El segundo amistoso de la pretemporada le dejará a Marcelo Gallardo conclusiones más bien secundarias: el equipo que paró en la cancha del complejo de Disney no se parece en nada al que pondrá en la Copa Argentina, la Recopa y el campeonato local, los tres objetivos de River en este semestre. Un River absolutamente alternativo, con seis jugadores que hasta hace tres meses jugaban juntos en la Reserva (Batalla, Montiel, Vega, Olivera, Morán Correa y Andrade), le ganó 3 a 0 al Motagua de Honduras. Pero el resultado es algo absolutamente anecdótico: a Gallardo le sirvió más para ver a muchos de los que no habían jugado en la caída ante el América de Cali y para repartir los minutos de fútbol de sus jugadores.
El encuentro sirvió también para comprobar que, al menos en la pretemporada, el Muñeco comenzó a experimentar con un dibujo táctico 4-2-2-2, en el que Pisculichi y Andrade intentaron conectarse con Driussi y Simeone, los delanteros.
El primer gol llegó después de la mejor jugada colectiva de River en todo el partido, pero paradójicamente tuvo una definición imperfecta de Andrade, cuyo tiro salió al medio del arco pero contó con una floja respuesta de Licona, que antes había tenido dos muy buenas tapadas.
River fue más peligroso e incisivo que el equipo hondureño y ya en el primer tiempo le generó otras cinco situaciones de gol: dos en los pies de Giovanni Simeone y las otras tres en los de Driussi, Pisculichi y Nacho Fernández.
Cuando estaban 0 a 0 dio la sensación de que el árbitro Esteban Rosano ignoró un penal de Montiel a Discua.
River dio ventajas por el costado derecho de su defensa y Casco sufrió sobre el final de la etapa inicial, un lapso en el que Motagua estuvo cerca del empate en dos ocasiones a través de Andino.
El nivel colectivo de River decayó en el segundo tiempo: fue menos profundo y le faltó consistencia de mitad de cancha hacia atrás.
Batalla se lució al sacarle una chilena a Andino, ya cuando el desarrollo se había desvirtuado por la sucesión de cambios.
Antes del final, Mora anotó el segundo después de un pase del Pity Martínez, Alario se perdió dos goles y el propio Pity le puso cifras exageradas al marcador con un golazo.
Las manos firmes que Batalla tuvo anoche y que no había mostrado ante América de Cali, la personalidad de Montiel, la simpleza de Morán Correa en la mitad de la cancha, la capacidad de Olivera para proyectarse por sorpresa, como en la jugada del primer gol, y la lucidez del Pity Martínez son aspectos que Gallardo seguramente anotará en el haber.
Los problemas defensivos que tuvo Casco, algunas dudas de Vega, y las intermitencias de Nacho Fernández, de Pisculichi y de Driussi, en cambio, estarán entre las anotaciones a mejorar.