos libros saqué un placard porque no me gustaba y me encontré con una puerta chica que es de un cuarto. No tenía idea de que estaba ahí y lo primero que pensé fue “lo único que me falta es que acá dentro haya un fiambre”. Y cuando abro es un espacio grande y lo dejé libre. Asique ahora voy a hacer una claraboya.

-Aclarás que no te caen bien los influencers, ¿no seguís a ninguno en las redes?

-No los tolero, son unos vagos que se hacen los graciosos y no me hacen gracia. No me parece productivo ese trabajo. Yo soy un influencer porque soy periodista y comunicador. Pero todos esos que cuentan una vida divina y fantástica, no sé si lo monetarizan, pero no los tolero. Me parecen de una berretada total, son los que quieren ser famosos a toda costa.


Desde mañana se suma al programa de Telefé que conducirá Santiago del Moro
Desde mañana se suma al programa de Telefé que conducirá Santiago del Moro

-¿Alguna marca o empresa te ofreció hacer publicidad en tus redes?

-Marcas que me vistan no; porque no me gustan, ni tampoco lo permitiría porque si no te transformás en un kiosco. Tengo marcas de autos, o bancos, que pueden generar un contenido interesante. Yo no pienso hablar de mi vida privada, solo muestro a mis perros, algo normal. Ignoro a los influencers, no sé quiénes son.

-¿Qué opinión te merece el plan de salud y medidas en nuestro país?

-Siendo hijo de una persona que trabajó 35 años en la salud pública sé muy bien que ningún gobierno se ocupó de la salud. Ninguno, ni de un lado ni del otro. Los políticos siempre se olvidaron de la salud y la educación y hoy lo estamos pagando. Me parece que han puesto el foco en lo que hay que ponerlo. Acá cae el virus en el conurbano bonaerense y somos la réplica de Ecuador con los cuerpos en las calles. Lo que veo es que la gente aún no entiende lo de la distancia social. A las mujeres grandes les cuesta y son los que están más en riesgo.

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