La policía está a unos dos kilómetros pero los ladrones saben el tiempo que tardan en llegar así que se toman ese tiempo y hacen de las suyas", dicen en la escuela Bufano, ubicada en calle Ortubia de Las Paredes al noroeste de la ciudad, robada esta semana por quinta vez consecutiva en lo que va del año.
El mismo día a la noche (el lunes) también otra escuela fue violentada y literalmente saqueada y fueron destruidas sus instalaciones. Esta institución, la Bernardo Leiva del populoso y conflictivo barrio El Sosneado al sudoeste del centro departamental, es la quinta vez que sufre depredaciones y robos desde octubre de 2014.
En cada caso los docentes y miembros de las comisiones periescolares se lamentaron porque no hay detenidos en ningún caso.
Según expresaron han colocado rejas (fueron arrancadas en el caso de la Bufano), luces perimetrales, alarmas, candados según las indicaciones que han recibido de la Policía hasta convertir estos centros educativos en verdaderas fortalezas que parecen no ser tales a la hora de ser robadas.
En la Bufano hace poco tiempo los delincuentes se alzaron con materiales didácticos, electrónicos y documentación, entre otras cosas. Según relatos intentaron abrir una caja fuerte sin resultados por lo que ahora "se la llevaron directamente". Aseguraron que ya no colocaban nada de valor en su interior por lo que no tiene sentido el último robo ni es lo que más afecta a la escuela.
En la escuela Leiva los malhechores no se conformaron con llevarse también elementos indispensables para las clases sino que destruyeron mampostería, muebles y todo lo que estuvo a su paso, especialmente en la planta alta donde parece que se ensañaron por la violencia demostrada. Sustrajeron notebook, microscopios del laboratorio. Arrancaron puertas y rompieron vidrios. Todo tiene costos que la misma institución no puede afrontar por sí sola.
