Uno de los cinco grandes del deporte argentino del siglo XX estuvo en Mendoza. Él comparte el lote de los más destacados de la historia de todas las disciplinas en Argentina. A fines de 1999 fue elegido por todos los periodistas del país para integrar un grupo exclusivo junto a deportistas de la talla de Diego Maradona (fútbol), Juan Manuel Fangio (automovilismo), Guillermo Vilas (tenis) y Carlos Monzón (boxeo).
Roberto De Vicenzo nuevamente visitó nuestra provincia para participar de las actividades de la Peugeot Challenge Cup, que tuvieron lugar en el Club de Campo Mendoza. Ayer, en la mañana, el "Maestro" (cuando se realizó esta entrevista) estuvo libre y aprovechó para saludar (o mejor dicho para que se le acercaran) a una innumerable cantidad de amigos y admiradores.
Mientras que en la tarde ofreció una clínica para enseñar a los socios y jugadores del medio local, las distintas clases de golpes. Un grande de verdad Antes de llegar a esta entrevista, lo recordaba como si fuera ayer. Es que hace tres años, mi profesión también me había regalado esta oportunidad, y lo que más me había quedado de aquella entrevista fue su amabilidad y simpatía.
“Gracias a ustedes por venir, me hacen sentir importante”, dijo Roberto De Vicenzo, ¡cómo si no fuera importante! Retribuyó el agradecimiento de los periodistas por aceptar esta charla. Parece ser que tantos premios, títulos, galardones, reconocimientos y viajes por todos los cinco continentes no alteraron en lo más mínimo su humildad y amabilidad.
“A los 15 años gané mi primer torneo, y a los 19 comencé como asistente en una cancha de golf para profesionales, y desde entonces que no paro. Todavía sigo dando vueltas. De una o de otra forma sigo dando vueltas. Siempre con el palo, con el golf. En cualquier lugar se pasa un buen momento, con muy buenas relaciones, que nos gusta charlar y comentar los tiempos pasados. Somos como los pescadores, algunos decimos la verdad y otros, mentiras, especialmente cuando hablamos de golf”, comenzó contando el “Maestro”.
Con De Vicenzo no hacen falta las preguntas, se charla, y lo mejor que es un libro abierto y con muchas ganas de enseñar. “En el golf han cambiado muchas cosas. Han cambiado los palos, las canchas, los premios, las pelotas, que ahora son una maravilla. Ahora prácticamente te obedecen al 100%. Antes eran pelotas más blandas y se escapaban del control. Cuando vos jugás bien, las pelotas las manejás como un automóvil”, señaló.
“Por eso están pegando lo que pegan. Estos muchachos que juegan ahora le pegan una barbaridad. También han mejorado los hombres. Antes no todos tenían un físico atlético, ahora el que no lo tiene no funciona” explicó. “Antes, en las giras siempre había un espacio en la semana. Ahora durante 46 semanas del año tenés que estar dando vueltas, y no es fácil”, rememoró.
“Para Tiger Woods, el que tiene más prestigio, no es fácil estar 40 semanas en el año con 20 mil personas detrás”. Y precisamente sobre el golfista número uno del mundo indicó: "Tiger Woods es el mejor de todos los tiempos. Es el hombre que le ha perdido el miedo al juego, no tiene complejos. Es una computadora que funciona perfecto. Cuánto va a durar esa computadora no sé. El día que se descomponga, ¿quién la va arreglar?, no sabemos".
Con respecto al declive de otros grandes añadió: “Eso le pasó Greg Norman y Severiano Ballesteros, eran unas buenas computadoras, se descompusieron y no regresaron más. Este es un juego muy extraño. Es muy difícil ser el dueño eterno”.
Por otra parte opinó que el golf va siendo más popular. “Es caro, indudablemente que si sos un obrero no podés jugar al golf. Los clubes, los equipos, las pelotas, son caros, especialmente en esta época, pero hay mucha gente que no son grandes empleados y están jugando”.
“Hay canchas en Buenos Aires, que son municipales y que son baratas. Aún así, no está al alcance de todos. Cualquier deporte es caro”, completó. Finalizando la charla De Vicenzo resumió que “el golf enseña mucho. Es el único deporte que se juega sin referís, donde uno es su propio juez, hasta que te señalan. Cuando te señalan pasaste de ser juez a ser vigilado, y cuando te encuentran algo que no es correcto pagás serias consecuencias, vos, tu familia, tus amigos y tu negocio. Te enseña que tenés que ir por el medio, porque si le errás, te metés en los árboles y tenés problemas. Te enseña a relacionarte con la gente. Es un estilo de vida".
Una carrera inagotable
Nació el 14 de abril de 1923 en la localidad bonaerense de Chilavert, y a los ocho años ya se había iniciado como caddie sin imaginar lo que vendría. En 1933, a los diez años, jugó su primer torneo de caddies en Migueletes. A los 17 años, Roberto a lo único que aspiraba en la vida era a ser profesional de golf, e ingresó como ayudante del profesional Amando Rossi, en el Ranelagh Golf Club. La carrera efectiva de Roberto De Vicenzo en nuestro medio, se inició en setiembre de 1942, cuando conquistó su primera victoria en el Abierto del Litoral, y desde entonces logró un total de 231 primeros puestos, 127 segundos y 82 terceros.
Se clasificó entre los primeros 5 en 490 oportunidades y en otras 586 entró entre los mejores diez. Al tiempo, que fue campeón del mundo en tres ocasiones y ganó el Brittish Open, considerado el torneo de golf más importante de todos. Y también logró estos torneos Senior: PGA Senior Championship (1974), World Senior Championship (1974), Legends of Golf (1979, 1983), US Senior Open (1974, 1980), Súper Senior Open (1989).
Siempre grande
Cerca de diez notas dio el Maestro De Vicenzo a Los Andes a lo largo de su vida, no sólo en Mendoza sino también en Buenos Aires. Siempre muy dispuesto y claro a la hora de dar sus conceptos y enseñanzas de vida.