River Plate: es invencible por juego y jerarquía

El Millo ganó por la solidez de su equipo y es único líder. El Tomba cambió su imagen en el ST y hasta pudo empatarlo.

 River Plate: es invencible por juego y jerarquía
River Plate: es invencible por juego y jerarquía

A River Plate no se le puede jugar de igual a igual", había avisado Mario Sciacqua en la conferencia de prensa del jueves. Y si bien el flamante entrenador de Godoy Cruz no estaba descubriendo América con su declaración, la realidad quedó más de manifiesto que nunca. Y no es para menos. El análisis hay que hacerlo a partir de una cuestión clave en el fútbol de hoy: el factor tiempo de trabajo. Mientras el Millonario tiene más de cinco años de trabajo con "Napoleón", el Expreso tuvo cinco técnicos en un año. Cuatro de ellos, en la actual Superliga. A priori, era un duelo sin equivalencias. Lo decían los números (River, puntero; Godoy Cruz, último) y también los rendimientos. Por eso el 1-0 del visitante se puede sintetizar solamente por la jerarquía del conjunto de Gallardo que, si bien tuvo muchas situaciones, solamente pudo concretar una, y en los minutos finales el Tomba tuvo un par de aproximaciones como para empatarlo.   

Más allá de la superioridad del Millo y a pesar del sofocón inicial, el Tomba intentó hacer cumplir su planificación de juego: equipo corto, compacto y rápido para salir de contragolpe a las espaldas de Montiel y Casco. Pero claro, sin el Morro, Ayoví y Brunetta, el mayor déficit estuvo de tres cuartos de cancha hacia adelante. A Godoy Cruz le faltó peso para capitalizar las pocas ventajas defensivas que otorga por partido el River de Gallardo, una máquina de jugar y generar fútbol. 

Los primeros minutos del Expreso fueron un espejismo. Bastó que River comenzara a hacer pie en el mediocampo, con Casco, Enzo Pérez, Nacho Fernández, De la Cruz y la doble punta de lanza en ataque (Borré-Suárez), para que aparecieran los primeros espacios en la defensa local. Y apenas pasando el cuarto de hora, el visitante consiguió lo que merecía: el 1-0. Centro de Nicolás De la Cruz, cabezazo perfecto de Matías Suárez de pique al suelo, abajo, contra el palo derecho de un Rey que no pudo hacer nada. El partido dejó de ser partido. El único pecado del Millo fue no haber liquidado antes la historia. De hecho, generó no menos de cinco o seis situaciones nítidas para convertir el 2-0.

Con el planchazo descalificador de Henríquez a Fernández (era para roja, Vigliano) y un tiro libre de De la Cruz que se fue cerca del ángulo izquierdo, se fueron al descanso. Para el inicio del complemento, Sciacqua mandó a la cancha a "Chelo" Freites y dejó en el vestuario a Breitenbruch. Sin embargo, el dibujo no cambió porque Carrasco retrocedió unos metros para ocupar el lateral derecho.

Aunque sin la intensidad del primer tiempo, River continuó siendo el claro dominador del desarrollo. Y si algo tiene que agradecer el Expreso es que Rafael Santos Borré tuvo una mala noche. El goleador del torneo desperdició tres situaciones claras para liquidar el pleito. Y como el Millonario no lo hizo, el Tomba se animó a ir por el empate con sus humildes armas. A esa altura, Freites y Burgoa habían tapado decididamente las subidas de Casco y Montiel. A la carga barracas, con amor propio, el Tomba fue por el empate. Lo tuvo Badaloni, también Freites y Carrasco se envalentonó con un derechazo de afuera que se le complicó a Franco Armani, un arquero con todas las letras, quien siempre respondió cuando se lo llamó a intervenir.

En definitiva, fue victoria de un River que se sube a la cima en soledad y sueña con ganar el campeonato, el primero desde que se denomina Superliga. ¿Godoy Cruz? Cerró un partido con un nivel aceptable, aunque su entrenador deberá trabajar mucho, para intentar consolidar la idea que pretende plasmar en cada juego. Anoche, salió por momentos, aunque se sabía que la parada era dura por la jerarquía de su rival de turno y también porque al local le faltan esos protagonistas que marcan cierta diferencia con el resto. Fue un segundo tiempo que a más de algún hincha puede ilusionar con empezar a remontar en el torneo. A sumar lo que pueda para engrosar el promedio (para ello también tendrá la Copa Superliga) que será muy bajo la próxima temporada. El equipo se fue aplaudido y no es para menos, por las ganas que puso en el cierre. Pero no es suficiente. Sus rivales no lo perdonan y sigue penando los viejos errores del año pasado.

Mendoza es la tierra prometida

Bajo la conducción técnica de Marcelo Gallardo, River visitó 11 veces nuestra provincia, donde ostenta puntaje ideal. Lógicamente, Godoy Cruz fue el rival con el que más se enfrentó: 4 veces por campeonato local y una por Copa Sudamericana.

Pero más allá del tremendo invicto, el Millo tiene grandísimos recuerdos en Mendoza, donde se consagró tres veces campeón en el ciclo Gallardo. En 2017 le ganó la final de la Copa Argentina a Atlético Tucumán, en 2018 la Supercopa a Boca y, en diciembre pasado, nuevamente la definición del torneo federal a Central Córdoba de Santiago del Estero. Todos los partidos se disputaron en el Malvinas Argentinas a lo largo de la racha. Los del Muñeco convirtieron 27 goles y recibieron apenas tres.

Otro dato. Franco Armani apenas recibió un gol en contra. Fue en el duelo de los cuartos de final de la Copa Argentina 2018 y el que pudo vencer al "1"! de la Selección argentina, fue el centrodelantero Luis Silva, quien anotó de penal el tanto de la derrota 1-3 de Sarmiento de Resistencia (Chaco).

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