Cuántos proyectos se tiran a la basura cuando los resultados deportivos no llegan. Cuántos sueldos de grandes cifras se les pagan a deportistas que no tienen el sentido de pertenencia hacia el club que representan, y luego de una temporada emigran a otra institución tras un mejor ofrecimiento económico.
Centro Deportivo Rivadavia es el mejor ejemplo, en nuestra provincia, de que se puede apostar al semillero y de que las inferiores no solamente sirven como inclusión social, sino que además se pueden preparar a grandes referentes para luego lograr títulos en primera.
El cuerpo técnico, nacido y formado en Rivadavia (Fernando Minelli y Dante Concatti), no deja de lado a los chicos del club. Los juveniles que van sobresaliendo son incorporados a los entrenamientos con el plantel superior y varios de ellos son fogueados, ya sea yendo al banco de los suplentes o sumando minutos cuando el partido lo amerita.
Así debutaron jugadores que hoy son verdaderos símbolos Naranjas: el “Hueso” Ronco, “Chiquito” Trejo, Diego Arce, Agustín Gómez y hasta el propio Andrés Llaver, que si bien sólo tiene 20 años, es una de las piezas fundamentales de este equipo con cuatro temporadas completas en la primera del club.
Si de talentos con futuro hablamos, otro de los jóvenes que ya pisa fuerte es Stefano Arancibia. Debutó con 15 años en el Torneo Federal 2012/2013 y en su primer intento al aro, convirtió un triple inolvidable.
Arancibia, en estos días, tuvo la difícil tarea de ser titular y de reemplazar nada menos que a Fernando Ronco, aun recuperándose de una lesión. Con la confianza de todo un plantel, el pibe de 19 años la rompió y jugó como si tuviera 30.
Párrafo aparte para Abel “Chiquito” Trejo. Profeta en su tierra, firma autógrafos y se saca fotos con los chicos que quieren ser como él. Sin dudas, Abel es el mejor pívot de la provincia y ha tenido miles de ofrecimientos para jugar en otros equipos, no sólo de Mendoza, sino también del resto del país.
Sin embargo, su amor por la camiseta Naranja lo ha hecho descartar todas las propuestas económicas para quedarse y pelear por el tan ansiado ascenso a la segunda división del basquetbol argentino.
Pero esta fuente inagotable de talentos también tiene su representante a nivel nacional. Estamos hablando de Diego Maranesi, Alero de 19 años que se encuentra probando suerte en Gimnasia Indalo, actualmente el subcampeón de la máxima categoría.
Maranesi no sólo ya ha sumado minutos y puntos en primera, se lo recuerda, además, por haber sido fundamental en el Argentino U17 ganado por Mendoza en el 2014 (junto con Arancibia), cortando así una larga racha de sequías sin títulos para nuestra provincia.
Todos estos condimentos que hacen que hoy Rivadavia sea el mejor equipo del Torneo Federal, está también conformado por una dirigencia genuina. Ex jugadores “multicampeones” del club que dejan de lado sus obligaciones laborales para colaborar desinteresadamente y aportar su granito de arena a la causa.
Por último y no menos importante, es el constante apoyo de su público, una hinchada fiel que llena las gradas del polideportivo y que acompaña en demasía en los estadios visitantes de la provincia y el país. Hoy más que nunca, Rivadavia es la capital del basquetbol mendocino y cuenta con una ciudad entera que espera con ansias el ascenso al TNA.
¿Será el año de la Naranja?