Sin dudas, una derrota que duele, y mucho. Es que La Unión de Colón no llegó de la mejor manera a Mendoza. Es más, su entrenador, Cristian Santander, decidió rescindir su contrato el mismo día que el equipo venía a la provincia, por los malos resultados obtenidos en lo que va de la temporada 2017/18 con un total de 18 partidos jugados, 5 triunfos y 13 derrotas (asume Guillermo Bogliacino).
Anoche, el equipo entrerriano sumó su sexto triunfo. Y justo en Rivadavia. El Naranja volvió a fallar en los momentos claves: malas decisiones, lanzamientos apurados y errores claves en defensa.
En el inicio del último cuarto, el equipo de Fernando Minelli tuvo una gran racha a favor y sacó la máxima diferencia del partido: 8 puntos (58-50). Faltaban 5’40’’ para la chicharra final.
Pero se le cerró el aro, falló en los ajustes defensivos y con cinco puntos de Fraga Pérez (un triple) y un lanzamiento de tres puntos de Picton, la visita se puso en juego (59-58). Increíble pero real. Rivadavia, que parecía haber liquidado la historia, se desconcentró y le dio vida a un equipo que anímicamente estaba destruido.
A partir de ese momento, el juego fue palo a palo. Pero, la jerarquía de Nicholas Evans fue determinante cuando jugó en la pintura. El goleador del partido terminó siendo la gran figura del encuentro convirtiendo 21 puntos.
Restando 7 segundos con dos libres de Casey Jones, el Naranja se puso en juego nuevamente (69-68). La Unión repuso de la mitad de la cancha, recibió Crotti, le cometieron falta y a la línea de libres.
El base metió 1/2 y le quedó la última bola a Rivadavia. Saque rápido, pero el equipo mendocino careció de ideas para jugar la última oportunidad. Lo mismo sucedió el último martes ante Petrolero Argentino.
Muy lento para tomar decisiones, el último ataque se termina esfumando con un lanzamiento débil, sobre la marca y muy lejos del perímetro.
Una derrota que duele. El rival no es más que Rivadavia. El Naranja mostró su mejor juego en el segundo y tercer cuarto. Corrió la cancha, defendió fuerte y tuvo opciones en cada ataque estacionado. Pero, las rachas negativas en el juego son letales. El equipo no reacciona y así se le escapan partidos accesibles.