River Plate intentará concretar mañana una superlativa actuación para conquistar su segundo título ecuménico en su rica historia, cuando se mida ante el fastuoso Barcelona de España, con la probable presencia de Lionel Messi tras superar un cólico renal, en la final del Mundial de Clubes de Japón.
El partido decisivo de este certamen, organizado por la FIFA, tendrá como escenario al International Yokohama Stadium, mañana desde las 7.30 de Argentina (Fox Sports y TV Pública), y se estima que habrá, al menos, unos 15.000 simpatizantes riverplatenses.
En caso de culminar igualado el cotejo al término del tiempo reglamentario, se recurrirá a 30 minutos suplementarios y, de subsistir el empate, se dirimirá el título con remates ejecutados desde el punto penal. Previamente, a las 4 (16 japonesa) jugarán Sanfrecce Hiroshima, de Japón, ante Guangzhou Evergrande, de China, en el compromiso por el tercer puesto.
River, que ya ganó también en Japón la Copa Intercontinental en 1986 ante Steaua Bucarest de Rumania (era un solo partido y fue 1-0), tiene una especial motivación en esta ocasión, más allá del acicate que conlleva alcanzar el título mundial, y es el rótulo de ‘punto’ con el que llega a esta definición ante un equipo que es considerado hace rato como el mejor del mundo, por funcionamiento y sus fantásticas individualidades.
Barcelona cuenta con Messi, el mejor de todos, como estandarte, apuntalado por un Iniesta que, más allá de su pinta de bibliotecario, es un notable jugador; el brasileño Neymar y un brillante goleador como el uruguayo Luis Suárez. Estas figuras eclipsan, por ejemplo, a cracks del nivel del argentino Javier Mascherano, Piqué, Busquets o el brasileño Dani Alves, entre otros.
Finalmente, luego de horas de incertidumbre y la ausencia en la semifinal ante Guangzhou, Messi será casi con seguridad de la partida tras dejar de sentir los dolores provocados por el cólico renal y de los estudios ecográficos que constataron que no hay vestigios de aquello que motivó el malestar.
También mejoró la situación de Neymar, quien sufre una rotura fibrilar en el aductor derecho que le impidió jugar la semifinal. El brasileño practicó con el resto del plantel y, pese a que no se cumplió con el lógico lapso que necesita ese tipo de lesión para sanar, podría estar a las órdenes del DT Luis Enrique.
Casi todo el mundo futbolístico da como claro favorito al Barcelona, un equipo que hace un culto de la posesión del balón, que genera con suma espontaneidad acciones de peligro que logra plasmar en goles, aunque con algunos inconvenientes defensivos ante jugadas con balón detenido y en la zona libre que puede ofrecer entre su defensa y la línea media.
Pero River ofrecerá lo suyo para contradecir a la 'cátedra' que lo da como víctima en la final. El equipo de Marcelo Gallardo tendrá que jugar con un notable grado de concentración, sin cometer errores y es probable que apueste a un desarrollo ligado al roce para que el elenco catalán sufra físicamente el juego, sin confundir mala intención con juego fuerte.
Ésta será la cuarta vez que jueguen en la historia River y Barcelona y todo está igualado. El 'Millonario' ganó una vez (en Núñez, por la Copa Iberoamericana en 1964, por 5-1), mientras que el elenco 'culé' se impuso en una ocasión (en el Trofeo Ramón de Carranza, en España, 2-0 en 1961). Además, se registró un empate (0-0 en el torneo Costa del Sol en España, en 1969, ganando por penales los catalanes).
River es el actual campeón de América, un equipo con temple y que se sobrepuso a muchas adversidades y que, pese a las ausencias del mendocino Ramiro Funes Mori (se fue el Everton inglés) y el colombiano Teófilo Gutiérrez (en Sporting Lisboa de Portugal), cuenta con un plantel a la altura de esta empresa. River deberá usar bien la pelota cuando la tenga e intentar dañar a Barcelona aprovechando las chances que se presenten a Alario y Rodrigo Mora.
"No me olvido de mis raíces, pero tengo que ser frío"
Fue uno de los últimos en irse del vestuario y, si bien no estaba estipulado que hablara, Javier Mascherano tenía algo que decir. No todos los días Barcelona juega contra un equipo argentino, y que el rival en la final del Mundial de Clubes mañana sea River, es especial para él. Dejó en claro: quiere ser una vez más campeón del mundo y sumar, a los 31 años, un título más a su enorme trayectoria, pese a que enfrente estará el club que lo vio nacer.
-¿Qué te genera enfrentar a River?: -Son cosas de la vida. Estoy totalmente comprometido con Barcelona y deseo ganar. Hoy me toca defender este escudo y tengo la oportunidad de ser nuevamente campeón del Mundial de Clubes, una chance histórica como lo fue hace seis años contra Estudiantes. Ojalá podamos hacer un gran partido y ganar la final.