Los mano a mano, esos partidos que dicen ser de “seis puntos” le están costando a Independiente Rivadavia. No ha logrado vencer a ninguno de los rivales directo en la lucha por la permanencia y se ha tornado en un dolor de cabeza, sobre todo, a la hora de pensar en el tramo final de la competencia donde estos puntos toman envergadura extraordinaria.
Repasando el recorrido del Azul por esta B Nacional se puede observar el dato negativo: derrotas en Madryn ante Brown, en Santiago del Estero lo goleó Central Córdoba en quizá el partido más pobre del Azul en la competencia y la última, tal vez la más dolorosa, caída en Pergamino ante Douglas Haig.
De hecho, al primero que le puede arrebatar algo en condición de visitante es justamente al rival de ayer, Atlético Paraná. En casa, empató todo: 1-1 ante All Boys, agónico 2-2 con San Martín de Tucumán y 1-1 con Flandria. El saldo es claramente negativo.
El equipo de Martín Astudillo demuestra gozar de buena salud en su juego pero no encuentra respuesta en esos partidos de seis puntos. Debe torcer esta historia para que esta racha maldita no le pase factura cuando las papas quemen. Por ahora, los otros resultados siempre le tiraron un guiño positivo.