Nuevamente la inseguridad, el fuego, una disputa vecinal y el convencimiento de quienes se sienten impunes toma "de rehén" a una familia. Al violento conflicto que llevan dos clanes en el Oeste de Godoy Cruz, que ya ha dejado dos muertos, casas quemadas y tiroteos, se suma un nuevo caso en el Este provincial.
Una familia que habita en el distrito Alto Salvador, en San Martín, sufrió días atrás un robo y destrozos en su hogar, ubicado dentro del asentamiento El chorizo, en la calle Vélez. Según informó Radio Regional, del Este provincial, el calvario de un matrimonio y sus hijas de 6 y 3 años, empezó el 16 de septiembre pasado.
Ese día su vivienda fue blanco de un audaz robo. Las víctimas conocen al vecino que acusan de haberles sustraído sus bienes, un sujeto conocido en la zona por sus maniobras delictivas, según reportó la prensa local.
Lo cierto es que el último sábado el sospechoso pasó en su moto a gran velocidad por el frente de la casa de las víctimas cuando las niñas estaban jugando en el precario vecindario de casas en fila (de ahí la denominación de "chorizo"). El padre de las nenas increpó al acusado por la imprudencia y así se inició una discusión.
"Él se fue y volvió con 20 personas más con palos y armas. Nosotros atinamos a salir, a sacar a mi hijas de la casa. Yo me quería encerrar adentro pero mi marido me dijo que nos fuéramos porque se iban a meter", relató la dueña de casa a la emisora radial del Este.
Y agregó: “Nos fuimos y empezamos a escuchar cómo reventaban los vidrios de los autos y, por último, los prendieron fuego”.
"Es un conflicto entre familias del asentamiento El chorizo, un lugar que es conflictivo. Tras una riña les quemaron los autos a una de las familias involucradas" aclararon fuentes policiales a Los Andes.
Según denunciaron luego las víctimas en la oficina fiscal de la comisaría 12, los vándalos incendiaron los dos autos de la pareja y luego ingresaron a la vivienda, donde destrozaron todo lo que había a su alcance, aunque sin desaprovechar la oportunidad para robar lo poco que quedaba. Un viejo Ford Falcon y un Fiat Duna quedaron destruidos por la acción del fuego.
"Es una familia conocida. Yo pasaba por ahí para llevar a mis hijas a la escuela; con la mayoría de los que vinieron a hacer destrozos me saludaba. Están perdidamente drogados", acusó angustiada la mujer.
Éxodo forzado
Debido al ataque incendiario y tras recibir amenazas, el matrimonio y sus dos pequeñas hijas debieron dejar la casa que habitaban y buscar refugio en la vivienda del padre de la mujer. "Dejamos todo por miedo, porque nos dijeron que nos iban a prender fuego la casa. Vivir ahí ya no podemos porque a los que estuvieron no los van a detener. Nadie nos ayuda, hasta para hacer los documentos me tienen a las vueltas", relató preocupada la víctima a Radio Regional.
Tras aclarar que aún no hay detenidos por ninguna de las dos causas, la mujer concluyó: "Todavía no caemos; mi marido trabaja un montón para tener lo que teníamos, el Duna lo habíamos comprado hacía dos semanas. Somos la tercera familia que se va por ellos, hace dos semanas a un hombre le pegaron, lo quebraron y se tuvieron que ir".