La capital del básquetbol de Mendoza está de fiesta. Rivadavia jugará, por mérito deportivo, el próximo Torneo Nacional de Ascenso. Sueño cumplido para una institución que a fines de la década del 2000 se puso objetivos a cortos, mediano y largo plazo. La última meta era llegar al TNA.
¿Por qué esta categoría?
Historia. Los nombres que manejan el básquet Naranja fueron esos héroes de la década del '80 que convirtieron a Rivadavia en la capital provincial de esta disciplina. Apellidos como Centorbi, Llaver, Francese, Rodríguez, Zagaglia, Bittar, Villaescusa, Rossi, entre otros, se encargaron de romper con la hegemonía de Atenas Sport Club y Andes Talleres. Ese equipo disputó la Liga B (hoy TNA) y se convirtió en el equipo embajador de todos los mendocinos. Le jugó de igual a igual a Instituto de Córdoba y quedó eliminado de pie.
Aplaudido por propios y extraños. Hoy, 29 años más tarde, Rivadavia tiene revancha. Por su excelente actuación deportiva en los últimos cinco torneos federales y ese plus institucional, en el cual, no tuvo fisura alguna ante la CABB, la AdC en conjunto con la Federación Mendocina de Básquet, le dieron la oportunidad de saltar de categoría. Fiel a su historia, Rivadavia aceptó el desafío. Por lo tanto, Mendoza recuperará esa plaza que tuvo Regatas en la década del T‘90 (con una gran actuación) y Anzorena en la temporada 2014-2015. Las cartas están sobre la mesa. El plus Naranja: su gente. Entiende y siente el juego como pocos. Su acompañamiento es excepcional. Sin dudas, se escribe otro capítulo de oro en la rica historia del Centro Deportivo Rivadavia. ¡Felicitaciones!