Las coronas de la imagen original de María del Rosario de San Nicolás y del Niño Jesús que lleva en sus brazos, además del rosario que portaban, fueron robadas esta madrugada del santuario, ubicado en Buenos Aires, confirmaron hoy autoridades eclesiásticas del templo, que expresaron su "conmoción" por el hecho delictivo.
Los voceros dijeron que esta mañana, alrededor de las 8, el sacristán encontró pedazos de cristal de la vitrina protectora por el piso y la imagen desprovista de ambas coronas, realizadas en plata y oro por el orfebre Juan Carlos Pallarols con donaciones de los fieles.
El robo de los símbolos religiosos, señalaron las mismas fuentes, causó "conmoción" entre los devotos y el párroco del santuario, sacerdote Carlos Pérez, quien prefirió no hablar con la prensa.
En tanto, los empleados del templo calificaron de "terrible" el robo, mientras personal policial realizaba las pericias del caso.
La imagen de la Virgen María y el Niño fue coronada el 25 de mayo de 2009 en una multitudinaria misa en el "Campito de la Virgen", contiguo al santuario, al cumplirse 25 años de las "apariciones" marianas a Gladys Quiroga de Motta, una vecina del lugar. Aquella ceremonia religiosa fue presidida por el obispo de San Nicolás, monseñor Héctor Cardelli.
Pallarols explicó entonces que trabajó 14 meses en las coronas de la Virgen y del Niño Jesús, dos piezas de plata con incrustaciones de oro, confeccionadas gracias a las donaciones de medallas, anillos y otras joyas hechas por los devotos, y luego fundidos en un lingote que recibió la bendición del Papa.
El artesano recorrió el país en esta tarea de tallar las coronas, y más de 600.000 personas, entre ellas el papa Benedicto XVI y la presidenta Cristina Fernández, dieron golpes de martillo sobre cinceles de acero, para ir moldeándolas.
Pallarols dijo que "la Virgen de San Nicolás pidió en uno de sus últimos mensajes que le pusieran una corona, pero aclaró que será 'puesta por el pueblo', por eso el obispo me encargó llevarla por todo el país".
La imagen original de María del Rosario fue bendecida en Roma en 1884 por el papa León XIII, mientras el rosario que porta recibió la bendición de Juan Pablo II. A pedido del obispo Cardelli, Benedicto XVI hizo lo propio con las cruces que integran las coronas que portarán la Virgen y el Niño.
El 25 de septiembre de 1983, Quiroga de Motta, de 48 años, madre de dos hijos, con sólo cuarto grado y sin conocimientos teológicos ni bíblicos, contó al entonces obispo nicoleño, Domingo Castagna, que vio y oyó a la Virgen. La visión coincidía con la imagen de Nuestra Señora del Rosario, que desde 1884 se venera en una parroquia de esa diócesis nicoleña.
Según la mujer, la Virgen la dijo que "quería quedarse a orillas del río Paraná". A partir de entonces, San Nicolás se convirtió en un centro de peregrinaciones masivas, sobre todo los 25 de septiembre, cuando se conmemora ese acontecimiento de fe popular.